En el Museo de Arte Moderno de Rio de Janeiro, Brasil, se está llevando a cabo, el domingo 6 y el lunes 7, la décima séptima reunión cumbre de los BRICS, acrónimo de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, países fundadores del bloque. Originalmente BRIC, con la incorporación en el 2010 de Sudáfrica se añadió la “S”. En agosto de 2023, en la XV Cumbre de los BRICS, en la ciudad de Johannesburgo, Sudáfrica, se anunció la entrada para el 1 de enero de 2024 de 6 nuevos países, Arabia Saudita, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía, Indonesia e Irán. Y, desde el año pasado, participan con carácter de asociados: Bielorrusia, Bolivia, Cuba, Kazajistán, Malasia, Nigeria, Tailandia, Uganda, Uzbekistán y Vietnam (BRICS+).
Los BRICS+, representan una alternativa de modelo multipolar, incluyente, al unipolar del G7, conformado por los siete países desarrollados (Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Francia, Alemania, Italia y Japón), liderados por USA, que. dominan el comercio mundial y el sistema financiero internacional. Los BRICS+ representan el 45% de la población mundial (unos 3,500 millones de personas), el 37.3% del producto interno bruto mundial (basado en la paridad del poder adquisitivo). Con la incorporación de Arabia Saudita, Irán y Emiratos Árabes Unidos controlan casi el 50% de la producción mundial de petroleo, también poseen el 84% de las reservas de tierras raras esenciales para baterías y componentes electrónicos fundamentales en la economía actual. En 2024, la tasa de participación laboral del bloque era del 60,6%, con un total de 1500 millones de personas, según la Organización Internacional del Trabajo.
A pesar de su importancia económica, mayor a las G7, ello no se refleja en los organismos financieros internacionales. En ese sentido, desde que en 2006 cuatro países formaron el BRIC, pasando por su primera reunión formal en 2009, y la incorporación de Sudáfrica en 2010, se convirtieron en los portavoces del multilaterismo en un mundo donde, después de la implosión de la URSS y sus satélites en 1989, privaba un mundo unipolar.
Además de abogar por un mundo multipolar la actividad de los BRICS se ha centrado en ir construyendo una nueva arquitectura financiera internacional. El avance más significativo en ese sentido fue la creación en 2015 del Nuevo Banco de Desarrollo con sede en Shanghái, China. También el impulso al uso de monedas nacionales en las transacciones comerciales en el bloque. Incluso en algún momento se discutió la posibilidad de crear una moneda que sustituyera al dólar.
Actualmente, el presidente Luiz Inácio (lula) da Silva preside durante el año al bloque y, por tanto, la cumbre en curso. En ese sentido dio el discurso inaugural en una agenda enfocada en la paz y seguridad mundial, reforzar el multilateralismo y la cooperación financiera. Respecto al primer punto pidió buscar una solución al conflicto Rusia Ucrania (“Es urgente que las partes involucradas en la guerra en Ucrania profundicen el diálogo directo con miras a un alto el fuego y una paz duradera”) y, sobre el medio oriente afirmo, que nadie puede estar de acuerdo con el terrorismo de Hamas, pero tampoco “podemos permanecer indiferentes ante el genocidio practicado por Israel en Gaza, la matanza indiscriminada de civiles inocentes y el uso del hambre como arma de guerra. Adscribiéndose a la tesis de la comunidad internacional, con sus no honrosas excepciones, de que la solución se encuentra en la coexistencia de dos Estados nacionales, Israel y Palestina.
Entre los temas a debate están: la gobernanza de la inteligencia artificial (IA), la cooperación en el acceso a vacunas y medicamentos, el combate al cambio climático y, la guerra comercial provocada por Donald Trump, de lo cual ya salió una declaración. México esta presente como observador mediante el canciller Juan Ramon de la Fuente. Como sabemos nuestro país a apostado a la integración de América del Norte, tampoco es miembro de los BRICS, pero es justo y necesario ante el imprevisible presidente actual de USA poner un pie en otras alternativas de comercio e inversión.