
La situación de las viviendas de Urbi Cajeme y la lotificación de Huatabampo, han sido preocupaciones del gobernador Alfonso Durazo y hasta hoy nadie le ha dado los resultados favorables, sino, al contrario, cada día se ve más frustrante para la administración estatal.
Pero esta frustración, también, es la frustración de los legítimos necesitados de ese sector que ven con preocupación la posible renuncia del gobernador para instalarse en las viejas oficias de Bucareli, es decir en la secretaria de gobernación; y temen que este conflicto se quede en el limbo.
En todas las posesiones ilegales siempre ha sido el verdadero problema la infiltración de acaparadores que aprovechan la necesidad de los muchos para intereses de pocos. Esta premisa básica no puede perderse de vista, porque hay el riesgo que tomar como interlocutores a quienes nada tiene que ver con el reclamo social; esto es lo que ha pasado en Huatabampo y en Urbi Cajeme.
El otro problema multi señalado es la idea errónea de que tener las direcciones de las instituciones es garantía del saber y del actuar, cuya actitud infalible, desecha actores que están inmersos en ese todo que es la dinámica social.
La creencia que varios líderes son el obstáculo para avanzar, no es correcta, ya que en conflictos más números y con más repercusión pública como es el caso de Mirabal se ha podido sortear obstáculos, aislado falsos liderazgos y uniendo, por la vía de los hechos, a legítimos reclamos.
¿Entonces por qué en Mirabal dio resultado y, en Urbi y Huatabampo no le han encontrado la cuadratura al círculo?
¿Tiene sentido tener la interlocución con los acaparadores de Urbi o en Huatabampo, en lugar de buscar su aislamiento y estrechar los lazos con los legítimos necesitados y excluidos? Pues claro que no, porque al final no se atiende el rezago social.
La situación de Huatabampo como el de Urbi no son problemas tan complejos como para tener tres años sin crear una ruta que les permita resolver esos problemas sociales de antaño, en los dos casos ya tuvieron tres años interviniendo y los resultados se juzgan por los hechos y es de reconocer que algo está mal, algo está fallando.
En el caso de Central Unitaria de Vivienda (CUV) no son un grupo corporativo de algún partido, ni nada por el estilo para que los vean como adversarios; tampoco complica la tendencia de no tratar con organizaciones sociales, porque es simplemente otra concepción sobre los movimientos sociales.
Y aunque renieguen el trato con las organizaciones sociales se han visto obligados a tratar con algunas y hasta con privilegios, como fue el caso de Ciudadanía Activa cuyo jefe es Isabel Dorado.
En los casos de Huatabampo y Urbi de Cajeme han dado muestras de cooperación con las autoridades correspondiente. Hasta hoy, no hay una explicación sensata para excluirlos y priorizar a los apologistas de mal.
La verdad es que estos sectores de sonorenses ven con preocupación los relevos en las instancias de gobierno; si bien es cierto, el secretario de gobierno, el Lic. Adolfo Salazar a puesto interés, de todas formas, la incertidumbre impera.
Vendrán, anuncian, esta próxima semana, quieren un trato cordial donde las burlas y las confrontaciones no sea el menú principal, sino la atención a sus demandas y sus legítimas preocupaciones; con la idea que ganen todos.
La esperanza la tiene puesta en el gobernador Alfonso Durazo, un minuto de su tiempo, puede significar mucho, tomando el significado de la palabra esperanza en su amplio espectro.