“Este acto es muy importante, está lleno de simbolismos porque aquí concluye prácticamente nuestra obra, nuestra tarea”, dijo el mandatario durante la entrega de reconocimientos a ingenieros constructores, desde Chetumal.
Redacción / Proceso
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- “Aquí concluye nuestra tarea”, expresó el presidente Andrés Manuel López Obrador en la estación Chetumal del Tren Maya, que inauguró este domingo en el municipio de Othon P. Blanco, en Quintana Roo.
“Este acto es muy importante, está lleno de simbolismos porque aquí concluye prácticamente nuestra obra, nuestra tarea”, dijo el mandatario durante la entrega de reconocimientos a ingenieros constructores, desde Chetumal.
“Y vamos ya en unas horas más, en dos días o menos, a entregar la encomienda, el encargo de presidente de México a la presidenta Claudia Sheinbaum, una extraordinaria mujer que va a ser, por primera vez en la historia, presidenta de México, una mujer presidenta en nuestro país, en nuestra patria.
“Y, como decía el general Múgica, que admiro mucho, un gran revolucionario: hechos, no palabras. Ya hemos hablado bastante y sólo me resta agradecer a todos los que participaron en la construcción de esta majestuosa obra del Tren Maya”, afirmó el mandatario en el arranque de su discurso.
López Obrador dijo que los mil 554 kilómetros del Tren Maya se financiaron con 500 mil millones de pesos que estaban disponibles en la Hacienda pública porque no se permitió la condonación de impuestos ni la corrupción y se hizo un gobierno austero, sin lujos.
La ceremonia del cierre de proyecto del Tren Maya fue el último evento público del presidente de México. Ahí, agradeció a habitantes de los estados de la ruta del Tren Maya, a trabajadores de la construcción, a empresas y directivos, a servidoras y servidores públicos del Gobierno de la 4T.
En tanto, la presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo, presente en la ceremonia, felicitó a los trabajadores de la construcción. Son, dijo, “mente, cuerpo y fuerza de la transformación”.
Señaló que el Tren Maya, contrario a la campaña de desprestigio, significó el decreto de la reserva ecológica de selva más grande después del Amazonas, el rescate de sitios arqueológicos más ambicioso de la historia y “el reconocimiento de los mayas de antes y los de ahora como los grandes guardianes del sureste”.