Por unanimidad avala el tratado de la ONU que establece por primera vez un marco legal para conservar la biodiversidad en aguas internacionales
Rubén Arizmendi / REPORTE INDIGO
Durante el tercer día del periodo extraordinario, el Senado de la República aprobó por unanimidad de 101 votos el dictamen por el cual México ratifica el Acuerdo en el Marco de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, relativo a la conservación y uso sostenible de la diversidad biológica marina en zonas fuera de jurisdicción nacional.
El tratado fue adoptado en Nueva York el 19 de junio de 2023 y firmado por México el 20 de septiembre del mismo año.

Al presentar el dictamen, el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, Alejandro Murat Hinojosa, destacó que por primera vez los Estados miembros de la ONU acuerdan un marco legal vinculante, claro y justo para la conservación de la biodiversidad en alta mar.
“El acuerdo representa una respuesta colectiva y urgente frente a las amenazas que afectan la salud de los océanos y la vida que depende de ellos, incluida la nuestra”.
Los océanos cubren más de 72 % de la superficie terrestre, lo que representa 360 millones de kilómetros cuadrados. Son fuentes de alimento, rutas de comercio, reguladores del clima y almacenes de carbono.
Sin embargo, las zonas marinas más allá de la jurisdicción nacional no contaban con regulación eficaz, lo que ha facilitado la pérdida acelerada de biodiversidad, contaminación plástica, sobrepesca y minería en aguas profundas, puntualizó el legislador.
¿Cuál es el objetivo de este tratado?
Este instrumento multilateral busca revertir la tendencia de degradación marina a través de acciones científicas, cooperativas y equitativas. Entre sus principales aportaciones destacan:
Acceso justo a los recursos genéticos marinos, con distribución equitativa de beneficios; áreas marinas protegidas, determinadas bajo criterios científicos y procesos participativos y, evaluaciones de impacto ambiental obligatorias y públicas para actividades en alta mar.
Asimismo, transferencia de tecnología y creación de capacidades para países en desarrollo, así como estructura institucional sólida: conferencia de las partes, órganos técnicos y plataforma digital.
Además, mecanismos financieros sustentables, como fondos fiduciarios y acceso a recursos multilaterales y comité de cumplimiento no punitivo y mecanismos pacíficos de resolución de controversias.
Yeidckol Polevnsky, del Partido del Trabajo, celebró la aprobación del tratado y evocó la relación ancestral de México con el mar, subrayando que “la alta mar no es agua de nadie; es un patrimonio común de la humanidad”.
Recordó la riqueza marina nacional: especies únicas como la vaquita marina, tortugas que migran miles de kilómetros, manglares y arrecifes. “El océano no tiene bandera, pero nos pertenece a todos“, expresó desde tribuna.
Maki Ortiz, del Partido Verde Ecologista de México, destacó que el océano absorbe el 23 % del CO₂ emitido por las actividades humanas y actúa como amortiguador climático, protegiendo a millones de personas.
Subrayó que el tratado impulsará la creación de nuevas áreas protegidas y garantizará un reparto justo de los beneficios derivados de los recursos genéticos marinos, junto con mecanismos financieros que respalden actividades sustentables.
