El país cuenta con reservas para la transición energética, pero carece de política industrial para impulsar su transformación.
EL FINANCIERO
México cuenta con un potencial relevante en minerales críticos como litio, grafito y tierras raras, esenciales para tecnologías limpias, movilidad eléctrica y almacenamiento energético. Sin embargo, ese potencial permanece sin explotar adecuadamente debido a la falta de políticas industriales claras, trabas regulatorias, incertidumbre legal y un clima creciente de inseguridad.
Aunque el país está bien posicionado en recursos naturales, no ha logrado transformarlos en una ventaja competitiva real ni insertarse en las cadenas de valor globales, lo que podría poner en riesgo el futuro de la industria minera tanto en México como en América Latina, donde tampoco han aprovechado la vasta cantidad de minerales críticos.
“A pesar de que en México y en la región hay vastos depósitos de minerales críticos como el cobre, el litio, cobalto, bauxita, níquel y tierras raras, la producción que tenemos es muy baja, con un promedio de 17.8 por ciento de lo que se produce a nivel global”, advirtió Martín Abeles, director de la División de Recursos Naturales en la CEPAL.
Explicó que este no es el único problema que tienen países como México, Perú, Bolivia, Argentina o Chile, ya que, a la falta de producción, se suma la incapacidad técnica para dar valor agregado a esos minerales y transformarlos en baterías para automóviles, celdas solares, turbinas eólicas, componentes para celulares o semiconductores.
“En toda la región de América Latina y el Caribe no se han fortalecido las capacidades técnicas, operativas, políticas y productivas para atraer inversiones relacionadas con la transformación de los minerales críticos, cosa que sí han hecho países que hoy lideran la transformación de esos minerales”, añadió Martín Abeles.

Desaprovecha México demanda de minerales críticos
La ausencia de esta visión estratégica ocurre en un momento en el que la minería mexicana comenzó a recuperarse, ya que después de dos años consecutivos de caídas, el sector creció 19.6 por ciento en el valor de la producción minero-metalúrgica, que al cierre de 2024 ascendió a 312 mil 461.2 millones de pesos.
Este resultado fue impulsado principalmente por los buenos precios internacionales del oro, la plata y el cobre. De acuerdo con la Cámara Minera de México (Camimex), los metales preciosos registraron un alza de 31 por ciento en valor, con un crecimiento de 23.9 por ciento en la producción de oro y 42.3 por ciento en la de plata.
“El 2024 ha sido un año de retos, pero también de oportunidades que hemos sabido identificar y asumir con responsabilidad. Uno de los principales desafíos ha sido —y sigue siendo— la necesidad de construir confianza (…) en que es posible un diálogo honesto, técnico y transparente entre sector, gobierno y sociedad”, señaló Pedro Rivero, presidente de la Camimex.
Pese a este impulso se corre un alto riesgo de no aprovechar la alta demanda de minerales críticos, dado que hoy en día México no ha logrado consolidar una industria minera fortalecida en la extracción de minerales críticos.
“En México no hay una industria fuerte de litio, pese a ser el mineral del futuro; tampoco existe una industria sólida para procesar cobre ni para fabricar aquí celdas solares, turbinas eólicas, baterías para autos o desarrollar microchips.” aseguró Raúl García Reimbert, presidente del Colegio de Ingenieros de Minas, Metalurgistas y Geólogos de México (CIMMGM).
Inseguridad en México se suma como un factor para ‘espantar’ inversión minera
A los desafíos regulatorios se suma una creciente inseguridad que ya mina la confianza de las empresas. De hecho, México se colocó en el último lugar (84 de 84) en el índice global de atracción de inversión minera del Instituto Fraser 2024, que mide el entorno para operar en esta industria.
“La delincuencia organizada ha llegado a zonas donde antes no operaba, afectando no solo a trabajadores y operaciones, sino también a toda la cadena logística. Hoy es común que una empresa tenga que negociar su seguridad como parte del plan de negocio”, advirtió García Reimbert.
En este sentido, la falta de condiciones para atraer capital, la inseguridad y el rezago regulatorio no sólo afectan a las minas en operación, sino también a los proyectos con potencial estratégico.
“Estamos perdiendo la oportunidad de convertirnos en un nodo clave en la transición energética global. Si no construimos capacidades tecnológicas e industriales, seguiremos exportando minerales sin transformar, con bajo impacto en el desarrollo”, concluyó el presidente del CIMMGM, quien reiteró la necesidad de construir una política minera moderna que detone innovación, empleos y soberanía tecnológica.