Como punto de partida: hay una profunda crisis en el país; y por supuesto en las entidades; y Morena cuando se les cuestiona en el manejo de esta crisis, inmediatamente ven las sombras del PRI y del PAN y, si estos partidos, conocidos como PRIAN, se les cuestionan, pues ven la sombra de Morena; pero los dos bloques no se dan cuenta de que los ataques mutuos lo único que han ocasionado es el desprestigio de ambos y alejar a la población de “todos los partidos” y entonces ahora se está viendo un fenómeno de movilizaciones sociales y políticas que rechazan “la intromisión de los partidos”.
Pues bien; si alguien se da por aludido cuando se cuestiona el papel de Morena en esta crisis, concretamente, el sexenio de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) o de la actual presidenta, Claudia Sheinbaum Pardo, se están quedando limitados, también el PAN, y el PAN no fueron capaces de resolver o administrar.
La crisis ya llegó, políticamente hablando, a las entidades y varios estados gobernados por Morena, sobre todo en el noroeste, que es lo que pretendemos explicar, está en franca debilidad. En Sinaloa, no se ve por dónde Morena vaya a sostener la gobernatura, pero lo mismo en las Bajas californias y en especial en Sonora.
En Sonora, el gobernador Alfonso Durazo ha sido muy cauteloso, de alguna manera trata de llevar “la fiesta en paz” y no es el caso de Rubén Rocha Moya, que no solo “tumbó” a los tres presidentes electos, y de Morena, en los municipios más importantes, como es Mazatlán, Culiacán y Ahome, pero no solo eso, prácticamente toda la sociedad sinaloenses lo acusa de la ingobernabilidad en el estado; Sonora ni de lejos está en una crisis de esa magnitud, sin embargo, la falta de una buena administración que pudiera conciliar los conflictos sociales los ha llevado a algunos sobresaltos.
Lo cierto es que en Sonora ya estamos en plena campaña electoral y tanto Morena como el PRIAN están operando para que en unos cuantos meses ya tengan a su candidato.
Por el lado del PAN y aliados, la figura de Antonio Astiazaran, actual alcalde Hermosillo va a Caballo de hacienda y no se ve quién podría hacerle sombra.
El alcalde ha llevado una intensa campaña territorial, bajo un programa denominado CRECES donde motiva la participación ciudadana y bajan obras a las colonias y comunidades; además, tiene la ventaja de que es reelecto y cuenta con una aceptación de los “del dinero”.
También ha recibido críticas, primero por el levantamiento masivo de vehículos, que según sus detractores no era más que una política abusiva y recaudatoria, también su política de vivienda, lo acusan de excesos para apropiarse de vivienda con el pretexto de declarativos de abandono. Sin embargo, no ha sido suficiente para reducir preferencias en el municipio y se mantiene como un candidato fuerte para la gobernatura de Sonora.
Por otro lado, se decía que el alcalde de Cajeme, Javier Lamarque, a pesar de gobernar el municipio más violento en el estado, ya había creado cierta expectativa entre las filas morenistas, además de llevar una buena relación con los grupos empresariales de Cajeme, sobre todo con la familia Robinson Bours.
Las corrientes de Morena lo ven como un tipo sectario, que mantiene un grupo de incondicionales, lo mismo ha sido en los movimientos sociales, lo que de entrada no le da la posibilidad de compactar al partido guinda. Lo cierto es que el grupo de whatpps de los morenistas pasó de ser Caminemos con Javier Lamarque a Caminemos con Lorenia Valles.
Lorenia Valles es un cuadro medio de la izquierda institucional, que nunca ha tenido un papel como funcionaria pública que le diera experiencia en el trato con la gente y con los grupos sociales o de poder, pero además no tiene identidad con los grupos progresistas o pensantes en el estado.
En Sonora hay un gran capital progresista, de cientos de militantes de izquierda que no ven con buenos ojos lo que está pasando en el estado ni están de acuerdo con el desplazamiento de que fueron objeto en Morena, además, hay infinidad de movimientos sociales que no están representados ni por Morena ni por el bloque del PAN y del PRI, y la necesidad de una alternativa de izquierda cada día es más latente. La creación de un conglomerado compuesto por militantes de izquierda y movimientos sociales puede convertirse en una alternativa ante Morena y el PRI y PAN.
Una candidatura pobre, sin recursos, pero que sus abnegados militantes pondrían de sus propios recursos, que se multiplicarán para recorrer barrios y comunidades, que hablaría con la verdad, que articularán las demandas de los olvidados, de los agraviados, de los hartos de los partidos, que hagamos memoria por quienes se inmolaron por un México y Sonora mejor.
No todo es poder y dinero; es más, el poder y el dinero es ofensivo, la dignidad, los sueños de muchos, acuerpados con una gran voluntad y astucias, pueden poner en una situación incómoda a quienes creen que la institucionalidad está por encima de todas las cosas; hacer el intento ya es ganar; como diría Simón “hagámoslo”.








