El ex secretario de Gobernación aseguró que la intervención militar en Michoacán fue solicitada por escrito por el entonces gobernador, hoy jefe de la Oficina de la Presidencia. Señaló que la violencia actual es responsabilidad de Morena y criticó la estrategia de seguridad de la 4T
Rafael Ramírez / El Sol de México
El senador Francisco Ramírez Acuña, ex secretario de Gobernación durante el sexenio de Felipe Calderón, defendió al ex mandatario y afirmó que la llamada “guerra contra el narcotráfico” se originó por una petición formal realizada por el entonces gobernador de Michoacán, Lázaro Cárdenas Batel —actual jefe de la Oficina de la Presidencia— ante la incapacidad de su administración para contener la violencia en la entidad.
En entrevistado en el Senado, Ramírez Acuña acusó a la Presidencia de “mentir” al responsabilizar a Calderón del incremento de la violencia en Michoacán. “Cuando dicen que la violencia es culpa de Felipe Calderón, mienten”, señaló. Recordó que los hechos violentos en la entidad se agudizaron “cuando rodaron aquellas cabezas”, durante el gobierno de Vicente Fox.
El legislador sostuvo que la solicitud de apoyo federal fue presentada por escrito. “Yo recibí ese escrito en la Secretaría de Gobernación, donde el gobernador pedía ayuda porque ya no podía controlar la inseguridad y solicitaba el apoyo del Ejército”, enfatizó.
Cuestionado sobre las declaraciones de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien ha calificado esa intervención militar como una decisión autoritaria, Ramírez Acuña respondió: “Ya da risa lo que dice la presidenta. Le echa la culpa a Calderón y Peña Nieto, pero no reconoce que con López Obrador se optó por los abrazos y no balazos. La violencia que hoy vivimos en México es culpa de Morena”.
Respecto a la actual estrategia federal, el senador apuntó que la muerte del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, evidencia una falla institucional: “Pedía a gritos que lo apoyara la presidenta y no fue escuchado”.
Ramírez Acuña afirmó que Calderón actuó correctamente al atender solicitudes similares de otros estados, como Guerrero, Veracruz y Tamaulipas, aunque reconoció que debió definirse un plazo para regresar al Ejército a los cuarteles y reforzar la reconstrucción del tejido social.
Sobre la decisión del expresidente López Obrador de no retirar a las Fuerzas Armadas de tareas de seguridad pública, sentenció: “Él dijo que los regresaría al día siguiente y nunca lo hizo; al contrario, militarizó peor la seguridad”.







