Investigación de Frontex encargada por la UE para ver la eficacia de las vallas demuestra que no frena la llegada de migrantes, sólo los desvía, y que además se trata de una estrategia costosa
EL UNIVERSAL
Bruselas. La muralla construida entre México y Estados Unidos ha resultado ser una fórmula costosa, compleja, controversial en derechos medioambientales y humanos, así como inadecuada para enfrentar eficazmente la inmigración irregular, sostiene una investigación realizada a solicitud de la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex), según la cual, los únicos ganadores son… los traficantes de personas…
Por tal motivo, precisa el documento, los sistemas amurallados, similares al promovido por el Gobierno del presidente Donald Trump, no son la alternativa a los desafíos migratorios que enfrentan los países ubicados en las fronteras externas de la Unión Europea.
El bloque comunitario trabaja en un plan dirigido a crear un sistema europeo de vigilancia fronteriza armonizado, totalmente sincronizado, de última generación, eficaz y eficiente.
El informe, con fecha de agosto y publicado en Varsovia, sede de Frontex, fue solicitado con la finalidad de ofrecer un marco técnico para desarrollar la arquitectura de seguridad fronteriza, garantizando al mismo tiempo el cumplimiento de la normativa de la UE y el respeto de los derechos fundamentales.
Entre los casos de estudio contemplados en el informe están las murallas de concreto y metálicas construidas por Estados Unidos en la frontera sur, para afrontar retos de seguridad, como la inmigración ilegal, el tráfico de drogas, la trata de personas y el contrabando de mercancías.
La barrera física, sostiene el informe, es una solución complementaria a diversos métodos de vigilancia fronteriza implementados, como vehículos aéreos no tripulados (UAV) y sistemas de sensores.
“Según la CBP (Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza), el objetivo principal del muro es obtener un control efectivo de la frontera, impedir y suprimir las persistentes actividades transfronterizas ilegales y ayudar a los agentes de la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos a detectar y responder a las entradas fronterizas ilegales”.
Recuerda que la construcción del muro comenzó en 2007, pero fue hasta la primera administración del presidente estadounidense Donald Trump, en 2016, que la iniciativa cobró impulso.
“La construcción de un muro fronterizo, aunque su objetivo es disuadir la inmigración ilegal, ha demostrado ser una solución compleja, controvertida y muy costosa para complementar la habitual vigilancia fronteriza”.
“Si bien es cierto que los muros obstruyen físicamente ciertas secciones de la frontera y ayudan a los agentes a llevar a cabo la vigilancia fronteriza, no han sido particularmente eficaces para impedir los intentos de cruce ilegal a los Estados Unidos”.
La edificación de la barreras en ciertos tramos fronterizos tampoco ha servido de sustituto de otras medidas de vigilancia en activo, por ejemplo, sensores terrestres y de radiofrecuencia, radares, cámaras de vigilancia e imágenes térmicas.
“Por lo tanto, se están realizando grandes inversiones para desplegar una extensa red de torres de vigilancia equipadas con cámaras de largo alcance, radares e iluminadores láser. Estas soluciones generan imágenes y otros datos que los sistemas de la CBP procesan para intentar detectar personas y objetos”.
Afirma que, en todo caso, si algo ha logrado el muro, es desviar a los migrantes ilegales hacia rutas alternativas, como túneles, cruces de ríos y zonas remotas.
El reporte sostiene que además de no ser la “fórmula mágica” que resuelve la crisis registrada en la frontera estadounidense, la valla tiene consecuencias negativas.
“Por ejemplo, la construcción del muro ha aumentado drásticamente la demanda de asistencia para cruzar la frontera, lo que ha incentivado modelos de negocios lucrativos para los traficantes de personas”.
“Además, en algunos casos, el muro fronterizo ha perturbado las comunidades fronterizas y el medio ambiente. La construcción del muro ha aislado a comunidades que normalmente podían cruzar la frontera con mucha más facilidad, lo que ha alterado los modos de vida tradicionales y ha obstaculizado la actividad económica en las regiones fronterizas”.
A esta situación se añaden los efectos perjudiciales para la fauna y los ecosistemas, al fragmentar los hábitats y restringir el movimiento de los animales silvestres.
La investigación señala que la experiencia fronteriza de Estados Unidos constituye una valiosa lección para los Estados miembros de la UE, quienes han comenzado o piensan a desarrollar modelos similares para combatir la inmigración irregular y hacerse del control de sus fronteras.
“Aunque reconoce que el Código de fronteras Schengen no excluye explícitamente el uso de vallas o muros, la Comisión Europea ha subrayado que “no son la herramienta más eficaz para mejorar la gestión de las fronteras” y, en consecuencia, se ha opuesto a las solicitudes de utilizar fondos de la UE para construir vallas fronterizas”.
“Esta afirmación está respaldada por investigaciones sobre la ineficacia y las consecuencias negativas de la construcción de barreras físicas, derivadas de casos históricos y contemporáneos como el muro entre Estados Unidos y México”.
En lugar de murallas, aconseja, la UE puede gestionar mejor los flujos migratorios y proteger sus fronteras adoptando un enfoque integral y equilibrando, respetando al mismo tiempo los derechos fundamentales y preservando el medio ambiente.
Frontex es la agencia de la UE que desde 2004 apoya a los países miembros en todos los aspectos relacionados con la gestión de fronteras. Desde el éxodo migratorio de 2015, las capacidades y el campo de acción se ha amplificado considerablemente. Actualmente emplea a más de dos mil 500 oficiales, aunque tiene como objetivo llegar a 10 mil en 2027. En 2024 ejerció un presupuesto de 922 millones de euros, tres cuartas partes se destinaron a actividades operacionales.
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