María Alcaraz contó que fue deportada por personas de origen latino que colaboraban con autoridades migratorias
DEBATE
El sueño americano de María Alcaraz y Carlos Parra, una pareja originaria del norte de México, se vio abruptamente truncado en agosto, cuando agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) los separaron de su vida en Indio, California, y los obligaron a abandonar su próspero negocio de hotdogs estilo Sonora, el cual se había convertido en un fenómeno local.
Según relató María, la deportación fue ejecutada por agentes de ICE con ayuda de personas a las que describió como “cazarecompensas”, migrantes a quienes se les paga por entregar a otros connacionales en situación irregular. “Estaban haciendo su trabajo, pero lo que me sorprendió fue que eran latinos, igual que nosotros”, comentó con tristeza en un video compartido en redes sociales.
El operativo tomó por sorpresa a la familia. Carlos fue detenido por las autoridades, mientras María se encerró con sus hijos por temor a ser arrestada también. “Habían ido a buscarme a mi casa y me amenazaron que hasta podían quitarme a mis hijos”, denunció.
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Durante semanas, María buscó asesoría legal con la esperanza de regularizar su situación migratoria. “Consulté a abogados, ya que constantemente escuchaba la posibilidad de que pudiéramos legalizar nuestra situación a través de Carlitos, dada su condición de autismo”, explicó. Sin embargo, las respuestas que obtuvo no fueron alentadoras. “Desgraciadamente, los abogados no nos dieron muy buena esperanza”, lamentó.
La tensión y el miedo se apoderaron de su vida cotidiana. “Los días se hacían eternos, porque ellos me estaban cazando”, recordó. Finalmente, ante la amenaza de perder a sus hijos, decidió regresar voluntariamente a México junto con ellos.
Una vez en territorio mexicano, María y sus hijos se establecieron en Mexicali, donde fueron recibidos por su familia. “Llegando a Mexicali, gracias a Dios, aquí está toda mi familia. Porque como ustedes ya saben, yo soy de aquí y mi esposo es de Sonora. Entonces, llegamos a una casa de mi hermano”, narró.El popular negocio que conquistó redes sociales terminó tras la detención de Carlos Parra y la deportación de su esposa.
Desde entonces, María intenta adaptarse a una nueva vida lejos de California, mientras espera noticias de Carlos, quien continúa detenido en Estados Unidos. “Lo extraño demasiado; solo nos comunicamos por teléfono”, expresó entre lágrimas.
La pareja había alcanzado un notable éxito con su negocio de hotdogs estilo Sonora, que se popularizó en redes sociales tras volverse viral en TikTok, donde fueron apodados como “los más virales de Coachella” por la gran afluencia de clientes en su puesto.
Ahora, ambos saben que deberán comenzar desde cero. “Tenemos que volver a empezar, pero con la esperanza de volver a estar juntos”, concluyó María, recordando con nostalgia los días en que su emprendimiento simbolizaba un futuro próspero en el extranjero.