El presidente de México reacciona a la alerta de viaje que Estados Unidos ha colocado en el Estado norteño, después de días de enfrentamientos entre facciones del Cartel de Sinaloa
Beatriz Guillén / El País
Andrés Manuel López Obrador ha pedido este viernes a las facciones en pugna del Cartel de Sinaloa “que no afecten” a la población con su guerra abierta. El presidente ha reaccionado así a la alerta que ha marcado Estados Unidos sobre la entidad, después de casi una semana de enfrentamientos, en la que se han suspendido las clases en varios municipios y los festejos del 15 de septiembre a causa de la violencia. “Tienen que buscar otras formas, que no perjudiquen a la gente inocente, que no se enfrenten, que no haya pérdidas de vidas, que no afecten a otros y que no se afecten entre ellos”, ha dicho el mandatario, “es un asunto de ellos, nada más que no afecten a la población y que ellos también se cuiden”.
Sinaloa vive desde la madrugada del 9 de septiembre el fin de una tregua. Los enfrentamientos entre el grupo que sigue a Ismael El Mayo Zambada y Los Chapitos, los herederos de Joaquín El Chapo Guzmán, antiguos aliados, han puesto en vilo al Estado. Los bloqueos, el incendio y robo de vehículos, los tiroteos y el hallazgo de personas asesinadas en plena calle han marcado los últimos días en Sinaloa. De acuerdo con las cifras oficiales de la Fiscalía de Sinaloa, el fin de la tregua entre Los Mayos y Los Chapitos ha dejado por lo menos 12 muertos, 20 desapariciones forzadas y 11 heridos desde el pasado lunes. Empresarios locales de la Cámara Nacional de Comercio han exigido a las autoridades que ofrezcan las garantías mínimas de seguridad para evitar la parálisis de la economía local. “No podemos permitir que la violencia continúe poniendo en peligro vidas, empleos y el futuro económico de nuestra comunidad”, señalaron en un comunicado conjunto.
Esta situación ha llevado a la embajada de Estados Unidos en México a poner una alerta nivel cuatro sobre Sinaloa, que implica la recomendación de no viajar al Estado, además de “tener un alto nivel de vigilancia y mantener un perfil bajo”, para los ciudadanos que ya se encuentren en la entidad. Preguntado por esta calificación, el presidente López Obrador ha tratado de restar importancia a la situación: “Se está atendiendo el asunto en Sinaloa, la confrontación existe, no tan abierta, no tan frontal, pero sí hay enfrentamientos, pocos, y por eso hay una movilización de las Fuerzas Armadas para proteger a la gente, y también para evitar la confrontación”. “Ha habido algunos problemas, está el Ejército, la Marina, la Guardia Nacional. Decirle a la gente de Culiacán que, además es solo Culiacán, que estamos pendientes y que se actúe con precaución, pero sin alarmismos”, ha dicho el presidente, quien después ha pedido responsabilidad a los miembros del crimen organizado.
—¿Confía en que atiendan a su llamado?
—Siempre. El presidente de México siempre es escuchado por todos, más si se tiene autoridad moral, te lo aseguro.
La respuesta de López Obrador coincide con la narrativa del gobernador Rubén Rocha, también de Morena, quien ha tratado de llamar a la calma, al mismo tiempo que ha reconocido que los episodios de violencia se van a seguir produciendo. El mandatario ha suspendido los festejos por el Día de la Independencia el próximo 15 de septiembre y las clases en todos los niveles educativos en los municipios de Culiacán, Elota, Cosalá y San Ignacio.
Sinaloa llevaba casi un mes y medio en vilo esperando las repercusiones del 25 de julio, cuando Joaquín Guzmán López, uno de los hijos de El Chapo, y El Mayo Zambada aparecieron en una pista de aterrizaje de Texas, listos para ser entregados a las autoridades de Estados Unidos. El fundador del Cartel de Sinaloa, quien nunca antes había sido detenido, explicó que había sido llevado al otro lado de la frontera contra su voluntad.
El Mayo publicó una carta en la que relataba la traición que había vivido a manos de Guzmán López, quien lo engañó para ir a una reunión supuestamente con el gobernador Rubén Rocha y con su principal rival político, Héctor Cuén, para dirimir “diferencias”. En la emboscada, Cuén fue asesinado y Zambada, golpeado y sometido para ser trasladado en un avión hasta Estados Unidos. La Fiscalía General de la República (FGR), que investiga el caso, ha dado credibilidad a parte de esta versión: “La propia Fiscalía localizó el inmueble donde se llevaron a cabo los probables delitos de privación ilegal de la libertad, homicidios, lesiones y actos vinculados con desaparición forzada, en los cuales está vinculada la agresión que llevó a la muerte a Héctor ‘N”.