La reciente edición del programa en México ha quedado marcada por los insultos y las amenazas entre sus participantes, mientras la productora y la televisora se deslindan de las críticas por los comentarios hechos
Almudena Barragán / El País
El reality show La Casa de los Famosos se ha convertido en el programa más visto de todos los tiempos de la televisión mexicana. Más de 12.200 millones de reproducciones en redes sociales y millones de votos telefónicos acreditan su récord. Sin embargo, la popularidad del programa también ha quedado marcada por los constantes enfrentamientos, insultos y amenazas entre sus participantes que han subido el tono de la discusión y que reflejan la normalización de la violencia machista que golpea a todo un país.
El último ejemplo que ha hecho saltar las alarmas ha sido el comentario del concursante Adrián Marcelo después de la sexta gala de nominaciones en las que fue expulsada la concursante Gomita y donde Marcelo fue calificado por Gala como “narcisista, misógino y machista”. El polémico youtuber aprovechó la expulsión para declarar: “una mujer menos para maltratar”, mientras sus dichos eran respaldados por la risa de otros integrantes de la casa. Este tipo de afirmaciones, los enfrentamientos constantes y la violencia entre los participantes ha llevado tanto a la productora EndemolShine, responsable del programa, como a Televisa a ser cuestionadas por los límites de un formato como este.
Organismos por los derechos de las mujeres, activistas y seguidores del programa han denunciado que Televisa — la cadena de televisión más grande del país— sirva como altavoz para hacer apología de la violencia. Otras voces más críticas exigen la salida inmediata del concursante y una amonestación. “Este tipo de formatos en los que se permiten estas conductas consolidan la violencia como entretenimiento”, señala Aimée Vega Montiel, investigadora del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Mientras tanto, desde la productora del programa señalan que se están valorando los comentarios vertidos por el participante y Televisa niega categóricamente que se esté difundiendo contenido violento. “En México hay una regulación muy puntual para la televisión (radiodifundida) y la estamos cumpliendo a cabalidad, cuidando lo que a diario se transmite con pulcritud y no llevando nada que violente los horarios de clasificación, ni que fomente la violencia de algún tipo”, apunta Mario San Martín Robles, director de Información, Entretenimiento y Deportes de la cadena, en declaraciones a este diario.
Vega Montiel apunta la importancia que las redes sociales han tenido en la expansión del fenómeno de La Casa de los Famosos, el ingrediente secreto de esta nueva edición, e insiste en la gran influencia de los medios de comunicación en “reforzar la noción que la sociedad tiene sobre la violencia hacia las mujeres”, así como en alimentar “la impunidad social que supone agredir a una mujer”. La especialista considera que el caso de Marcelo se trata de un caso de “violencia mediática”, recogida en la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia desde 2021, y que es definida como “la violencia ejercida por cualquier persona física o moral que utilice un medio de comunicación para producir o difundir contenidos que atentan contra la autoestima, salud, integridad, libertad y seguridad de las mujeres y las niñas, que impide su desarrollo y que atenta contra la igualdad”.
Lo sucedido dentro del reality en estas últimas semanas ha desembocado incluso en el pronunciamiento del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred): “El entretenimiento no tiene que ser misógino, clasista, racista, homofóbico, xenofobia, discriminatorio. Ya basta, nada justifica las narrativas de odio”, apuntó la institución a través de un comunicado. Un llamado al que también se sumó la Secretaría de las Mujeres de Ciudad de México que instó a “eliminar los estereotipos que atentan contra la dignidad de las mujeres” y a “difundir la cultura de no violencia contra las mujeres”.
En realidad, no es la primera vez que el comediante hace este tipo de comentarios, en 2019, cuando trabajaba para el canal Multimedios, utilizó los feminicidios como analogía durante la retransmisión de un partido de fútbol. “Así es, un error prácticamente que se podría considerar un feminicidio. La deja muerta, ahí en el área”, dijo en su intervención. Aquellas palabras también provocaron una fuerte polémica y, poco después, su salida como comentarista.
La Casa de los Famosos, el concurso que en 2023 ganó Wendy Guevara, y que dio visibilidad a las personas trans con una historia de tolerancia y superación, este año duplica sus métricas con un mensaje muy diferente. Pese a la polémica, desde la televisora insisten en su compromiso de luchar contra la violencia. “Seguiremos trabajando en pro de las mejores causas y evitando cualquier tipo de violencia en la televisión y en cualquier otro espacio público”, afirma San Martín Robles.
La gala más reciente del programa volvió a batir récords. Fueron emitidos más de 28 millones de votos y el show ya acumula más de 266 millones de horas vistas en el servicio de streaming Vix. El asunto, no obstante, ha ido más allá de un pleito entre participantes o de un concursante polémico. La madre de una de las concursantes agredidas ha denunciado ante la justicia a Marcelo por un delito de discriminación y violencia de género en contra de su hija. “Los promotores del programa tienen una responsabilidad en los mensajes que se promueven dentro de él”, apunta Vega Montiel y agrega que “la libertad de expresión tiene límites cuando en un programa se hace apología de la violencia y de la discriminación”. La especialista recabó en un reciente estudio más de 10.000 demostraciones de violencia contra las mujeres solo en una semana de ver la televisión abierta en México. Por su parte, desde la productora condenan los ataques que están recibiendo dos de las productoras del programa a raíz de la polémica con mensajes intimidatorios y amenazas directas.
En medio de los cuestionamientos sobre los contenidos que capitalizan los medios de comunicación y sobre en quién recae la responsabilidad de los mensajes que en ellos se transmiten, millones de espectadores se mantienen en vilo. Mientras, el rating del programa más visto de México no para de crecer.