Ante el anuncio de incorporar más proyectos de gas licuado en México, como Saguaro, que amenazan la vida marina del Golfo de California, investigadoras acudieron a la OMI para explorar herramientas que protejan a esa zona. Una de ellas es la designación de Zonas Marinas Especialmente Sensibles.
ANIMAL POLITICO
Investigadoras en mamíferos marinos y energía acudieron a una serie de reuniones ante la Organización Marítima Internacional (OMI) en Londres, Reino Unido, para explorar algunas medidas de protección que blinden al Golfo de California de megaproyectos relacionados al gas licuado y combustibles fósiles, como Saguaro y las gaseras relacionadas a los proyectos ‘Amigo’ y ‘Vista Pacifico’, todos en la costa entre Sonora y Sinaloa.
Una de esas medidas es la designación de Zonas Marinas Especialmente Sensibles (ZMES) que, a su vez, estaría acompañada de medidas específicas que permitan controlar actividades marítimas en esa zona.
La OMI tiene diferentes comités y las investigadoras acudieron a la reunión del Comité del Medio Marino en su Sesión 83, del 7 al 11 de abril, en Londres.
De acuerdo con información de la OMI, dichas acciones estarán relacionadas con medidas de trazado de rutas, aplicación estricta de los requisitos MARPOL de descarga y equipamiento de buques, como los petroleros; e instalación de Servicios de Tráfico Marítimo (STM).
La asistencia de ambas investigadoras a la reunión de la OMI fue promovida por el movimiento de Ballenas o Gas. En entrevista para Animal Político, cuentan que acudieron en calidad de observadoras para conocer casos y alternativas para proteger la vida marina en el Golfo de California.
Blindar la vida marina de barcos metaneros
Una de las investigadoras presentes es Lorena Viloria Gómora, quien desde 2010 pertenece al Programa de Investigación de Mamíferos Marinos (PRIMMA) de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS), cuenta con líneas de investigación enfocadas en la acústica, genética, contaminación marina y los efectos en mamíferos marinos.
“En esa reunión tocaron temas respecto a la protección al medio ambiente y el tráfico marino, la emisión de gases, derrames, en fin. En particular, nos metimos en el grupo técnico de áreas particularmente sensibles así como áreas especiales, sitios marinos (…) considerados por la OMI y se emiten ciertas restricciones de navegación a las que siempre tiene que estar de acuerdo los países”, comentó Lorena Viloria en entrevista.
Estos sitios marinos deben contener características y atributos únicos para su protección. La investigadora explicó que estas medidas son propuestas por los países donde, al interior de todo el gobierno tienen que estar de acuerdo en que se proponga esa iniciativa ante ese grupo técnico de la OMI.
“Fuimos a explorar si el área particularmente sensible en una zona marítima puede ayudar a blindar y proteger el Golfo de California ante proyectos como Saguaro y los otros que ya están en lista”, reiteró Viloria Gómora.
Van por prohibición de barcos metaneros
Con el proyecto Saguaro, la coalición Ballenas o Gas integrada por más de 35 organizaciones de la sociedad civil que protegen el medio ambiente y comunican las implicaciones del cambio climático, han advertido que el transporte del gas licuado a través del Golfo de California amenaza la biodiversidad marina.
Nancy García, integrante del Centro de Energía Renovable y Calidad Ambiental (CERCA), también acudió a esta serie de reuniones como observadora.
Destacó que el acudir a la OMI es un avance en la concientización sobre lo que está sucediendo respecto a proyectos de transporte de gas licuado y las implicaciones que podría tener para el Golfo de California.
“A la OMI le interesan las consecuencias del tráfico marino. Ponerlo de relieve y que esta amenaza en el Golfo de California pone al gobierno de México en otro aproximamiento de que está este proyecto y que preocupa mucho”, señaló Nancy García en entrevista para Animal Político.
En su visita como observadoras, las investigadoras tuvieron la oportunidad de platicar con delegados y representantes de otros países para hablar de cómo los proyectos de gas licuado en el noroeste mexicano amenazan los ecosistemas marinos y así, sensibilizarlos ante la problemática. Incluso a las organizaciones internacionales.
García declaró que esta denominación de la OMI sobre una zona marina especialmente sensible se ha hecho como una medida de mitigación o paliativa, especialmente, cuando ya sucedió algo o ya se dañó el sistema marino que contenía una gran diversidad.
Para remediar, según los factores establecidos por la misma organización, se establecen ciertos criterios para implementar medidas de mitigación que reparen el daño sucedido.
“Nunca se ha dado de manera preventiva y es lo que nos interesa, que no haya tráfico marino y se diga: ‘por aquí no pueden pasar buques de tales características’”, comentó la experta.
Lorena Viloria Gómora, desde el Programa de Investigación de Mamíferos Marinos y el movimiento Ballenas o Gas, enfatizó que su posicionamiento es claro: no a las gaseras, no al tránsito, no a una medida de mitigación.
“No queremos promover medidas de mitigación, lo que queremos es no a la gasera y al tránsito de estas embarcaciones por el Golfo de California”, subrayó.
Los criterios de una Zona Marítima Sensible
Para que la Organización Marítima Internacional (OMI) designe una “zona marítima especialmente sensible (ZMES)” se deben tomar algunas directrices expuestas en la resolución A.982(24) que fueron adoptadas desde el 1 de diciembre de 2005.
Las señaladas directrices incluyen criterios que permiten designar zonas como ZMES si cumplen una serie de normas, que van desde criterios ecológicos, como un ecosistema único o raro, la diversidad del ecosistema o la vulnerabilidad a la degradación por fenómenos naturales o actividades humanas.
Además, contempla criterios sociales, culturales y económicos, como la importancia de la zona para el ocio o el turismo; y criterios científicos y educativos, como la investigación biológica o el valor histórico.
La experta en el Programa de Investigación de Mamíferos Marinos en la Universidad Autónoma de Baja California Sur resaltó que la OMI se maneja a nivel gobierno y organizaciones no gubernamentales. Es el gobierno de un país quien tiene que proponer o llevar la propuesta, no las organizaciones y, en todo caso, impulsarla.
En el caso mexicano para el Golfo de California, señala la experta, un reto que tienen identificado es que, si bien, todas las autoridades ambientales desde la Secretaría de Medio Ambiente y Recurso Naturales (Semarnat) ha mostrado buena disposición junto con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), hace falta que la Secretaría de Energía cuente y se interese de esta problemática.
El reconocimiento para el Golfo de California como una “zona marina especialmente sensible” sería valioso si y sólo sí, añadió la experta Nancy García, la medida asociada es que la zona tiene que ser evitada, es decir, no puede transitar por ahí ningún tipo de embarcación que transporte ningún tipo de gas licuado y demás.
De acuerdo con las expertas, se debe restringir la navegación por el Golfo de California de embarcaciones metaneras porque ninguna de las otras medidas de mitigación serviría.
“Todo depende de la voluntad política del gobierno mexicano porque es el gobierno, el Estado es miembro de la Organización Marítima Internacional quien propone y quien establece las medidas. Esa sería la única solución que nosotros aceptaríamos. Queremos que el mensaje sea claro y no se use como una zona de sacrificio”, sentenció.
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