La presidenta de México toma distancia con el tono brusco del Gobierno anterior en busca de generar confianza en el sector privado, que ya ha prometido inversiones por 20.000 millones de dólares el próximo año.
Karina Suárez y David Marcial / El País
Hace apenas un par de meses, en la recta final de su mandato, Andrés Manuel López Obrador lanzaba una de sus invectivas contra los empresarios: “Los que se sienten dueños de México”, “las cúpulas”, “los que son parte de la corrupción”. El todavía presidente respondía así a las críticas de las patronales económicas a la reforma judicial, que incluye, entre otras medidas, la elección directa de los jueces. El polémico y drástico cambio en el panorama judicial mexicano ha sido una de las principales razones del castigo al peso y de una ola de preocupación entre los mercados. Consciente de que devolver la confianza y la certidumbre a los inversores es seguramente su primer gran reto, la nueva presidenta, Claudia Sheinbaum, se ha prodigado en guiños al sector privado en un cambio de narrativa que toma distancia con López Obrador. Durante su toma de protesta, ya habló de cuidar a “las empresas y a la innovación”. Y este martes, en su primer discurso frente a la plana mayor de los directores de las grandes corporaciones mexicanas y estadounidenses, fue aún más allá. Mientras que antes las críticas a la reforma judicial eran respondidas con más ataques, ahora la estrategia es mano tendida, pedagogía, mesas de diálogo. La reforma “no representa ningún problema para la inversión en México, todo lo contrario, se va a fortalecer lo que llamamos el Estado de Derecho. Ningún empresario estadounidense ni mexicano tiene por qué temer a la reforma judicial”.
En un tono formal y conciliatorio, la mandataria atendió este martes personalmente a más de 240 directivos asistentes al CEO Dialogue, una cumbre privada con los representantes patronales de ambos lados de la frontera. Un día antes, el Gobierno organizó una cena con algunos de los empresarios encabezada por el secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente, y por el secretario de Economía, Marcelo Ebrard. Dos de los hombres fuertes del Gobierno y con mayor talante y experiencia en negociaciones delicadas. La propia conformación del Gabinete de Sheinbaum es otra señal que busca generar confianza. A los mandos de Hacienda sigue Rogelio Ramírez de la O, que logró una robusta estabilidad macroeconómica durante los últimos dos años. Mientras en el área específicamente de relación con el mundo corporativo, ha nombrado a Altagracia Gómez, una empresaria bien conectada que ya trabajó con Sheinbaum durante la campaña.
Pese al tono frecuentemente brusco del anterior Gobierno mexicano, la realidad económica para las empresas ha sido en todo caso boyante. Las empresas de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) cerraron el año pasado con las cifras de beneficio más altas en más de una década. La inversión directa extranjera también acumuló récords gracias, sobre todo, al nearshoring, el movimiento de empresas que para vender al mercado estadounidense trasladan sus fábricas a países, como México, que cuentan con acuerdos de libre comercio con los EE UU. En todo caso, el escenario de cara al futuro no es tan luminoso. El equilibrio macro se ha visto algo desdibujado por el arreón final de gasto público para finalizar las obras estrella de López Obrador, mientras que las previsiones coinciden en una ralentización de la economía. La aplastante victoria de Morena, que controla ambas cámaras y puede hacer cambios a la Constitución, tampoco ha sido bien recibida por los mercados. La última encuesta que realiza el Banco de México a los especialistas revela también un cambio de ánimo entre los inversores.
El encuentro binacional de este martes ha estado muy centrado en los sectores más delicados. Por ejemplo, el energético, donde el Gobierno anterior arrancó con un portazo a las empresas privadas. Canceló las asociaciones acordadas en la Administración anterior entre la paraestatal, Petróleos Mexicanos (Pemex), las empresas, además de pedir a los reguladores del sector no emitir nuevas licencias o permisos y cancelar las subastas de campos petroleros que estaban pendientes. Ahora Sheinbaum ha optado por establecer mesas de trabajo en torno a los temas más espinosos, como la reforma judicial, la reforma eléctrica y la futura renegociación del TMEC. Además, ha anunciado la creación de una ventanilla única empresarial para agilizar los proyectos privados. Aunque la mandataria no fue más al detalle sobre su plan de incentivos a la inversión, que se hará público en los próximos días, adelantó que se orientará a los inversores sobre oportunidades de negocio, ejemplo, en materia hídrica o de energía. “Los esquemas de inversión en el sector energético los vamos a definir claramente a partir de las leyes secundarias, ¿qué queremos? La fortaleza de nuestras empresas públicas, que ha sido siempre nuestra posición, y al mismo tiempo el espacio para inversión privada en ciertas áreas”, dijo.
El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, reafirmó este mensaje al enfatizar que las inversiones en México están seguras. “El diálogo fue muy productivo, la parte más importante en los mensajes de la Presidenta Claudia Sheinbaum, certeza, certidumbre, las inversiones en México están seguras y vamos a buscar que el comercio de nuestra región, que es el 30 por ciento del Producto Interno Bruto del mundo, siga creciendo. Decía la presidenta Sheinbaum, no competimos entre nosotros, nos complementamos”, dijo tras las reuniones de alto nivel que se tuvieron tanto en Palacio Nacional como en la Asociación de Bancos de México.
Los principales capitales en México acudieron al llamado de la presidenta en Palacio Nacional. Grupo Carso, Walmart, Amazon, PepsiCo, Bayer, AT&T, Cemex, Coopel, Kansas City, entre otras empresas, fueron parte del selecto grupo de empresarios y empresarias que escucharon de primera mano el plan de inversión del Gobierno entrante.
En esta nueva Administración otro de los signos distintivos ha sido la presencia de las mujeres empresarias. Desde la presencia en la conferencia de prensa de Sarah Bairstow, directora general de México Pacific, y de Suzanne P. Clark, presidenta de la Cámara de Comercio en EE UU. Pero también la asistencia de las principales directoras en las mesas de trabajo. Entre estos nombres figuraron la directora general de Softek en México, Blanca Treviño; Mónica Aspe de AT&T México, Tania Ortiz, de Sempra Infraestructure. Suzanne P. Clark, presidenta de la Cámara de Comercio en Estados Unidos, reconoció el esfuerzo de este Gobierno por entablar un puente de diálogo: “Estamos muy contentos de que la presidenta Sheinbaum tan pronto inició su administración se haya comprometido a este diálogo con el sector privado, para que podamos reducir la incertidumbre sobre el clima de inversión en México y hacer crecer los negocios a través de nuestras fronteras”, zanjó.