El tema, aunque técnico, no es ajeno a la conversación cotidiana. Está presente en redes, en charlas informales y también en la incertidumbre de quienes dependen de esta cadena comercial.
RADIO FORMULA SONORA
El tomate, ese ingrediente indispensable en la mesa de las familias mexicanas, podría enfrentar un nuevo capítulo de incertidumbre. La sombra de un arancel impuesto por el gobierno de Donald Trump vuelve a asomarse, amenazando con alterar su precio y sacudir la economía de productores y comerciantes.
Sin embargo, en el norte del país, particularmente en Sonora, aún se respira un aire de estabilidad. En los mercados y fruterías, el tomate conserva su precio, al menos por ahora. Adrián Velazco, comerciante en Hermosillo, lo confirma con alivio.
“La verdad se ha mantenido bien los últimos meses porque en años atrás si se disparaba, tiene sus temporadas como todas las verduras, pero ahorita se ha mantenido, ya tiene como un mes, poquito más de un mes que se ha mantenido el precio bien, estable”, anotó.
El tema, aunque técnico, no es ajeno a la conversación cotidiana. Está presente en redes, en charlas informales y también en la incertidumbre de quienes dependen de esta cadena comercial.
“Sí, sí lo he escuchado, en las noticias, bueno más que nada, en redes”, añadió el comerciante.
Del otro lado de la cadena, Manuel Antonio Cázares Castro, presidente de la agrupación “Sistema Producto Tomate” una de las cinco organizaciones que participan en los acuerdos bilaterales con Estados Unidos, ofrece una mirada más amplia. Asegura que, por el momento, Sonora no se verá afectada por el arancel.
“Definitivamente todo sigue igual, por ejemplo, ahorita la producción fuerte en Sonora y Sinaloa, pues ya terminamos la temporada, iniciaríamos en diciembre de nuevo y obviamente los estados que están ahorita exportando como Nuevo León, Michoacán, otros estados, son los que tienen que pagar el arancel”, acotó.
Su experiencia y liderazgo en el sector lo llevan a hablar con firmeza. Explica que esta historia no es nueva: desde hace casi tres décadas, los productores mexicanos han tenido que demostrar una y otra vez que no existe competencia desleal.
“Ya tenemos 28 años que estamos firmando un acuerdo cada cinco años y siempre hemos demostrado que no es lo que ellos dicen”, explicó.
Pese a la tensión actual, Cázares confía en que las próximas reuniones arrojarán luz en medio de la incertidumbre. La esperanza no se pierde.
“Definitivamente es un golpe duro, claro, injustificado, no hay elementos, no hay evidencias”.
Hoy, la cadena del tomate aguarda con cautela. Productores, comerciantes y consumidores están atentos a lo que se defina en las próximas negociaciones.
Mientras tanto, el sabor del tomate sigue presente en nuestras cocinas, como símbolo de una lucha constante por defender lo que crece en nuestra tierra.