En lo que va del año, especialistas han podido registrar 41 encuentros acústicos en el Alto Golfo de California, donde habita la vaquita marina.
Ernesto Méndez | EXCELSIOR
En los dos primeros muestreos con hidrófonos del año, la vaquita marina (Phocoena sinus), apareció en 41 encuentros acústicos, lo que confirma que esta especie en crítico peligro de extinción mantiene su presencia en el Alto Golfo de California.
En la reciente reunión realizada el pasado viernes 11 de julio, el Grupo Intragubernamental sobre la Sustentabilidad en el Alto Golfo de California (GIS), dio a conocer que los detectores acústicos que arrojaron los 41 encuentros acústicos, se colocaron entre el 24 de mayo y el 21 de junio, en 60 sitios de muestreo dentro de la Zona de Refugio de la Vaquita Marina y la Zona de Cero Tolerancia (ZTA).
Reveló que un tercer muestreo se realizó entre el 24 de junio y el 6 de julio, en 80 sitios y el análisis de los datos está en proceso, mientras que un cuarto muestreo inició apenas el 8 de julio en 73 sitios de muestreo.
Lo anterior en preparación del próximo Crucero de Observación Vaquita Marina 2025, que se realizará del 3 al 30 de septiembre a bordo de los barcos gemelos Seahorse y Bob Barker de la organización internacional Sea Shepherd.
Con base en la anterior expedición que tuvo lugar en mayo de 2024 en el Alto Golfo de California, el cálculo de la población de vaquita marina se colocó entre seis y ocho ejemplares, frente a los 10 a 13 ejemplares de 2023.
El Día Mundial de la Vaquita Marina se conmemora el 18 de julio, proclamado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), con lo que se busca crear conciencia sobre su situación crítica y promover acciones para su conservación.
Chasquido de la vaquita
Los hidrófonos o CPOD que se utilizan para el monitoreo acústico de la vaquita cuentan con tecnología del Reino Unido, y sirven para captar las emisiones de alta frecuencia que produce bajo el agua el mamífero marino en mayor peligro del mundo.
La información que se captura durante varios días, que puede ser de un misma vaquita marina, queda almacenada en una tarjeta SD de 4 gigas, y una vez que los datos se analizan en la computadora con un software especial, se pueden observar picos o pirámides, que son la representación gráfica de los pulsos acústicos o clics que emiten los ejemplares cuando utilizan la ecolocalización, para reconocer su entorno, buscar alimento e identificar a sus depredadores.
Si se pudiera escuchar la señal acústica, emitida por la vaquita marina a 130 Kilohertz (KHz), no perceptible al oído humano, sonaría como un agudo chasquido, que queda registrado como un encuentro acústico.
Participación de la comunidad
El monitoreo acústico de la vaquita marina es realizado por científicos mexicanos, que desde 1997 estuvieron encabezados por el doctor Armando Jaramillo Legorreta (QEPD), lo que ha permitido entender la distribución, abundancia y tendencia de la población de esta especie endémica de la región.
A este esfuerzo técnico se sumó un grupo de 13 pescadores de San Felipe, Baja California, a través de un proyecto financiado por el Programa para la Protección y Restauración de Ecosistemas y Especies Prioritarias (Prorest), de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).
Desde 2019, el Prorest permitió la capacitación y entrenamiento de estos integrantes de la comunidad local, en la instalación y anclaje de hidrófonos que permanecen en el fondo marino registrando sonidos y que luego son recuperados por ellos mismos para entregarlos al personal técnico que realiza el análisis de los datos obtenidos.
Actualmente, el grupo de investigadores especialistas en monitoreo acústico son dirigidos por la doctora Edwyna Nieto y el doctor Gustavo Cárdenas, quienes brindan asesoría técnica a los pescadores y realizan la evaluación de los encuentros acústicos con la vaquita marina.
Los datos obtenidos en 2023 arrojaron 208 detecciones acústicas en 25 de los sitios elegidos donde se colocaron hidrófonos, y 549 detecciones acústicas en 22 de los sitios a finales de 2024.
“El incremento en el número de detecciones fue significativo, debido a una modificación en la metodología de colocación de los hidrófonos, que redujo considerablemente el extravío de los equipos. Esta mejora permitió aumentar el esfuerzo de monitoreo, lo que a su vez se reflejó en un mayor número de detecciones registradas durante el periodo”, destacó la Conanp.