Taylor Johnson / Hoodline
La tragedia ocurrió cuando dos mujeres de Arizona murieron en un ataque armado mientras viajaban por Sonora, México. Las víctimas, identificadas solo como Enedina, de 72 años, y Ubaldina, de 82, se encontraron con violencia en un tramo de carretera conocido por disputas territoriales entre organizaciones criminales. De acuerdo con la Procuraduría General de Justicia de Sonora, según informó el Arizona Daily Star, su vehículo fue encontrado volcado y acribillado a balazos en la carretera federal 2, cerca de Sonoyta, su ciudad de origen.
12News concedió una entrevista con el hijo de una de las víctimas, que sigue sin ser identificado por razones de seguridad. En su declaración, expresó su conmoción y dolor por la pérdida, enfatizando que “mi madre y mi tía nos fueron arrebatadas violentamente. Eran abuelas geniales y amorosas a las que les encantaba ayudar a su familia y a su comunidad”. El hijo expresó su determinación de no permitir que el incidente sea descartado como un mero caso de “lugar equivocado, momento equivocado”, dado que Sonora era el hogar de las víctimas.
La profundidad de esta tragedia se ve agravada por la repentina muerte de una tercera hermana, que falleció de cáncer justo antes del incidente. La familia ahora llora la pérdida de tres miembros queridos, cada uno de los cuales desempeñó un papel central en su comunidad y estructura familiar. El hijo relató que su madre era la cuidadora principal de su pareja, atada a una silla de ruedas durante diecinueve años, y que había gozado de buena salud con planes de visitar a su nieta en la costa este.
El Departamento de Estado de EE.UU., reconociendo a una de las víctimas como ciudadana estadounidense y a la otra como residente permanente legal, está “monitoreando de cerca la situación”, según el Arizona Daily Star. Sin embargo, el hijo se ha quedado en busca de respuestas, ya que no se ha presentado nueva información sobre la investigación de las muertes, según 12News. “No sabemos nada de la investigación. No nos han dicho ningún arresto ni ninguna pista”, dijo.
Tras el incidente, la comunidad y la familia se han visto obligadas a lidiar con un profundo sentimiento de vulnerabilidad e injusticia. El hijo insistió en que la violencia y la delincuencia en la zona son problemas de larga data exacerbados por la guerra contra las drogas. Armado con la amarga verdad de la pérdida personal, el hijo hizo un llamado a una acción más efectiva y colectiva tanto de Estados Unidos como de México para enfrentar estos desafíos. Esa cooperación, espera, podría evitar que otras familias sufran una agonía similar.
Estas muertes ocurren en el contexto de un patrón más amplio de violencia que afecta al norte de Sonora. Los expertos han estado trabajando para hacer coincidir la evidencia en la escena del crimen, incluidas las armas encontradas en un vehículo robado, con el ataque, según la información proporcionada por la oficina del Fiscal General de Sonora y mencionada por Arizona Daily Star. La actual advertencia de viaje del Departamento de Estado subraya los riesgos en Sonora y restringe a los empleados del Departamento de Estado conducir en la región donde ocurrió el delito.