Los ejecutivos reconocen su historial confrontativo, pero advierten sobre la forma en que el nuevo tribunal enfrentará otros conflictos con el sector privado
Redacción
La decisión de la Suprema Corte de rechazar los amparos de Ricardo Salinas Pliego para evitar una condena de más de 30,000 millones de pesos por evasión impositiva sacudió al sector empresarial que, aunque reconoce el historial confrontativo del magnate, teme el mensaje político que envía el tribunal.
“Para la mayoría de los mexicanos él es un villano: racista, misógino, y quienes trabajan en sus empresas hablan pestes de la cultura institucional”, admite un empresario del sector farmacéutico. “Este caso individual es controvertido, porque el hombre ha sido siempre muy confrontativo”, complementa otro del sector financiero y recuerda que Salinas Pliego siempre le ha metido un condimento político a sus pleitos y que “se ha dedicado a criticar abiertamente a gobiernos, de cualquier signo y color”.
Dentro del sector empresarial, Salinas Pliego fue acumulando conflictos y enemistades, e incluso llegó a demandar a sus propios socios, lo que lo terminó aislando del propio sector. Ese clima explica por qué las principales cámaras empresariales consultadas por LPO no hayan querido emitir opinión sobre el caso.
A pesar de esto, varios ejecutivos aclaran que el personaje no debería distraer del mensaje que deja el fallo. “Podrá ser una victoria política para el gobierno en el corto plazo, pero abona al temor para invertir en México, sobre todo porque no es el único caso”, advierte un empresario que igual admite que las inversiones ya están golpeadas por otros factores.
Para el sector privado, la desinteligencia del gobierno estuvo en dejar que el conflicto escalara demasiado. “Me deja un mal sabor de boca que no hayan tenido la vocación política suficiente de pararlo antes, sumado a que la corte evidentemente tiene un sesgo político, no es una buena señal”, aseguran. Aun entendiendo que se trata de un caso particular y admitiendo que el Estado puede tener razón, la inquietud se repite como un mantra en el sector: “Espero que no se convierta en una tendencia con otras empresas”.
Me deja un mal sabor de boca que no hayan tenido la vocación política suficiente de pararlo antes, sumado a que la corte evidentemente tiene un sesgo político, no es una buena señal
Sobre el impacto directo sobre la figura del empresario, las visiones dentro del sector privado están divididas. Para algunos, la resolución es efectivamente una victoria política del gobierno y confirma hasta dónde está dispuesto a llegar en un conflicto que lleva años sin resolverse.
Otros, en cambio, creen que la decisión puede resultar contraproducente, porque el magnate tiene experiencia en litigios internacionales y sabe cómo usar un revés judicial para victimizarse. Sostienen que el timing fue especialmente malo y que el fallo le permite argumentar que se trata de un acto arbitrario dirigido con nombre y apellido, lo que podría darle más margen para seguir la pelea fuera del país.










