Aunque no se realizaron detenciones, el material incautado fue entregado al Ministerio Público para continuar con las investigaciones.
Jorge Martínez
El 3 de septiembre, elementos de la Secretaría de Marina Armada de México (Semar) llevaron a cabo un operativo en la comunidad de Bánori, ubicada en el municipio de Arivechi, Sonora.
La intervención se dio tras un reporte anónimo que alertaba sobre la presencia de vehículos blindados, conocidos como monstruos, presuntamente pertenecientes al grupo delictivo Gente Nueva Salazar.
Este grupo es conocido por su conflicto interno con la facción rival Los Rusos, cédula perteneciente al cártel de Sinaloa, lo que generó una escalada de violencia en diversas zonas del estado.
De acuerdo con las autoridades, los vehículos blindados fueron vistos transitando por brechas y caminos en la región.
Se trataba de dos unidades equipadas con blindaje artesanal y armamento pesado, las cuales eran utilizadas por los presuntos delincuentes para patrullar la zona y amedrentar a la población local.
Hallazgo de vehículos y armamento pesado
Durante el operativo, los efectivos de la Semar lograron localizar los vehículos abandonados en un área despoblada de difícil acceso.
Ambos monstruos estaban equipados con armamento de alto calibre, incluyendo fusiles AK-47 y municiones de calibre .50, además de equipo táctico como chalecos balísticos y dispositivos conocidos como “poncha llantas”.
Estos vehículos, blindados de manera rudimentaria, son comúnmente utilizados por los cárteles en enfrentamientos armados debido a su capacidad para soportar impactos de bala y explosiones.
A pesar del aseguramiento de los vehículos y del armamento, no se reportaron detenciones.
Lo incautado fue puesto a disposición del Ministerio Público Federal, que continuará con las investigaciones pertinentes para determinar la procedencia de los vehículos y el destino del arsenal.
Conflicto en Sonora
El grupo Gente Nueva Salazar, al que se le atribuyen los vehículos asegurados, fue identificado como uno de los protagonistas en la pugna interna contra el Cártel de Sinaloa.
Liderados por Adán y Cirspin Salazar, este grupo mantiene una violenta disputa con Los Rusos, quienes pertenecen a la misma organización criminal.
El objetivo principal de ambos bandos es el control territorial para el tráfico de drogas, armas y personas en la región. Sonora, debido a su proximidad con la frontera de Estados Unidos, es un punto estratégico para el crimen organizado, lo que convierte al estado en escenario de constantes enfrentamientos armados.
En los últimos años, la violencia entre estos grupos aumentó, dejando tras de sí un rastro de homicidios, secuestros y extorsiones.
¿Qué son los vehículos tipo ‘monstruo’?
Los vehículos conocidos como monstruos o narcotanques son automóviles que fueron modificados de manera artesanal por los cárteles del narcotráfico.
Estos vehículos son reforzados con placas de acero de hasta dos pulgadas de grosor, lo que los convierte en verdaderas fortalezas móviles. Se construyen a partir de vehículos pesados, como camiones de plataforma, remolques y camionetas tipo Ford F-150, Ford Raptor, o Chevrolet Tahoe.
La función principal de estos vehículos es proporcionar protección a los sicarios que los operan durante enfrentamientos armados, permitiendo que resistan el impacto de armas de grueso calibre.
Además, suelen estar equipados con torretas de disparo y, en algunos casos, con armas automáticas montadas en el techo. Su diseño recuerda a los “monster trucks” de carreras de demolición, de ahí su nombre.
Este tipo de vehículos ha sido protagonista en varias operaciones delictivas de alto perfil en México, y su uso refleja el nivel de militarización y sofisticación de los cárteles.
Las autoridades han intentado en múltiples ocasiones neutralizar estos vehículos, pero su proliferación sigue siendo un desafío en las áreas donde operan los cárteles.
Una comunidad afectada por el crimen organizado
Arivechi, una pequeña comunidad ubicada en el corazón de Sonora, es testigo de la creciente violencia que afecta al estado.
Con una población total de apenas mil 177 habitantes en 2020, el municipio experimentó un incremento en la percepción de inseguridad.
De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE), en 2023, solo el 27.4% de los hombres mayores de 18 años en Sonora perciben seguridad en su entidad federativa, mientras que el porcentaje entre las mujeres fue aún menor, con un 17.3%.
A nivel sociodemográfico, la percepción de inseguridad es mayor entre los estratos de nivel medio bajo, donde tanto hombres como mujeres reportan una desconfianza generalizada hacia las autoridades y la situación de seguridad en sus comunidades.
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