La critica y la autocrítica es un elemento fundamental del método científico, solo ejerciendo con rigor esta herramienta es posible el avance científico. Se parte de que no hay verdades absolutas, que lo único que no cambia es que todo cambia, de tal manera que nunca terminamos de conocer, que lo hacemos en aproximaciones sucesivas, y que, a diferencia de la fe religiosa se basa sobre todo en el conocimiento comprobado. En este movimiento perpetuo de aproximarnos al conocimiento es vital la contrastación de hipótesis, de datos, de versiones teóricas. Si el conocimiento científico tiene por origen y desarrollo los problemas que nos presentó y nos presenta la práctica social, entonces la verdad la determina la pertinencia para solucionar los problemas directamente o a través de la tecnología.
La política es, por una parte, una actividad muy humana y, por la otra, una ciencia. Normalmente se identifica a la política con la actividad de los políticos profesionales, los que viven de la política, en realidad es, como la cultura, algo que hacemos tod@s todos los días al convivir en sociedad, de tal manera que hasta los apolíticos con esa actitud también la hacen beneficiando normalmente al conservadurismo, al statu quo, solo un asceta aislado de la sociedad no tendría la necesidad de convivir políticamente. La política como ciencia estudia básicamente la correlación de fuerzas entre adversarios.
Cobijados los mexicanos largamente en la dictadura priísta tenemos introspectado hasta el tuétano esa tradición, esa forma de hacer política. Los panistas cuando llegaron al poder se comportaron igual o peor, recuerdo que la gente decía que por lo menos los priístas algo repartían y los panistas eran toma todo (mis respetos para los primeros panistas). Uno de los rasgos de esa tradición cultural es la disciplina a ultranza, acrítica, a las decisiones de la cúpula partidaria y del gobierno. Naturalmente tener una masa de militantes y simpatizantes incapaces de razonar con independencia, libre albedrio y con sentido crítico era una bendición para la oligarquía y los políticos a su servicio. Lo negativo y mucho y muy negativo es que les permitió hacer barbaridad y media afectando los intereses de la nación, del pueblo mexicano. En ese sentido caía como anillo al dedo la frase que puede ser condenatoria pero también justificadora, es que “la política es el arte de comer mier… sin hacer gestos”.
Obediencia política total a principios, a los intereses de la humanidad y la vida en su conjunto, a los del maravilloso pueblo mexicano, también a los acuerdos tomados colectivamente, pero nunca un cheque en blanco, una fe ciega a individuo alguno. En principio porque no hay ser humano perfecto, estamos destinados a equivocarnos.
Hay ejemplos vivos, actuales, de cómo políticos profesionales afrontan la crítica. Por una parte, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, mujer, científica, luchadora social, por la otra, el presidente de Estados Unidos de Norteamérica, Donald Trump, hombre, empresario, racista y clasista, un analfabeto funcional que prohibió legalmente que las escuelas por las que transito dieran a conocer sus calificaciones. Mientras la primera ante la crítica siempre responde que todos tienen derecho a expresarse, incluso ante la sarta de evidentes mentiras de la oposición responde dando información veraz, oportuna y denunciando políticamente las mentiras, pero que sepamos jamás persiguiendo, encarcelando a los críticos, ¡curiosa dictadura que no encarcela ni persigue a los opositores, aunque difamen y difundan mentiras! Muy otra es la actitud de Donald Trump que, ante las críticas, sean correctas o incorrectas, siempre responde con denostaciones, groserías, con el despido y la persecución política incluso a elementos del poder judicial que investigan su desempeño como funcionario público. A luces vistas el si esta construyendo una dictadura, incluso mundial.
En un análisis de costo beneficio ¿cuál es el balance de hacer embajadora de Panamá a Claudia Pavlovich?, ¿que la gente piense que todos los partidos son iguales?, o que, ¿no hay cuadros en el servicio exterior o en Morena que puedan cumplir la función?, o que, ¿fue una magnifica gobernadora que se fue con el aplauso generalizado de la población?, pregunto. Tal parecía que Antonio Astiazarán iba en caballo de hacienda hacia la gubernatura, pero ¡ah sorpresa, tremendo tropezón! El recoger y enviar durante las Fiestas del Pitic a los indigentes a Navojoa no solo los exhibe como clasistas, inhumanos, sino también como delincuentes al privarlos ilegalmente de la libertad, de tal manera que, el Comisario General de la policía de Hermosillo, Emilio Hoyos, y 5 policías se encuentran a buen recaudo. Y, el presidente municipal, amparado. La dimensión del descalabro no podemos percibirla en su justa dimensión, pero comienza a perder la ventaja que tenía o tal vez todavía tiene, de ser un buen candidato. Hay que recordar que la gente que vota por Morena con todo y su fortaleza tiene un segmento importante que vota por el candidato, recuerden a María Dolores del Rio, destinada a perder desde un principio.
