Trump ha sufrido una nueva caída en las encuestas tras el asesinato de Charlie Kirk. Ahora, incluso su base, que son los republicanos, duda del rumbo del país.
Manuel Gonzalez / Sin Embargo
Ciudad de México, 23 de septiembre (SinEmbargo).– La imagen de Donald Trump ha vuelto a caer entre los estadounidenses al tiempo que el discurso de su base de derecha se ha radicalizado a partir del asesinato del activista Charlie Kirk, el cual ha llevado incluso a que medios de comunicación y conductores sean censurados al referirse al tema.
Un 52.6 por ciento de los estadounidenses desaprueba a Trump después de ocho meses de gestión y solo un 46.1 por ciento respalda la manera en la que conduce el Gobierno de los Estados Unidos, revelan las cifras del ponderado de encuestas de RealClearPolitics. Su nivel de rechazo es el mismo que registró en esta medición en julio pasado y representa su nivel más alto en este segundo mandato.
Los números que registra Trump son los peores entre los últimos 4 presidentes que ha tenido ese país, de acuerdo con las cifras registradas por The New York Times, que muestra en su encuesta de encuestas —un promedio diario de mediciones realizadas por decenas de organizaciones diferentes desde el día de la toma de posesión— cómo Trump tiene un nivel de rechazo del 54 por ciento y uno de aceptación del 43 por ciento. Los mismos números muestran que este máximo nivel de rechazo es el mismo de julio pasado.
The New York Times señala cómo los dos mandatos presidenciales de Trump comenzaron con índices de aprobación históricamente bajos. Si bien su segundo mandato ha sido algo mejor valorado por los votantes que el primero, Trump comenzó su mandato actual con un índice de aprobación neto inferior al de cualquier otro Presidente, desde Bill Clinton.
Pero las cifras de The Economist son aún peores. “Ambos mandatos de Trump comenzaron con una opinión pública dividida casi por igual. En ambos casos, sus índices de aprobación netos se volvieron rápidamente negativos”, dice la publicación, orientada a la derecha.
“Esta vez, los estadounidenses no solo están decepcionados con su gestión de problemas básicos como la inflación y la economía, sino que tampoco les gusta su enfoque en temas que fueron fundamentales para su atractivo, como la migración y la delincuencia”, explica el índice de la revista, el cual marca -17 por ciento en su aprobación (más negativos que positivos), con un 39 por ciento de calificación aprobada y 56 por ciento de desaprobación.
El Presidente Trump es más débil que casi cualquier Presidente en este siglo, indica The Economist, ya que, en la aprobación estado por estado, apenas tiene números positivos en un decena de entidades (de Idaho a Alabama, una más conservadora que la otra) y en los otros 40 estados muestra números rojos, incluso en bastiones como Florida, Pensilvania, Iowa, Wisconsin y Michigan, que le dieron la mayoría del Colegio Electoral en 2024.
El asesinato de Charlie Kirk le sale caro a Trump
Pero ahora se le suma un problema más: el asesinato del activista de ultraderecha, Charlie Kirk, a quien Trump y todo el aparato republicano en el poder le brindó un funeral de Estado, ha empeorado la visión del país entre los republicanos, que son la única base que el inquilino de la Casa Blanca ha mantenido con fidelidad desde las elecciones de 2016.
Una encuesta de The Associated Press y del Centro Nacional de Investigación de Opinión (NORC) en la Universidad de Chicago, realizada en los días posteriores al asesinato durante un evento de Charlie Kirk en Utah, señala que la perspectiva de los republicanos sobre el rumbo del país “se ha deteriorado drásticamente”.
“El porcentaje de republicanos que ve al país en la dirección correcta ha disminuido drásticamente en los últimos meses. Hoy en día, solo alrededor de la mitad del Partido Republicano ve al país en el rumbo correcto, en comparación con el 70 por ciento en junio. El cambio es aún más evidente entre las mujeres republicanas y los menores de 45 años del partido”, señalan los hallazgos de esta encuesta.La aprobación de Trump es peor que la de todos los presidentes estadounidenses de este siglo, y sigue en caída. Foto: The Economist
En general, añade, aproximadamente una cuarta parte de los estadounidenses afirma que la situación en el país va por buen camino, en comparación con aproximadamente 4 de cada 10 en junio. Los demócratas e independientes no experimentaron cambios significativos: ya veían mal el rumbo que tomaba Trump.
La base se endurece
Hallazgos parecidos encontró Reuters, en una encuesta también realizada en los días posteriores al asesinato de Charlie Kirk. Alrededor del 71 por ciento de los encuestados por la agencia, en colaboración con IPSOS, se mostró de acuerdo con la afirmación de que “la sociedad estadounidense está rota”, mientras que un porcentaje similar (66 por ciento) manifestó su preocupación por la posibilidad de violencia contra personas de su comunidad debido a sus convicciones políticas.
Las declaraciones incendiarias de Trump tras el asesinato de Charlie Kirk, al acusar al principal sospechoso como un “monstruo radicalizado”, así como la declaratoria de “Antifa” como organización terrorista, a pesar de no tener líderes visibles ni una agrupación claramente delineada, no son las únicas que han volcado a la derecha más a su derecha.
Lo han hecho otros como Stephen Miller, uno de los principales asesores de Trump desde su primer mandato y el responsable de la radical política antimigrante. “No pueden imaginar lo que han despertado. No pueden concebir el ejército que han hecho surgir en todos nosotros”, dijo el funcionario durante el funeral de Kirk. Miller ha sido acusado de rememorar con sus discursos la retórica nazi y neonazi.
Pero también lo ha hecho, por ejemplo, Erika Kirk, la esposa de Charlie, quien ha prometido continuar “trabajando por el legado de mi esposo”, incluso cuando éste ha sido señalado precisamente de racista, divisivo, e incluso como discurso de odio.
“No tienen idea de lo que acaban de desatar en todo este país y este mundo. No tienen idea. No tienen idea del fuego que has encendido en esta esposa. El llanto de esta viuda resonará en todo el mundo como un grito de guerra”, dijo ante el sillón donde Charlie Kirk grababa su podcast. Luego, en el funeral, perdonó al sospechoso del ataque.
Las percepciones entre bandos también muestra la división entre facciones en EU. De acuerdo con cifras de YouGov, los estadounidenses están divididos sobre si la violencia de izquierda o la de derecha es un problema mayor (31 por ciento frente al 33 por ciento).
Los liberales, por abrumadora mayoría, afirman que la violencia de derechas es un problema mayor (4 por ciento frente a 75 por ciento), mientras que los conservadores, por abrumadora mayoría, adoptan la postura contraria (73 por ciento frente a 6 por ciento), en cifras casi idénticas en contra del otro bando.
La censura como respuesta
El Gobierno de Trump se ha desatado en los últimos meses contra sus críticos, pero ha sido desde la muerte de Kirk cuando ha usado la excusa del asesinato para lanzar una cacería de brujas.
El más destacado caso fue el del presentador de televisión Jimmy Kimmel, a quien le suspendieron su programa, para luego ser reinstalado en su puesto a causa de la oleada de críticas contra la Casa Blanca y contra Donald Trump en particular.
La cadena había eliminado a Kimmel “indefinidamente” la semana pasada después de que un alto regulador de Trump y muchos conservadores dijeran que describió incorrectamente la política del hombre acusado de disparar a Charlie Kirk, un activista de ultraderecha.
La decisión de Disney de retirar a Kimmel del aire provocó críticas generalizadas en la comunidad del entretenimiento. Comediantes, actores y sindicatos de Hollywood denunciaron lo que consideraron complicidad con la censura. Algunos pidieron a la gente que cancelara sus suscripciones a los servicios de streaming de Disney.
Pero esta no es la única decisión que ha tomado el Gobierno de Trump.
Ya ha demandado al diario The New York Times por la cobertura negativa de su administración y ha amenazado con retirarles las concesiones a otras televisoras que dediquen más tiempo a criticarlo que a elogiarlo.
Al acoso contra las universidades y sus denuncias contra otras empresas de comunicación, como Paramount+, a quien le ganó una demanda, se suma la postura del Departamento de Defensa (llamado por los trumpistas como el “Departamento de Guerra”) de amenazar a los periodistas con retirarles las credenciales si realizan investigaciones que dejen mal parada a la dependencia o si es información que no compartió explícitamente con los medios.