La juventud es uno de los sectores más vulnerables en México por desapariciones.
Georgina Monroy Vázquez / Reporte Índigo
Cada día, familias enteras se sumergen en la incertidumbre y el tormento, añorando el regreso de sus hijos e hijas que un día salieron de casa y nunca volvieron. Este no es solo un problema estadístico, sino una profunda herida abierta en México, un clamor silencioso que exige ser escuchado y atendido. Las cifras, que lamentablemente aumentan año tras año, no son solo números; representan vidas truncadas, sueños rotos y la incansable búsqueda de madres, padres, hermanos y amigos que se niegan a olvidar.
La crisis de desaparecidos es casi igual en prácticamente todos los estados de la república desde hace ya bastante tiempo, pero los más afectados son los jóvenes que ven interrumpida su vida. Reporte Indigo ha documentado algunos de los cientos de casos en este tiempo:
- Esmeralda Castillo desapareció el 19 de mayo de 2009 en Ciudad Juárez, Chihuahua, con tan solo 14 años de edad.
- Pamela Gallardo desapareció a los 23 años de edad en 2017, cuando asistió al festival musical Tech Soul, en las inmediaciones del Ajusco, en Ciudad de México.
- Lilith Saori Arreola Alvear, chica transgénero, desapareció el 2 de enero de 2023 a sus 21 años en la Playa Zicatela en Pochutla, Oaxaca.
- Francisco Sandoval Lázaro desapareció cuando tenía 26 años, el 26 de abril de 2018, cuando salió de su casa para ir por su esposa en la alcaldía Tlalpan.
- Ángel Gerardo Ramírez Chaufón, de entonces 20 años, desapareció el 29 de noviembre de 2019 junto a sus compañeros: Jesús Armando Reyes Escobar y Leonel Baez Martínez; tres jóvenes que trabajaban en el Sanborns ubicado en Lindavista, Gustavo A. Madero, en la Ciudad de México.
- Héctor Daniel Flores Hernández desapareció el 18 de mayo del 2021, cuando tenía 19 años, en la zona de la Minerva en Guadalajara.
En este contexto, laUniversidad de Guadalajara, con sede en Jalisco, uno de los estados donde más desaparecen jóvenes, informó recientemente que hubo un aumento del 63.6 % en casos de desapariciones de jóvenes entre 15 y 19 años, y un 72 % en el grupo de 10 a 14 años. En total, casi 7,000 menores y adolescentes han desaparecido en el último año. Aunque el rango de edad más afectado continúa siendo el de 25 a 29 años, con récord histórico de víctimas.
A mitad de este 2025, la cifra de desapariciones entre jóvenes mexicanos parece no dar tregua en comparación con otros años.
¿Cuántos jóvenes han desaparecido en México?
Lamentablemente los hombres jóvenes son los que más están desapareciendo, de acuerdo con datos oficiales del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO) del 1 de enero al 1 de julio de 2025 en México hay 1,227 personas desaparecidas y no localizadas.
Las mujeres jóvenes tampoco se mantienen exentas a esta crisis nacional, sin embargo entre más pequeñas sean, es más probable que desaparezcan. Los datos son los siguientes:
¿Por qué desaparecen los jóvenes en México?
Detrás de estas cifras hay causas multifactoriales que van desde el reclutamiento forzado por parte del crimen organizado, la trata de personas, hasta la violencia familiar y la impunidad que permea en el sistema de justicia. Muchos jóvenes, especialmente aquellos en edades productivas o en situación de vulnerabilidad, se convierten en blanco de redes delictivas que los explotan para trabajos forzados o actividades ilícitas. Estados como el Estado de México, Jalisco, Tamaulipas, Nuevo León y Ciudad de México concentran un alto número de casos, reflejando la complejidad de un problema que no conoce fronteras geográficas ni sociales.
En entrevista para Reporte Indigo, Víctor Hernández, Director del Instituto Latinoamericano de Estudios Estratégicos (ILEES), explicó que los jóvenes desaparecen más porque hoy en día, ellos son los principales protagonistas de muchos temas criminales, sobre todo, de lo que hoy seguimos conociendo como la guerra contra el narcotráfico.
No solo está en las estadísticas de desapariciones, sino también en la de homicidios. De hecho, esto es una tendencia no solo de México, sino a nivel mundial. Los principales actores son justo varones entre 15 y 35 y esto ha derivado en varios fenómenos”.
Detalló que, las desapariciones de mujeres y hombres jóvenes están relacionadas con las regiones donde también hay mayores homicidios, por ejemplo: Guanajuato, Sinaloa y Tamaulipas.
Digamos, los estados que están más depredados por la guerra contra el narco son los que presentan este fenómeno. En este caso en particular son los varones los que más sufren ese delito en específico”.
¿Cuál es el papel que juega el crimen organizado?
En este sentido, Víctor Hernández, comentó que, el papel que juega el crimen organizado en la desaparición de jóvenes tiene que ver con la cosmovisión del mexicano, “¿Por qué la mayoría de los desaparecidos son varones en este tipo de esquemas de fraude o engaño? Justo porque se piensa que el varón es el proveedor del hogar, es así como los hombres tienen más riesgos”
Señaló que los hombres, al igual que las mujeres están empezando su vida laboral, sin embargo, en muchos casos aún no tienen experiencia en su curriculum.
También es un tema de vulnerabilidad porque muchas de estas ofertas que empezaron a salir por internet, pues son ofertas fraudulentas, con unos sueldos que francamente no se pagan en México y que, pues bueno, es justo esa demografía la que está en mayor vulnerabilidad o es más ingenuo al encontrarse con la oferta a ese tamaño”.
Nuevas reformas no ayudan para atender crisis de desapariciones
Hernández señaló que por ahora las nuevas reformas de seguridad no ayudan en nada, ya que desde su perspectiva, lo que se tiene que crear en México no es una base de datos biométricos.
Lo que urge es una base de datos genéticos porque la identificación forense, pues muchas veces se tiene que hacer con un cuerpo que ya está desfigurado, o sea, ya no va a haber huellas digitales, no va a haber iris y en realidad lo único que queda es comparar el ADN. Este gobierno desapareció el centro de identificación humana que hacía mucha falta para procesar a nivel forense ese tipo de restos”.
Víctor Hernández, especialista en seguridad ejemplificó con el caso de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, que todas las muestras de ADN no se pudieron procesar en México y se tuvieron que mandar al extranjero porque en el país no se tiene esa capacidad.
Es muy ingenuo pensar que estas reformas van a impedirle a los criminales seguir publicando ofertas falsas de empleo. Es la razón por la cual fracasan todos los registros telefónicos como el que quiso hacer Felipe Calderón. Pues ningún criminal está tan tarado como para dar su INE o dar su CURP al momento de comprar un teléfono”.
Muchos expertos en seguridad han comentado que, pese a los esfuerzos de los distintos gobiernos por proteger a la juventud mexicana, la realidad es que las políticas públicas quedan cortas.
Al respecto Hernández, señaló que los salarios que se pagan en México son de “hambre”, pero en la realidad no compensan todo lo que ha habido de inflación.
“México está en una encrucijada porque por un lado sabemos que eso no es sostenible y que el narco no es que ofrezca sueldos millonarios, solo son sueldos ligeramente arriba de la miseria… Entonces les ofrecen a los jóvenes reconocimiento, o sea, en el fondo un chavo se mete al cártel por estatus social que no obtienes en ningún otro lado más que si te metes al Ejército, que al final es lo mismo, ¿no?”
Mientras que, José Manuel Valenzuela Arce, sociólogo bajacaliforniano explicó para El Universal hace un tiempo, el término de “juvenicidio” a partir de la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, Guerrero. Este concepto tiene que ver con cinco elementos clave que afectan a los jóvenes en nuestro país:
- Precarización económica y simbólica
- Criminalización
- Desciudadanización: pérdida o disminución de los derechos, privilegios y responsabilidades que definen la ciudadanía.
- Desubjetivación: pérdida o debilitamiento de la subjetividad de un individuo, es decir, la capacidad de ser un sujeto autónomo con sus propias experiencias, pensamientos y sentimientos.
Organizaciones civiles señalan que el reclutamiento forzado por grupos criminales es una de las principales causas de la desaparición de jóvenes.
Colectivos y madres buscadoras las voces que no se apagan
La búsqueda, en la mayoría de los casos, recae en las propias familias. Madres, en su mayoría, se han organizado en colectivos de búsqueda que, con picos y palas, recorren terrenos baldíos y fosas clandestinas, enfrentando peligros y la incomprensión de muchos.
Testimonios de madres, padres y hermanos hay muchos, la mayoría coinciden en que su desaparecido estaba en algún centro de trabajo cuando llegaron a levantarlos, otros testimonios hablan de que sus seres queridos se trasladaban a un lugar y nunca más volvieron a aparecer.
Desde entonces, su lucha parece no ceder ni un momento, ya que, pese a los múltiples obstáculos a los que se enfrentan, que van desde las omisiones por parte de las autoridades hasta la indiferencia de la sociedad, su eco continúa en las regiones más alejadas de nuestro país por encontrar a sus seres queridos.