Después de larguísimos ocho años de no asistir a un evento en plan exclusivamente de reportero, ayer me solté la greña –obvio, metafóricamente hablando- y asistí a dos.
Un tanto desconcertado por el rol retomado, pude corroborar tres cosas: que lo que bien se aprende no se olvida, que me voy a morir reporteando porque esa es mi pasión, y que los actores principales de la política de aquéllos tiempos del PRI hegemónico y del PAN en su etapa de gloria, ya no lo son…y se les nota.
Y una cuarta más por resaltar: quien no tuvo la oportunidad de asistir a la presentación del libro “Sindicalismo de la CTM Sonora: grandes luchas, crecimiento y fortaleza 1982-2025” se perdió del evento más sui generis del año. Es más, y si me apuran tantito, de varios años.
Paso a explicarme:
Para empezar, la asistencia convocada por el jefe máximo del cetemío sonorense, Javier Villarreal Gámez, resultó de chile, dulce y manteca. Innegable capacidad para movilizar a noveles y no tanto actores de la política laboral y partidista.
Bromeando con un par de colegas periodistas, alcanzamos a anotar que solo faltó la Mirta, el Manzanitas y el Polacas -célebres y distinguidos personajes hermosillenses-, para que el cuadro estuviera completo (sé que mis escasísimos lectores millennials y menos los centennials entenderán este chistorete, pero bueno, ellos se lo pierden…)
Presentes por ahí, por ejemplo, empresarios de la talla de Félix Tonella y Roberto Gómez del Campo (Maquilas Tetakawi), el hotelero y ganadero Martín Gándara, David Contreras Camou (Transportes Settepi), Roberto Sitten Ayala (dirigente del gremio de ingenieros mineros, metalurgistas y geólogos) y Carlos “El Bebo” Rodríguez; cercano a este círculo, los funcionarios cuatroteístas Adolfo Salazar, Ana Luisa Chávez, Bernardeth Ruiz, Carlos Sosa y David Soto Alday; en primera fila, los senadores Lorenia Valles y Heriberto Aguilar; igual en ese lugar de privilegio, Jorge Pesqueira Leal, Pedro Ortega (exrector de la Universidad de Sonora) y Pancho Contreras Vergara (dirigente nacional del STIRTT); Flor Ayala, en representación del alcalde Antonio “Toño” Astiazarán; más allá, la ahora vieja guardia del partido tricolor, encabezada por Bulmaro Pacheco, Miguel Ángel Murillo, Julián Luzanilla, Nacho Martínez Tadeo, Daniel Trelles, Roberto Karam, Pancho Díaz Brown, Javier Hernández y Carlos Orduño.
Y desde luego, infaltable, el líder moral de la CTM, Pancho Bojórquez Mungaray, con una lucidez mental que ya la quisieran más de dos, pese a su edad; acompañado codo a codo por su hija y fiel escudera, Julissa Bojórquez, y el diputado petista Oscar Ortiz, dirigente de la central obrera en Hermosillo.
¿A poco no fue una asistencia de chile, dulce y manteca?, en un contexto, hasta donde alcanzo a recordar, donde la CTM ya no es una organización priísta pero oficialmente tampoco morenista, más allá de que sus líderes pueden ser lo que quieran, y la concurrencia fue una prueba de ello.
Ojalá hubiesen visto las caras, las miradas de reojo, los abrazos, los gestos y las palmadas de los asistentes entremezclados. Una chulada. Juntos, pero no revueltos, los políticos del pasado más o menos reciente desplazados por una nueva camada, solo que de diferente color.
Por lo demás, oportunidad inmejorable para convivir un momento, saludar y desde luego, grillar, con los colegas y amigos Francisco Javier Ruiz Quirrín, Armida Bernal, Antonio Duarte, Juan Bernardo Díaz, Hilario Olea (uno de los presentadores del libro, por cierto), Gerry Salazar, Fernando Oropeza, Isidro Olivas, Gabriel Ruiz, Carlos Argüelles, Gustavo Valenzuela, Alfredo Ochoa y Franco Becerra.
De la presentación del libro, ¿qué le puedo decir?: que Roberto Ruibal no supe si habló como exsecretario de Gobierno, como sindicalista o como empresario del transporte. Que la doctora Pamela Corella Romero, presidenta de la Sociedad Sonorense de Historia, hizo su chamba, leyó el libro y aportó sus conocimientos de historia; y que el colega Hilario Olea, fue el de las anécdotas simpáticas sobre el transcurrir de la vida de la CTM y sus dirigentes.
Insisto: evento sui generis.
El detalle “extraño”: el secretario de Trabajo, David Soto Alday, fue mencionado como representante del gobernador Durazo en el evento, estando presente el número dos de la nomenclatura estatal, Adolfo Salazar.
No soy experto en protocolo, pero el gesto hace ruido.
En otra arista, debo mencionar la asistencia también a una rueda de prensa mañanera convocada por la Asociación de Ingenieros en Minas, Metalurgistas y Geólogos de México AC, Distrito Sonora, que encabeza el amigo Roberto Sitten Ayala, para dar a conocer la realización del dieciseisavo Congreso Internacional de Minería a realizarse en noviembre del ¡2026!
Sí, ya sé, preguntarán ustedes porqué con tanto tiempo de anticipación el anuncio. La misma pregunta hice.
El tema es que un eventazo del tamaño de quince mil asistentes de diversos países, y acapara todo: hoteles, restaurantes, bares, canchas deportivas, salones de eventos, etc etc etc, de ahí que lo anuncian un año antes para que la fecha de realización sea bloqueada y no programen ningún otro evento en la ciudad. De ese tamaño será la derrama económica.
Como siempre, seguro estoy que será todo un éxito, como los anteriores congresos.
ENCUADRE SONORENSE
Me informan que este sábado, el Partido Sonorense conformará un nuevo comité municipal ahora en Guaymas, mismo que estará conformado por Zulma Paola Mudeci Magaña como su presidenta y por Marco Antonio Ramírez González, como su secretario general.
Juan Manuel Curiel, Martín Jiménez, Adriana León, tendrán también cartera partidista, acompañando a los secretarios Gabriela López, Giselle Ocaña, María Elena Salas, Martín Alán Nieblas, Catalina Soto, José Antonio Hernández y Dolores Julissa Gómez.
Un comité nutrido, y hasta donde sé, con gente muy comprometida y dispuesta a sacar la chamba a favor de las mejores causas de los guaymenses.
Conociendo a la Mudeci, no tengo ninguna duda de ello.
Felicidades por adelantado.
ENCUADRE FÚNEBRE
La mañana de ayer fue un día triste…pero no sombrío.
La noticia del fallecimiento de mi queridísimo Cutberto López me agarró totalmente desprevenido.
Sabía que estaba enfermo, pero no sabía a qué grado.
Le conocí hace muchísimos años en mis andanzas reporteriles. Siempre inquieto, platicador, punzante, solidario, dispuesto, anhelante, comprometido, y apasionadísimo del teatro.
Muchos años más tarde, coincidimos como compañeros de trabajo, yo como director de Comunicación de la Universidad de Sonora, y él, como el todólogo que siempre fue y lo hacía inmejorable: coordinador del programa Culturest, animador en las posadas y organizador de las festividades de aniversario de nuestra alma mater, fungiendo a la vez como maestro de ceremonias.
Fue una relación laboral muy solidaria, pero más afectuosa.
Así era el Cut: afectuoso y solidario.
Recientemente fue homenajeado en su natal Benjamín Hill, y se dejó querer por sus coterráneos.
Tengo la certeza de que se andaba despidiendo.
Desde estos párrafos, vaya el abrazo fraterno para su familia y larga lista de amigos. Una ausencia que duele pero una presencia que no será olvidada.
Descansa en paz, amigo.
Se te quiere.
IN PROXIMUM







