Judith León / CONECTA ARIZONA
No fueron, precisamente, ángeles quienes se encargaron de equilibrar, en alguna medida, las tarifas de energía eléctrica en Sonora, en las regiones que han sido castigadas por las altas temperaturas durante el verano, en donde, el aire acondicionado y otros tipos de enfriadores de ambiente no son un lujo, sino una necesidad.
En el año 2002, cuando Vicente Fox ocupaba la Presidencia de México, un grupo de mujeres del noroeste del país lo abordaron en persona y por escrito, iniciando una lucha con el gobierno federal para que las familias sonorenses pudieran transcurrir los meses de calor sin exponer su salud y sin lastimar tanto su bolsillo.
En conjunto con la Unión de Usuarios de Hermosillo se integró el movimiento Vamos por Sonora, hoy es por la luz, quien lo encabezó fue Nancy Burruel de Salcido, quien, en todo momento tuvo la intención de que hubiera una medición razonable para los habitantes de la entidad.
Veintitrés años después, recuerda que esta encomienda fue parte de un trabajo social representado por un grupo de señoras que no consideraban justo el decreto de imponer tarifas que afectaban la economía de las familias.
Señaló que el gobierno de Vicente Fox castigaba a la población que tenía la necesidad de enfriar o ventilar los espacios donde habita y lleva a cabo actividades cotidianas. La gente merece tener un ambiente agradable mientras descansa o consume sus alimentos antes de ir al trabajo, ya sea una siesta o por la noche.
La activista narró que, en febrero de 2022, el presidente Fox emitió un decreto con el que elevaría el costo del servicio de Comisión Federal de Electricidad, CFE, la única alternativa que han tenido, históricamente, los mexicanos.
Agregó que era evidente que el decreto castigaría a la clase más vulnerable, y ante la declaración de Fox de que quien no pudiera pagar por el servicio que no lo hiciera, en Sonora se dieron los primeros pasos para establecer lo que ahora se conoce como “subsidio” a la tarifa de la energía eléctrica.
En ese tiempo, Francisco Navarro estaba al frente de la Unión de Usuarios de Hermosillo, UUH, a quien sumaron su trabajo 25 señoras del Movimiento Conciencia y Voluntad, dedicadas a realizar trabajo social.
La organización del equipo, la estructura de una estrategia y la activación de la misma, hasta alcanzar el objetivo, duró ocho meses. Las damas de blanco “aparecieron” en mayo de 2002.
Parte del trabajo de sensibilización que realizaron, no fue nada más ante las autoridades federales, también involucraron a la sociedad civil: pusieron módulos en la Unión de Usuarios para hacer registros de las personas que podrían resultar afectadas por los altos cobros y conformaron un archivo que incluía copia de los recibos de la CFE, datos personales de los titulares de la facturación y un comprobante de ingresos.
Fue así como obtuvieron diez mil registros de usuarios que llevaron a Los Pinos, lugar que fue la oficina del presidente del país por muchos sexenios. El expediente incluía documentos de personas de clase baja, media baja y media alta, que serían afectados por el decreto. Cabe destacar que esta medida (y la lucha) ha sido para las tarifas domésticas, no las comerciales.
En esta lucha “por la luz” las damas de blanco contaron con el respaldo del director de la División Noroeste de CFE, José Abel Valdez, quien les explicaba cómo manejaban las tarifas.
La entrevistada señaló que Sonora estaba en números negros en cuanto a la facturación, a diferencia de lugares como Chalco, que tenía, en ese tiempo, seis millones de usuarios que no pagaban los recibos de la luz, independientemente de que en este lugar no tenían las temperaturas que se registran en nuestra entidad.
De los 72 municipios que tiene Sonora, 23 rechazaban el decreto presidencial por considerar que se les impondría una tarifa injusta.
Las damas de blanco y ciudadanos hicieron manifestaciones pacíficas: marchas, tomaron casetas de cobro federales y cerraron la frontera de Estados Unidos en el municipio de Nogales, fue el primer grupo que lo ha hecho en la historia.
El mensaje para el gobierno de Vicente Fox era contundente: lo único que cambiaría la inconformidad sería recibir una tarifa más baja por el servicio eléctrico. E insistirían hasta lograrlo.
Fue así como llegó la tarifa 1F, con ésta, se cobrarían 45 centavos para el rango de 700 a 1200 kilowatts consumidos por los usuarios; a partir de los 1200 kilowatts aumentaría el precio de la facturación.
Las damas de blanco llegaron al presidente
Aprovechando dos contactos, las mujeres activistas llegaron al presidente Fox. Un contacto era la sonorense Laura Carrera, funcionaria de Magdalena de Kino, quien trabajaba en Atención Ciudadana, y el otro contacto era el secretario particular del mandatario, Alfonso Durazo, actual gobernador de Sonora,
Nancy recordó que se reunieron con Laura Carrera para tratar este tema, lo hicieron en un salón con la refrigeración apagada para que experimentaran el calor que viven los sonorenses. La gente que estaba en el lugar, y las luces de las cámaras de video, provocaran el calor que habían planeado.
Quedó entendido, entonces, que el aire acondicionado no es un lujo, no contar con uno o con un ‘cooler’ provoca la sudoración excesiva, el bajo rendimiento físico y golpes de calor que afectan la salud.
En septiembre de 2002, cuando el presidente estaba en San Lázaro, donde se concentran los poderes legislativos del país, para dar su informe de gobierno, las damas de blanco consiguieron tarjetas de acceso prestadas por diputados y senadores de Sonora y exhibieron -ante la prensa de todo el país- pancartas que decían “Señor presidente, su gente le miente. Sonora presente”. Entonces, llegó la esperada audiencia en Los Pinos, la negociación y los acuerdos.
En enero del año siguiente, 2003, Vicente Fox visitó Sonora con un nuevo decreto.
En el transcurso de poco más de veinte años, las temperaturas han aumentado hasta los 50° centígrados, cada vez hay más concreto, menos árboles y áreas verdes en las ciudades de Sonora, más vehículos, mayor número de población, y la necesidad de las familias de enfriar sus espacios cotidianos continúa.
Ha habido nuevas luchas para extender el periodo del subsidio a la tarifa 1F y se ha logrado. Este beneficio inicia en abril, un mes antes, y termina el día último de octubre, siete meses completos en total, ya que, independientemente de la estación en la que nos encontremos, en Sonora predomina el calor y la salud no es cosa de juego.