La exportación a Estados Unidos de estas especies quedará prohibida a partir de 2026 debido a la falta de regulaciones que protejan a la vaquita en México
Jorge Salcedo / El Sol de México
México no podrá exportar camarones, tiburones, langostas y otras 18 especies marinas a Estados Unidos debido a la falta de normativas de pesca en el Golfo de California que prevengan la captura incidental de vaquita marina, según lo establecido en la Ley de Protección de Mamíferos Marinos estadounidense.
Estos productos marinos, o pesquerías, incluyen la captura con redes de pesca o enmalle de camarón azul, anchovetas, rayas, langostas, tiburones, corvinas, sierras, sardinas, macarelas, berrugatas, entre otras, debido a que México no cuenta con un sistema de monitoreo de capturas incidentales de mamíferos marinos, salvo en algunos casos regionales, y los pescadores no actualizan los registros de información sobre estas capturas de acuerdo al reporte de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA por sus siglas en inglés).
La prohibición para importar estas especies quedó establecida el dos de septiembre de este año a través de un aviso de la NOAA en el Registro Federal estadounidense debido a que México y otros 34 países no cumplen con los estándares de pesca en ese país.
“A partir del 1 de enero de 2026, se prohibirá a los países cuyas pesquerías no hayan obtenido la certificación de comparabilidad importar pescado y productos pesqueros procedentes de dichas pesquerías a los Estados Unidos”
“Tiene 5 años que se publicaron las reglas de pesca en el área de la vaquita marina, desde hace 5 años están obligadas las embarcaciones a traer GPS, a tener artes de pesca alternativos, a tener puertos de desembarque en específico y no ha sucedido; hasta apenas los están implementando”, sentenció Alejandro Olivera, representante en México del Centro para la Diversidad Biológica, en entrevista con El Sol de México.
Las autoridades en México no han ejercido las medidas de protección establecidas desde noviembre de 2020 que prohíben la pesca en el Área de Tolerancia Cero, el uso de redes de enmalle y que obligan a las embarcaciones a llevar dispositivos de rastreo satelital, particularmente en el Alto Golfo de California, según el especialista. “En el caso de la vaquita va a ser cumplir la ley, es fácil,” sentenció Olivera.
Asimismo, el reporte de la NOAA advierte que el país carece en gran medida de mitigación para la captura incidental de mamíferos marinos en la pesca de especies transfronterizas con Estados Unidos.
“No hay ley, no hay autoridad, más en poblaciones como en San Felipe, como el Golfo de Santa Clara. Y han pasado más de cinco años que llevaron a que queden menos de 10 ejemplares de vaquita. Está en su estado crítico de extinción. No se ha podido confrontar esta problemática”, criticó.
Olivera destacó que desde hace mucho tiempo existen métodos de pesca alternativos, como la red suripera o el “chango ecológico”, desarrollado por el Instituto Nacional de Pesca, que no tiene interacción con las vaquitas. “Hay métodos probados, sin embargo, no se han implementado”.
La Ley General de Pesca y Acuacultura Sustentables señala que las únicas artes de pesca permitidas en las concesiones o permisos autorizados para embarcaciones menores dentro del Alto Golfo incluyen las redes de arrastre camaroneras y redes de arrastre de escama marina, redes suriperas, línea de anzuelos, palangre, trampas y el buceo libre o semiautónomo con manguera y compresor.
Redes de pesca ilegales aún se usan a pesar de prohibiciones
“En el caso del Alto Golfo, la vaquita no solo muere en las redes de camarón, sino también en las redes para pescar pez totoaba. Los decomisos de totoaba siguen, la pesca ilegal sigue, se siguen utilizando redes prohibidas”.
Durante su comparecencia ante el Senado de la República, la titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Alicia Bárcena, subrayó las acciones para la protección de la vaquita marina y el pez totoaba en su primer año de gestión, como la recolección de más de 12 kilómetros de redes ilegales y una sentencia condenatoria obtenida por la Procuraduría Federal de Protección Ambiental (Profepa) para dar siete años de prisión a dos personas en posesión de 224 vejigas natatorias de totoaba.
Olivera agregó que la vaquita marina es más susceptible a morir ahogada en las redes para la pesca de totoaba, cuyo tráfico ilegal conlleva un mercado multimillonario, particularmente en Asia. El representante del Centro para la Diversidad Biológica advirtió que los decomisos y los aseguramientos de pescadores no son suficientes para detener el tráfico de la vejiga de totoaba.
“El comercio de totoaba es tan lucrativo que el crimen organizado está involucrado, eso complica más las cosas. A la totoaba se le llama ‘la cocaína del mar’ justo porque sus precios pueden ser más caros que los de la cocaína, a un precio de más de 20 mil dólares el kilo. Lo que nosotros hemos solicitado es que se haga una investigación a fondo para desarticular toda la red de tráfico, y no solo ir por la gente que está en el agua capturándola. El trabajo debe ser más a fondo”, sentenció Olivera.











