Los habitantes y visitantes de París podrán bañarse este verano en el Sena, una experiencia que no sucedía hace décadas en la capital de Francia. A partir del 5 de julio, París habilitará tres zonas de baño en el emblemático río, gracias a las obras de saneamiento impulsadas para los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de 2024.
Gabrielle Colchen / France24
Después de la alcaldesa de París Anne Hidalgo y de los atletas de triatlón y natación en aguas abiertas de los Juegos de París 2024, los habitantes de París van a poder disfrutar del agua del río Sena.
Del 5 de julio al 31 de agosto, los parisinos y visitantes podrán bañarse gratuitamente en tres zonas habilitadas del río Sena, ubicadas en pleno corazón de la capital: junto a la Isla Saint-Louis, frente al parque de Bercy y en el puerto de Grenelle, cerca de la Torre Eiffel.
Si bien el primer y tercer espacio tienen capacidad para solo unas 150 personas, el segundo, y más grande, podrá acoger a 700 personas al tiempo.
Estos espacios fueron acondicionados con un presupuesto de casi 14 millones de euros y contarán con un equipo de 16 socorristas encargados de supervisar las instalaciones.
La apertura del Sena al baño llega en un momento oportuno, en plena ola de calor, con temperaturas que en julio y agosto pueden superar los 35 grados.
Baño en el río Sena, París, 1941. © (c) LAPI / Roger-Viollet – Alcaldía de París
Bañarse en el río no siempre ha sido excepcional. Según la página de la Alcaldía de París, esta práctica empezó a ser una moda a mediados de siglo XVII. Hasta que, en 1923, un decreto prefectoral prohibió meterse al río debido al tráfico fluvial y a la contaminación.
Sin embargo, los parisinos continuaron bañándose en el río hasta los años 60, sobre todo por la contaminación industrial creciente y los problemas del sistema de alcantarillado.
La polémica cuestión de la contaminación
Convencer a la población de que el Sena es lo suficientemente limpio como para bañarse sigue siendo un desafío.
Cuando la alcaldesa Anne Hidalgo se sumergió en sus aguas el 17 de julio de 2024, decenas de parisinos y periodistas se congregaron para presenciar el momento.
El Sena arrastra desde hace décadas la reputación de ser un río sucio, donde es común ver objetos flotando. Su principal enemigo son las llamadas “conexiones indebidas”: sistemas defectuosos que vierten aguas residuales directamente en el cauce.
La prueba olímpica de triatlón se celebró en el Sena el 31 de julio. © JEFF PACHOUD / AFP
El Estado y la alcaldía han invertido más de 1.400 millones de euros desde 2016 para limpiar el Sena. Con el objetivo de mejorar la calidad del agua, se han corregido muchas de las conexiones defectuosas y creado redes adecuadas.
Además, se ha invertido en la modernización de las plantas de tratamiento de aguas residuales de Marne Aval y Seine Valenton, lo que ha permitido reducir significativamente el vertido de aguas sin tratar en el Sena. También se construyó el embalse de Austerlitz para canalizar el agua, evitando así la sobrecarga del sistema de alcantarillado.
“Si autorizamos el baño significa que la calidad del agua se ha comprobado con arreglo a la normativa europea y que, por tanto, no hay ningún riesgo en ir a nadar”, dijo el teniente de alcalde de París responsable del Sena, Pierre Rabadan.
La calidad del agua se evalúa según una directiva europea que establece límites máximos para dos bacterias fecales: Escherichia coli y enterococos. Por ello, se toman muestras diarias en las tres zonas habilitadas, y el baño solo estará permitido si los análisis confirman que el agua cumple con los estándares de seguridad.
Otro factor a tener en cuenta es el clima, especialmente las precipitaciones. En caso de lluvias intensas, el nivel del río puede aumentar rápidamente y generar corrientes peligrosas, por lo que, de ser así, se prohibirá el baño. Además, este tipo de episodios incrementa el riesgo de desbordamientos en las redes de alcantarillado que desembocan en el Sena.