La presidenta explicó que las Constituciones de 1824, 1857 y 1917 reconoció plenamente a los pueblos indígenas y afrodescendientes
Omar Tinoco Morales / INFOBAE
Durante su visita a Veracruz, la presidenta Claudia Sheinbaum destacó la nueva política de asignación de recursos a los pueblos indígenas y afrodescendientes, los cuales ya son reconocidos por la Constitución, por primera vez en la historia.
“Es la primera vez que se distribuye y vamos a ir mejorando; porque este es un presupuesto no de una sola vez, es por siempre y para siempre”, dijo la mandataria federal en tierras veracruzanas.
La mandataria explicó que, a diferencia de las Constituciones de 1824, 1857 y 1917, ninguna de ellas reconoció plenamente el origen y la fuerza cultural de México.
Incluso la Constitución de 1917, surgida de una revolución social con la participación de campesinos indígenas que luchaban por los derechos a la tierra, omitió el reconocimiento explícito de los pueblos originarios. Sheinbaum enfatizó: “En ninguna de esas Constituciones se reconoció al origen, a la fuerza cultural de México”.
Según la presidenta, es hasta la llamada Cuarta Transformación cuando la Constitución reconoce a los pueblos originarios, indígenas y afrodescendientes.
El artículo 2º establece: “Los pueblos indígenas son sujetos de derecho” y les garantiza la propiedad de tierras, agua y territorio.
Sheinbaum resaltó que, en consecuencia, el gobierno ha comenzado a devolver tierras que fueron despojadas a muchos pueblos originarios, una acción que atribuyó al presidente Andrés Manuel López Obrador.
La presidenta detalló que la restitución de tierras no se limita a la nación yaqui en Sonora, sino que también se han entregado tierras a los rarámuris en Chihuahua y a los wixárikas en Nayarit, con el compromiso de continuar este proceso.
Sheinbaum insistió en que el reconocimiento de los pueblos originarios constituye la base de México y que todos los ciudadanos, sin importar su origen, deben su identidad a estas comunidades, a las que definió como el sustento y la fuerza cultural del país.
La presidenta explicó el mecanismo de distribución de estos recursos
Tras decidir la asignación de presupuesto, el gobierno consultó con los pueblos, el director del INPI, Adelfo, y la secretaria de Bienestar, Ariadna, para definir la mejor forma de entrega. Se optó por respetar la estructura política tradicional de las comunidades: la asamblea. En cada comunidad, la asamblea determina el monto que le corresponde, calculado según la población.
Así, una comunidad con un millón de habitantes recibe una cantidad distinta a otra con 50, 60 o 100 habitantes. Por ejemplo, una comunidad puede recibir poco más de un millón de pesos, mientras que otra obtiene 141.000 pesos, reflejando la diferencia poblacional.
El proceso incluye la elección, en asamblea, de un comité encargado de ejecutar las obras, otro para vigilar el uso correcto de los recursos y una tesorera, que debe ser mujer, porque, según Sheinbaum, “las mujeres administramos más honestamente los recursos”.
Sheinbaum concluyó que la distribución nacional de recursos se comunicará a cada comunidad, asegurando que la asignación sea transparente y equitativa, conforme a la población y las necesidades de cada pueblo originario y afrodescendiente.
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