Por mas que trato de encontrar una lógica para explicar la repetición de un evento lamentable como los que nos toco vivir de nuevo el pasado sábado primero de noviembre como el de hace 16 años de la guardería ABC, los cuales tienen mucha similitud por las irresponsabilidades tanto de los dueños como la actuación de las autoridades, no tengo mas que aceptar que nada a cambiado y que los argumentos dados por las autoridades, han sido poco o casi nada creíbles para la ciudadanía Sonorense especialmente para los hermosillenses.
Detonantes de la tragedia en ABC un cooler, en Waldos un transformador.
Culpables: en ABC los dueños distinguidos de la sociedad hermosillense, en waldos gerente y personal de la tienda.
Autoridad responsable directa: En ambos eventos fue y sigue siendo protección civil estatal y municipal.
Autoridades corresponsables: Gobernador del Estado presidente municipal de Hermosillo y secretario de gobierno del estado de Sonora.
Responsabilidades indirectas: Comisión Federal de electricidad y Bomberos voluntarios de Hermosillo.
Es inconcebible que la experiencia vivida de hace 16 años se repita con una gran similitud, y que las autoridades encargadas para proteger al ciudadano de los riesgos que amenazan su integridad no muestran memoria.
Mientras no se considere la prevención como la mejor manera de evitar tragedias que cuestan muchas vidas, Hermosillo está destinado a repetirlas.
Nuestras autoridades responden de manera reactiva a los problemas y tragedias de esta magnitud al carecer de una verdadera vocación de servicio publico para lo cual se les paga (y se les paga muy bien), dándonos a cambio resultados vergonzosos que ocasionan la ira de la ciudadanía la cual se ve impotente de asimilar y mucho menos justificar el cinismo de los resultados de las investigaciones llevadas a cabo por las autoridades “competentes” donde la falta de transparencia es observable a simple vista.
Recuerdo muy bien que en campaña el candidato Durazo afirmó categóricamente que iba a gobernar con los y las mejores personas capacitadas e idóneas profesionalmente con un alto perfil en sus desempeños laborales. Lamentablemente el Sr. Gobernador se equivocó. Y he aquí las consecuencias.






