La Secretaría de Comercio de Estados Unidos asegura que los exportadores de México incurren en prácticas de comercio desleales, las cuales han afectado a sus agricultores
Karina Suárez
Más de 2.800 millones de dólares en exportaciones de tomate de México a Estados Unidos peligran. El gobierno de Estados Unidos ha confirmado este lunes que retira un acuerdo comercial de 2019 que libraba a los envíos del fruto del pago de tarifas. Así, los cargamentos de tomate de México a EE UU pagarán un 17% de arancel. “México sigue siendo uno de nuestros mejores aliados, pero durante demasiado tiempo nuestros agricultores se han visto afectados por prácticas comerciales desleales que rebajan los precios de productos como los tomates. Esto termina hoy”, declaró el secretario de Comercio, Howard Lutnick, a través de un comunicado. El impuesto contra el campo mexicano deriva de una añeja denuncia por supuestas prácticas dumping que presentaron los agricultores estadounidenses contra sus homólogos mexicanos en 1996. Hasta ahora, México había logrado esquivar el pago de esta tarifa gracias a una serie de acuerdos en los precios máximos del fruto. El Gobierno de Claudia Sheinbaum ya ha defendido a sus exportadores mexicanos y ha rechazado cualquier práctica de comercio desleal.
De acuerdo con la oficina de Comercio de EE UU, los derechos antidumping se calculan para medir el porcentaje de tomates mexicanos que se han vendido en Estados Unidos a precios injustos. Aunque esta tarifa es ajena al paquete de aranceles recientemente anunciados por el presidente Donald Trump contra México, la cuota compensatoria se ciñe a su agenda proteccionista. “Este cambio de norma está en consonancia con las políticas comerciales y el enfoque del presidente Trump hacia México”, añadió el funcionario estadounidense. La orden cubre todos los tomates frescos o refrigerados de origen mexicano, excepto aquellos destinados a procesamiento industrial, es decir, enlatado o deshidratado.
La denuncia de prácticas desleales de comercio que han derivado en esta tarifa del 17% data de 1996. Ese año, la industria de tomate fresco en EE UU denunció a los exportadores mexicanos por supuestas prácticas dumping. Después de investigaciones y acuerdos, el Gobierno estadounidense firmó cinco acuerdos de suspensión de esta cuota compensatoria, el último en 2019. En ese entonces, los productores mexicanos acordaron eliminar al menos el 85% del dumping detectado en la investigación subyacente sobre cada entrada de tomate. Aunque los productores de México aseguran que han cumplido con el convenio, Estados Unidos decidió suspender el acuerdo y comenzar a aplicar esta cuota compensatoria.
Horas después del aviso oficial de EE UU, el Gobierno mexicano lamentó el nuevo impuesto bajo la figura de cuota compensatoria. “Las secretarías de Economía y Agricultura manifiestan su desacuerdo con la decisión anunciada este lunes, ya que la consideran injusta y en contra de los intereses, no solo de los productores mexicanos, sino también de la industria estadounidense. El terreno que ha ganado el tomate fresco mexicano en EE UU deriva de la calidad del producto y no de práctica desleal alguna”, argumentó el Gobierno federal a través de un comunicado.
México es el principal proveedor de tomate para el mercado estadounidense. Con ventas por más de 2.800 millones de dólares al año, la exportación de esta hortaliza se ha convertido en un jugoso rentable que en las últimas tres décadas ha llevado a un enfrentamiento directo entre los productores mexicanos y los productores estadounidenses, principalmente de Florida. Los agricultores de EE UU han acusado, en más de una ocasión, a sus homólogos mexicanos de vender a precios más bajos. El señalamiento de supuestas prácticas dumping no ha logrado detener, hasta el momento, el flujo de exportaciones de este fruto a Estados Unidos. Solo el año pasado se enviaron casi dos millones de toneladas al vecino país del Norte.
Las principales asociaciones agrícolas han lamentado la suspensión de un acuerdo que, pese a sus altas y bajas, había mantenido sin impuestos al tomate mexicano por 28 años. “Durante los años de vigencia del acuerdo (de suspensión), los productores y exportadores mexicanos logramos modernizar el sector y generar un producto competitivo y de alta calidad que capturó la preferencia de los consumidores. Este es un sector resiliente, que ha superado las batallas comerciales que a lo largo del tiempo han pretendido limitar su desarrollo”, indicaron por escrito, tras el anuncio de EE UU. En México, más de 500.000 personas trabajan en la siembra y la cosecha del fruto, principalmente, en los Estados de Sinaloa, San Luis Potosí, Michoacán y Jalisco.