
Hace unos días, el 28 de julio, falleció en Sidney, Australia, Mario Licón Cabrera (a) El Licón, con quien me unió una breve pero estrecha amistad en mi juventud jipi en Hermosillo, hacia el año 1972, junto a otros conocidos de entonces como Manuel Lepe, ambos residentes originarios de Ciudad Obregón.
Coincidimos en torno al grupo llamado “Los azules”, un grupo de amigos que adquirió cierta fama en la ciudad en ese entonces.
En febrero de 1973 partí a la Ciudad de México en busca de convertirme en escritor. Por ese motivo dejé de ver a Mario, pues fueron pocas las veces que regresé a Hermosillo a partir de entonces.
Con el tiempo tuve conocimiento de que Mario se fue a vivir a Australia a invitación de otros de nuestros amigos de entonces, Lino Álvarez Carrasco, quien se fue a vivir a ese país después de viajar vivir en California y España. En Australia hizo una carrera artística profesional.

En casa de los padres de Lino nos reuníamos “Los azules” frecuentemente para platicar y escuchar música, gracias a su hospitalidad y a la de sus padres, que nos toleraban amistosamente.
Sin duda fue un gran signo de amistad que Lino invitara a Mario a irse a vivir a Australia con gastos pagados porque el estimado amigo carecía de recursos para viajar a un lugar tan lejano.
De acuerdo a la información que recogí en internet, Mario logró desarrollar una trayectoria como poeta y traductor, de lo que supe poco hasta ahora que se anunció su fallecimiento. Creo que en México no lo hubiera logrado por las características propias de nuestro país en materia artística, donde prevalecen los círculos cerrados, la estrechez económica y escasos lectores de poesía.
Le deseo buen viaje al maestro, quien siempre se distinguió por su pensamiento proto filosófico y pacífico.