Viri Ríos y Ray Campos abordan en una nueva publicación los mitos de la meritocracia, la clase media y el clasismo.
Héctor Guerrero / El País
En el año 2005 el grupo tapatío Belanova estrenó la canción Rosa Pastel y en el 2024, formo parte del top 50 de las más escuchadas en Spotify. La melodía se volvió popular 19 años después por el verso “Todo acabó, no queda más”. Los jóvenes lo han usado para musicalizar videos en
umenta-el-aburrimiento.html” target=”_blank” data-link-track-dtm=””>TikTok, donde muestran cómo sus sueños laborales no se podrán hacer realidad. Universitarios que manejan Uber o despachan en una paletería. Estos usuarios son la generación que ha crecido escuchando que los pobres son pobres porque quieren, que los jóvenes no quieren trabajar, que hoy es mucho más fácil estudiar y que el aumento de salarios provoca crisis económicas. Falsas creencias que son parte del vocabulario mexicano y que nos han acompañado a lo largo de nuestra vida.
La académica y analista política Viri Ríos (Ciudad de México, 41 años) y el economista Ray Campos (Tamaulipas, 45 años) se habían interesado en analizar y desmenuzar el tema de la desigualdad en México, incluso cada uno publicó un libro al respecto. Durante la promoción de esos libros se dieron cuenta de que la gente tenía mitos muy arraigados que no les permitían avanzar en el tema de la desigualdad y entender cómo es que eso ocurre en el país. Lo conversaron y decidieron poner en marcha un nuevo libro en coautoría para desaprender lo que se piensa sobre cambiar las realidades en México. El resultado fue: Así no es (Grijalbo, 2024). El libro demuestra, con datos duros, cómo los pobres no son pobres porque quieren.
Pregunta. ¿Dónde y cómo nacieron estos mitos, desde cuándo?
Viri Ríos. No hay una sola respuesta. Sin embargo, te puedo decir que México es un país que se democratizó hacia sus derechas, que eran de corte empresarial, pro élite y pro clase media alta, con la ideología que tiempo después se convirtió en sentido común. Una ideología del que le echa ganas puede salir adelante, del todos somos iguales, independientemente de dónde nacimos. Esta es una ideología que le conviene al empresariado y las élites políticas, o al menos a élites de aquel entonces. Así llevamos 30 años viviendo en un mundo en donde los tomadores de decisiones han cimentado estas ideas para justificar las desigualdades.
P. ¿Entonces se quedaron ya entre nosotros?
Ray Campos. Sí, por supuesto. Muchas de estas creencias están ancladas de todas las veces que nos las repitieron durante los últimos 30 años. “La desigualdad no es un problema: el salario mínimo no se puede subir, los programas sociales solo hacen que la gente no trabaje”. Los políticos y los medios nos están repitiendo esto todo el tiempo. Entonces mucha gente lo termina creyendo. Eso lo comprueban los datos que tenemos en el libro.
Viri Ríos. Yo agregaría que algunos de estos mitos incluso solían enseñarse en la escuela. Por ejemplo; el hecho de que si la economía crece inmediatamente se reduce la pobreza, eso es algo que escuchabas en los cursos de economía básica hace 20 años.
P. ¿La sociedad tiene que cambiar la conversación?
Viri Ríos. Es la razón por la cual escribimos este libro, para desaprender muchas de las cosas que nos enseñaron en la escuela. Hoy sabes que no son ciertas y tenemos evidencia nueva para desmentirlas.
P. Ustedes han abordado temas más profundos en cuanto a desigualdad. ¿Por qué deciden hacer este libro?
Ray Campos. Nos dimos cuenta de que estábamos hablando de las consecuencias y hay algo anterior a eso que tenemos que conversar. El público que estamos buscando es gente que no sabe o tiene miedo de preguntar, o cree ciertas cosas y no ha visto un análisis al respecto. A esos es a los que queremos llegar y queremos que estén más informados, el objetivo del libro es derribar estas creencias equivocadas. Esas creencias están evitando sustancialmente que discutamos los grandes problemas de este país.
P. ¿Reducir al Gobierno sería una buena estrategia?
Ray Campos. Ya que el Gobierno ha sido ineficaz para reducir estas desigualdades y reducir la pobreza, deberíamos de reducir al Gobierno, se dice. Y la respuesta que damos en el libro es que esa visión es equivocada. Reducir al Gobierno nos llevaría a un escenario peor. Lo que necesitamos es una mayor participación ciudadana, una mayor presión a los gobernantes para tener un Gobierno más eficaz.
P. ¿Por qué México es un país tan desigual?
Ray Campos. Una respuesta muy válida y contundente es que como sociedad no nos hemos puesto de acuerdo en lo que requerimos para reducir esas desigualdades sustanciales. En términos de Gobierno y en términos de sociedad participativa. No hemos logrado encaminar la conversación a ese lado. Lo necesitamos para tener Gobiernos más eficaces.
P. ¿Por qué la gran mayoría de la gente se percibe como clase media en México?
Viri Ríos. A pesar de que México es un país tan desigual, es muy raro que las personas de nivel socioeconómico abismalmente distinto vivan juntas. Normalmente, sueles vivir rodeado de personas que se parecen más o menos a ti, las zonas más pobres son zonas aisladas y las zonas más ricas son guetos cerrados, como Lomas de Chapultepec o San Pedro Garza García en Nuevo León. Incluso para entrar a San Pedro hay un túnel que cruzas y entras al sitio más rico de toda Latinoamérica. Vivimos rodeados de gente muy similar a nosotros y eso nos hace desconocer las enormes desigualdades que existen.
P. Cuándo uno conoce los actos de corrupción de los Gobiernos, locales y federales, da la impresión de que los recursos están yendo a esas arcas y no a donde deberían llegar. ¿Están bien manejados los recursos públicos?
Ray Campos. La percepción de corrupción del sector público es demasiado alta, por ejemplo, los mexicanos dicen que alrededor del 50% de los recursos que tenemos de la recaudación de impuestos se va a la corrupción. Y es un dato incorrecto con base en los estudios que se han hecho sobre el tema. Si sumas todo lo que la Auditoría Superior de la Federación ha encontrado a lo largo de 20 años, es un monto muy pequeño comparado con el PIB del país.
P. En México y en general en Latinoamérica, los pobres siempre han sido utilizados para fines políticos.
Viri Ríos. Las élites políticas pro empresariales han utilizado estos mitos para mantener el orden y el statu quo en su beneficio. Y las élites políticas de izquierda han rapazmente utilizado a los pobres como moneda de cambio para sus estrategias políticas.
P. Hoy en día tenemos más gente con títulos universitarios que hace 20 años; sin embargo, los vemos trabajando en hamburgueserías o barras de café. ¿Qué está fallando en el espectro laboral?
Viri Ríos. Aquí tenemos diferentes puntos de vista. Yo soy un poco más radical en términos políticos y a mí esto me lleva a decir que hemos errado al decir que el problema del país es que no tenemos suficiente educación. Si realmente la educación fuera el mecanismo para sacar a la gente de la pobreza, no veríamos lo que estamos viendo. Hoy estamos más formados y aun así tenemos pocas oportunidades de desarrollo profesional. Por un lado, el mercado laboral y por otro la falta de organización de los trabajadores, no tenerlos organizados empujando por mejores condiciones laborales. Incluso las personas que logran obtener alguna oportunidad dentro de una empresa nunca logran ganar los salarios que deberían tener para su nivel de productividad.
Ray Campos. El mercado laboral no ha podido capturar a todos los egresados de universidad que estamos teniendo, necesita crecer. Sin embargo, sigo la evidencia científica que nos indica que los egresados de universidad ganan más que los egresados de bachillerato y ellos ganan más que los de secundaria o los de primaria entonces necesitamos que los jóvenes que se están quedando en primaria o en secundaria sigan con su carrera, tenemos que igualar oportunidades en estos aspectos.
P. ¿Cómo llegan a interesarse por desmitificar la economía mexicana?
Ray Campos. Empiezo en mi adolescencia, con la crisis macroeconómica de México en 1995. Esa crisis afectó seriamente a mi familia y a mi entorno. Yo soy de Ciudad Victoria, Tamaulipas, del norte. En ese momento yo no había visitado el sur del país. Y para mí fue un gran contraste ver lo que estaba sucediendo en otras partes y que no sucediera en mi región. Eso me llevó a pensar ¿por qué hay estas desigualdades tan profundas? ¿Por qué algunas familias son muy afectadas por este choque económico y por qué otras no?