El ex alcalde Lamarque no regresará hasta dentro de 90 días, gane o pierda la elección. Le quedarían dos meses y medio de sueldo y cobrar su fondo de ahorro, mejor que ni regrese, ya se quemó.
Criticado por su proceder, este no es nuevo, siempre ha sido un político desleal desde que el PRD lo proyectó hace 25 años.
En su gestión anterior y la actual, abrigó a familiares y esposa, fue autoritario y excluyente primero de los perredistas en 97-2000, y ahora de los morenistas, ha pactado antes y lo hace hoy con priistas y charros, con panistas y personajes que siempre fueron contrarios a la lucha ciudadana.
En este contexto es como vende la diputación federal a la ex senadora priísta Anabel Acosta Islas, y arma una planilla igual que siempre, con cuchupos por debajo de cuerda y con su única decisión personal. Eso no es Morena.
Su gobierno hizo obra pública, pero no fue ni siquiera un poco de lo que mucho que debió cumplir. Su gobierno no exigió al gobierno estatal y federal detener la violencia, se alineó a la jerarquía presidencial y estatal.
Su forma de gobernar fue vertical, unipersonal, nada diferente a los gobiernos del PRI del pasado.
La impugnación de las candidaturas que el confeccionó, no es lo central, si no la impugnación en su contra como político, por su reelección, por su acuerdo prianista.
Será en el Tribunal Electoral la resolución, pero será principalmente ante los morenistas y los ciudadanos de lucha, esa impugnación; si no funciona de todos modos ya no tiene credibilidad.
¿Ustedes creen amigos lectores y confidentes lectoras, que Lamarque y sus achichincles han contribuido en algo a la lucha democrática? definitivamente no, solo le han echado tierra.