Fitch y HR Rating rebajan las calificaciones de los tres bancos señalados por el Departamento del Tesoro, mientras los clientes comienzan a deslindarse de estos
Karina Suárez
Estados Unidos escala su afrenta con México por el tráfico de drogas y ha provocado un seísmo en el sistema financiero mexicano. El Gobierno de Donald Trump tiene en el punto de mira a los bancos Intercam y CIBanco y a la casa de bolsa Vector por su presunta participación en el blanqueo de capitales de los principales carteles del narcotráfico del país. La granada lanzada por el Departamento del Tesoro al sistema financiero abre un nuevo frente en la relación entre México y EE UU. Las indagatorias del Departamento del Tesoro dan cuenta de transferencias millonarias para el presunto pago a proveedores de fentanilo, reuniones de ejecutivos bancarios con capos del narco y el pago de sobornos. Del lado mexicano, la presidenta, Claudia Sheinbaum, ha criticado la investigación estadounidense al asegurar que solo se sustenta en dichos. Las sanciones, no obstante, han abierto una grieta de hondo calado en la banca. Este jueves, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) intervino temporalmente a las tres firmas señaladas, para proteger a los clientes, ahorradores e inversionistas.
El Gobierno de Trump fue tajante al afirmar que CIBanco, Intercam y Vector eran piezas clave y de larga data en el lavado de millones de dólares para cárteles con sede en México y en la facilitación de pagos para la adquisición de precursores químicos necesarios para la producción de fentanilo. Estas sanciones son las primeras acciones del Departamento del Tesoro bajo la ley contra el fentanilo, que otorgan a la Administración de Trump facultades adicionales para combatir el lavado de dinero asociado con esta droga y otros opioides sintéticos. Aunque EE UU pregonó que las sanciones se daban bajo una sólida relación con México, la presidenta Sheinbaum ha negado cualquier colaboración binacional, por el contrario, reprochó que, pese a la petición de su gobierno para conocer más detalles de los casos, el Departamento del Tesoro no compartió dichas pruebas.
Aunque el Gobierno de México insiste en que el sistema financiero se encuentra en sólidas condiciones, las sanciones del Departamento del Tesoro son un certero golpe al sistema financiero. Aunque las entidades bajo sospecha han negado rotundamente cualquier vínculo con el narcotráfico, los estragos al interior se han comenzado a notar: la casa de bolsa Vector anunció este viernes el cierre de su negocio de divisas. “Esta medida no afecta en modo alguno la continuidad de nuestras operaciones, ni compromete la integridad de los recursos de nuestros clientes”, aseguró la entidad financiera, propiedad del empresario Alfonso Romo, antiguo asesor del expresidente Andrés Manuel López Obrador. Vector añadió que el resto de sus líneas de negocio siguen activas y la liquidez de la compañía está garantizada.
No obstante, la incertidumbre planea y las principales agencias calificadoras ya han comenzado a rebajar los grados de inversión de los bancos en el punto de mira. La agencia S&P Global Ratings bajó las calificaciones crediticias de CIBanco tras considerar que el banco se encuentra en una situación muy vulnerable dadas las consecuencias tras el anuncio de FinCen —el brazo de inteligencia financiera del Tesoro estadounidense— las cuales podrían debilitar su fondeo y liquidez. “Existe el riesgo de que el banco no pueda acceder a transferencias de fondos con instituciones estadounidenses y posiblemente tampoco a fondos locales, lo cual limitaría la sostenibilidad de esta línea de negocio en los siguientes 12 meses”, refirió.
Fitch Ratings también bajó las calificaciones crediticias de Intercam Banco, Intercam Grupo Financiero, CIBanco y de Vector Casa de Bolsa y las colocó en observación negativa, reflejando el impacto negativo inminente sobre los perfiles de negocio y financieros de las entidades ante el señalamiento del Departamento del Tesoro de EE UU respecto a potenciales debilidades en materia de prevención de lavado de dinero en relación con el tráfico ilícito de opioides. En esta misma línea, la agencia HR Ratings recortó las calificaciones de los bancos CIBanco e Intercam. Frente a esta delicada situación algunos de los clientes de dichos bancos ya han comenzado a moverse. Por ejemplo, los fideicomisos de inversión en bienes raíces Fibra Inn y Terrafina dieron a conocer a través de la Bolsa Mexicana de Valores que desvincularon a CIBanco como su fiduciario.
Los estragos para el sistema financiero mexicano aún están por llegar, pese a los llamados a la calma de Hacienda y de la Asociación de Bancos de México, quienes insisten en minimizar el peso de estas entidades, que reúnen unos 22.000 millones de dólares en activos, así como en enaltecer la solidez y resiliencia de la banca del país. A pesar de que México y los bancos del país han reforzado sus medidas y regulaciones contra lavado, los expertos reconocen que aún falta integrar este marco regulatorio en todo el espectro del sistema financiero, por lo que existen mecanismos e incentivos dentro de las finanzas internacionales para facilitar el surgimiento de estos flujos ilícitos.
Rogelio Madrueño, investigador del Centro de Estudios Avanzados de Seguridad, Estrategia e Integración, explica que existe evidencia de centros especializados sobre el creciente peso de los flujos financieros ilícitos, entre los que se ubica el lavado de dinero, los cuales se estiman con un valor superior al 5% del PIB de México. “EE UU cuenta con una estructura ad hoc al interior de su departamento del Tesoro enfocada exclusivamente a detectar esas prácticas ilícitas y esta nación cuenta con información privilegiada y de primera mano a partir de detenciones a actores estratégicos vinculados a estas operaciones ilícitas”, menciona.
El experto advierte de que se deben enmarcar las acciones de EE UU como parte de una reconfiguración estratégica para enfrentar a su principal rival global: China, y utilizar en consecuencia todos los instrumentos geoeconómicos de su política exterior para alcanzar objetivos estratégicos. “En este marco, existían ya alertas tempranas de una segunda ola de presiones en el ámbito del lavado de dinero, con una orientación marcadamente política al gobierno de México. En suma, hay un mercado real, y es potencialmente cierto. Sin embargo, no es un problema exclusivo de México, sino regional y, en cualquier caso, está siendo utilizado como herramienta de presión política”, concluye.
De los mediáticos decomisos de fentanilo a desarticular las finanzas de los cárteles mexicanos. Estados Unidos ha escalado su narrativa de combate al tráfico de drogas al exigir al Gobierno no solo más seguridad en las fronteras, sino, ahora, una vigilancia puntual a los 52 bancos que integran en el sistema. Sin embargo, el daño está hecho. En este momento, más de un banco está revisando sus propios protocolos de seguridad antilavado, mientras las autoridades de México intentan dar un mensaje de calma y resiliencia.