Murales que relatan el paso histórico de culturas indígenas, españolas y mexicanas, así como diversas actividades en el museo local, resaltan la conmemoración de la fundación ocurrida en 1775 y el impacto de esa herencia en Arizona hoy
María León / EFE
Tucson celebra los 250 años de su origen, marcado por la fundación en 1775 del Presidio Real de San Agustín del Tucson, un fuerte militar español que dio nacimiento a esta ciudad de Arizona (EUA), en la frontera con México.
Como parte de las celebraciones, artistas de la región han pintado murales que narran la historia local y reflejan la diversidad cultural de una comunidad que ha formado parte, a lo largo de los siglos, de territorios indígenas, del Virreinato de la Nueva España, de México y finalmente de Estados Unidos.
El presidio fue creado por España el 20 de agosto de 1775 como parte de su estrategia de expansión militar en el continente.
“En ese entonces España estaba estableciendo una serie de fuertes militares desde el centro de México hasta lo que hoy es California buscando acceder al mar”, dijo a EFE Amy Hartmann-Gordon, directora del Museo Presidio San Agustín del Tucson.
Su construcción concluyó en 1778 y tuvo como misión principal la defensa frente a los violentos ataques de la tribu apache. Allí convivían soldados con sus familias, convirtiéndose en el centro de una comunidad en crecimiento.
El fuerte se convirtió en una parte fundamental en la defensa, presencia y la expansión de la Nueva España en esta áspera región.
“El nombre del fuerte es una combinación de ambas culturas: San Agustín, en honor a un santo católico, y Tucson, proveniente de la hispanización del término pima Chuk Shon, que significa ‘al pie de la montaña’”, explicó Hartmann-Gordon.
“Para los recién llegados el nombre sonaba como “S-Cukson”, por lo que se comenzó a llamar “Tuxon” para después ser Tucson.
Uno de los murales pintados para la ocasión rinde homenaje a los pueblos originarios, como la nación Tohono O’odham y la comunidad Pascua Yaqui.
“Tucson tiene una rica historia cultural, la cual comenzó con sus residentes originales”, destacó el muralista Ignacio García. El artista dijo a EFE que este mural plasma a los residentes originales de esta región.
Hoy, esa historia puede conocerse en el Museo Presidio San Agustín del Tucson, fundado en 2007 en el centro de la ciudad, justo en una de las esquinas donde se levantaba el fuerte.
La institución exhibe vestigios arqueológicos, recreaciones de dormitorios, muros de adobe y cañones similares a los que defendieron el lugar.
En el museo se han levantado recreaciones de la vida dentro del fuerte militar, incluyendo un dormitorio donde se puede apreciar una escena típica de la época.
Las habitaciones han sido construidas con adobe y lodo, materiales utilizados por las comunidades que ya habitaban esta región.
Con el tiempo, muchos soldados españoles se casaron con mujeres locales, dando origen a antiguas familias latinas de Tucson como los Grijalva, Ochoa y Elías.
Tras la independencia de México en 1821, el presidio continuó siendo un pilar para la comunidad, pero luego de la guerra con Estados Unidos fue capturado por las tropas y, con el Tratado de la Mesilla de 1853, la ciudad pasó a formar parte del territorio estadounidense.
Tras la victoria estadounidense el fuerte militar dejó de tener relevancia.
Hartmann-Gordon explicó que a medida que la ciudad de Tucson creció y se modernizó, parte de los bloques de adobe utilizados la construcción del fuerte militar, fueron utilizados para construir algunas de las viviendas que hoy en día se encuentran en el centro de la ciudad, conocido popularmente como “barrio viejo”.
Actualmente, Tucson es la segunda ciudad más grande de Arizona, con más de 500 mil habitantes, de los cuales cerca del 38% son de origen hispano.
Como parte de los festejos, el próximo 23 de agosto el museo recreará por unas horas la vida dentro del antiguo presidio, permitiendo a los visitantes revivir el nacimiento de la ciudad hace dos siglos y medio.