BNAMERICAS
Pese a su entorno adverso desde la llegada del gobierno de Andrés Manuel López Obrador en 2018, la industria minera de México cree que la actividad puede tener futuro ante la llegada de una nueva administración que requerirá inversiones para sus compromisos sociales y de infraestructura, así como para los minerales necesarios para la transición energética.
Esta fue una de las conclusiones del Mexico Mining Forum 2024 celebrado en Ciudad de México, donde altos ejecutivos de compañías como la mexicana Fresnillo y las canadienses Torex Gold y Alamos Gold participaron en el panel denominado “Hacia la nueva minería”.
“Estamos parados por la política en contra de la minería, por la falta de concesiones mineras, permisos ambientales y una falta de inversión tremenda”, dijo el vicepresidente de Alamos Gold en México, Luis Chávez, en su intervención. “Acá el sector minero ya no puede tener condiciones más deprimentes que las que tenemos actualmente y ahí estamos parados”.
“Yo veo muy buena posibilidad de un sector minero más productivo en los próximos años. ¿Cuántos? No sé, pero el factor común es que, cuando las condiciones están tan abajo, tienen que subir, y el sector público y privado estamos alienados porque el sector público requiere inversiones para sus programas sociales y grandes obras y el sector privado tiene lista hace años una cartera para invertir en nuevos proyectos”, agregó el ejecutivo.
El 1 de octubre Claudia Sheinbaum iniciará su mandato como presidenta de México tras ganar con una significativa diferencia sobre su principal rival como la abanderada del partido gobernante Morena, por lo que se prevé que dará continuidad a muchas de las políticas de su predecesor, considerado de izquierda.
Y si bien se debate en el Congreso una iniciativa de López Obrador para prohibir la minería a cielo abierto, que pondría en riesgo el 60% del valor de la producción minero-metalúrgica del país, en el sector sigue el optimismo.
“La parte fundamental es de qué forma, como industria, podemos conectar con un gobierno de izquierda que tiene seis años en el poder y que su prioridad obviamente no es la industria minera. En un país con 30 millones de pobres y serios problemas de seguridad pública, tenemos que buscar la manera de insertarnos en esa narrativa de izquierda”, señaló el vicepresidente sénior de Torex Gold en México, Faysal Rodríguez.
Para el ejecutivo de la minera, cuya inversión más importante de US$950 millones se ejecuta en el estado Guerrero, en el proyecto Media Luna, el escenario más probable es que los plenos de ambas cámaras aprueben la iniciativa para prohibir la minería a cielo abierto en las próximas semanas como fue enviada por el Ejecutivo. Por ese motivo, Rodríguez considera que, como líderes, la tarea es pensar maneras diferentes de conectar con el gobierno entrante de Sheinbaum.
Fernando Alanís, expresidente de Baluarte Minero y defensor del sector, coincidió con Rodríguez en que el principal problema del sector es más ideológico, que se ha complicado con el tema político, pero destacó que “hay datos contundentes de la necesidad imperiosa de metales”.
“Tenemos un país minero, con vocación minera, pero se contrarresta con las políticas que tenemos. La ideología ha ganado y hay desconfianza en el sector minero y una gran influencia de grupos antimineros que le han metido su ideología a los gobiernos con información falsa, no documentada”, denunció Alanís. “El reto es cómo comunicar mejor. Tenemos que buscar la manera de neutralizar esa ideología”.
Finalmente, el CEO de Fresnillo, Octavio Alvídrez, indicó que “para ser mineros primero hay que ser optimistas” y recordó que México cuenta con un gran potencial geológico que ha prevalecido durante más de 450 años de historia minera en las comunidades que desarrollan la actividad.
“Estamos del mismo lado de todas las administraciones federales”, dijo Alvídrez y explicó que, por un lado, se requiere crecimiento económico, más aún en aquellos lugares en que la minería es la última alternativa de desarrollo y, por otra parte, se necesita producir los minerales críticos tanto para la electromovilidad y la transición energética como para mantener los estándares de vida de la sociedad presente y futura.
“En esas coincidencias es donde debemos apuntalar nuestro diálogo. Yo también veo una administración que escucha, que está abierta de alguna forma, y nuestra mejor carta de presentación son siempre las visitas a nuestras minas”, agregó.