Desde el lado mexicano de la frontera, se pudieron observar fragmentos cilíndricos despedazados de entre uno y dos metros de largo.
Ángel Domínguez / MILENIO
La nave espacial Starship 36, propiedad de la empresa SpaceX, estalló la noche del miércoles a sólo 100 metros de territorio mexicano, lo cual provocó la dispersión de restos de metal, plástico y componentes en el Río Bravo, así como en campos de cultivo y pastoreo del municipio de Matamoros, en el noreste de Tamaulipas.
A pesar de que tras la explosión, la compañía de Elon Musk señaló que el percance ocurrió en su Starbase (instalación localizada en el condado de Cameron, en la costa sureste de Texas, lugar donde se llevan a cabo los lanzamientos de cohetes de SpaceX), en realidad el estallido sucedió en un complejo conocido como Centro de Pruebas de Massey, ubicado a orillas del río que divide a México de Estados Unidos.
Durante un recorrido realizado este jueves por MILENIO en las inmediaciones del sitio de la explosión, fue posible constatar que, tras el estallido, restos de la nave cayeron en territorio mexicano y en el cauce hídrico, sin que personal de ningún tipo trabajara en la limpieza de los materiales o en el acordonamiento de la zona.
Desde el lado mexicano de la frontera, se pudieron observar fragmentos cilíndricos despedazados de entre uno y dos metros de largo, así como estructuras metálicas semicurvas que yacían en las aguas del Bravo. Algunos de los materiales lucían los colores negro y blanco, representativos de las Starship de Musk.
Todos se encontraban del lado mexicano
La dispersión de restos de la explosión afectó también a arbustos que crecen en la ribera del río e incluso llegaron a una distancia de al menos 500 metros dentro del territorio tamaulipeco, desde el Centro de Pruebas de Massey.
Así, MILENIO ubicó escombros en campos de cultivo y pastoreo del ejido La Burrita, perteneciente al municipio de Matamoros. En el lugar se localizaron, entre otros, dos tubos aparentemente utilizados en la distribución de gas o líquidos, además de otros restos más pequeños de plástico y metal.
El miércoles, poco después de las 23:00 horas, tiempo del centro de México, la nave espacial Starship 36 estalló en el Centro de Pruebas de Massey, en los límites entre Texas y Tamaulipas, mientras realizaba procedimientos previos a un décimo ensayo de vuelo.
“Tras completar un incendio estático de un solo motor a principios de esta semana, el vehículo cargaba propulsor criogénico para un incendio estático de seis motores cuando un repentino y enérgico evento provocó la pérdida total de la nave y daños en el área circundante a la plataforma”.
“La explosión provocó varios incendios en el sitio de prueba, que permanece libre de personal y se evaluará una vez que se determine que es seguro acercarse. No se debe intentar acercarse a la zona mientras continúan las operaciones de seguridad”, informó este jueves SpaceX en un comunicado publicado en su página web oficial.
La firma propiedad de Elon Musk aseguró que tras la explosión no se reportaron heridos y que todo el personal que había participado en el ensayo se encontraba a salvo y localizado.
“No existen riesgos para las comunidades aledañas al Valle del Río Grande. Pruebas independientes previas realizadas a los materiales dentro de Starship, incluyendo análisis de toxicidad, confirman que no presentan riesgos químicos, biológicos ni toxicológicos. SpaceX está coordinando con las agencias locales, estatales y federales, según corresponda, los asuntos relacionados con el impacto ambiental y de seguridad.
“Los equipos de ingeniería están investigando activamente el incidente y seguirán los procedimientos establecidos para determinar la causa raíz. El análisis inicial indica la posible falla de un tanque presurizado, conocido como COPV (Recipiente a Presión con Recubrimiento Compuesto), que contiene nitrógeno gaseoso en la zona del cono frontal de Starship. Sin embargo, la revisión completa de los datos está en curso. No existe ninguna similitud entre los COPV utilizados en Starship y los cohetes Falcon de SpaceX”, agregó.
No obstante, por lo menos hasta la tarde de este jueves, MILENIO constató que en el complejo donde ocurrió el estallido, algunos contenedores aún presentaban fuego, al tiempo que de otras áreas todavía emanaba humo. Asimismo, se pudieron observar impactos de los restos de la explosión en dos cilindros elevados.
Destaca que en el sitio del siniestro, localizado a unos 40 minutos de Brownsville, no se observó personal trabajando ni realizando labores de limpieza para retirar los escombros o sofocar el incendio por completo.
Describen explosión como un “infierno”
Pescadores que la noche del miércoles se encontraban del lado mexicano a menos de dos kilómetros del Centro de Pruebas de Massey vivieron momentos de angustia al presenciar y sentir la explosión de la Starship 36.
“Nosotros estábamos en la orilla (del río Bravo); de repente vimos que salía humo del cohete y como a los 10 o 15 minutos explotó. Se miró como un infierno en los tanques que estaban ahí”, narró Jorge Cruz, uno de los hombres que en el momento del incidente realizaba actividades de pesca en el caudal fronterizo.
Al momento de la explosión, narró, sintieron un calor intenso a su alrededor y un estruendo tan fuerte que les lastimó los oídos, dada la cercanía al punto donde se disponían a descansar tras haber lanzado sus redes de pesca.
Estallido preocupa a habitantes
El percance ocurrido la noche del miércoles desató temor entre los habitantes del ejido La Burrita, cuyas viviendas se encuentran a menos de un kilómetro y medio del Centro de Pruebas de Massey.
Temen que estos incidentes se vuelvan más frecuentes.
Heriberto Manzano, ejidatario, expresó que si bien las explosiones leves en el sitio son constantes, la de este miércoles fue “la más grande y aparatosa”, con el fuego visible a kilómetros de distancia.
“Ahora sí estuvo más difícil el asunto, no sabes qué va a pasar o si van a venir a decirnos cómo van a quedar con nosotros”, comentó.
Manzano señaló que ninguna autoridad mexicana ni representantes de SpaceX han acudido al ejido para informarles sobre los riesgos que enfrentan debido a su cercanía con la base espacial.
“Más que nada el problema es que aquí nadie se ha arrimado a que digan: ‘Oye, pues retírense de ahí, o algo’. Ya ves lo que sucedió ahí (la explosión del miércoles). Y en otras ocasiones había sucedido también, otras explosiones, pero muy leves. Pero ahora sí estuvo más difícil el asunto ahí. No sé qué va a pasar o si hay alguien que venga de esas gentes para que nos digan en qué situación vamos a quedar aquí”.
Sobre las consecuencias de la operación de SpaceX a sólo unos pasos de la frontera, relató que “ha habido varias situaciones, como los animalitos que se han muerto más frecuentemente y todo eso. Pero no quiero echarle la culpa exactamente a eso, ¿verdad? Realmente no hemos hecho ninguna investigación de eso. Pero se pide a las autoridades que vengan a hacer un análisis. Su análisis sobre todo lo del agua y todo eso. Pero ahora sí nos asustamos con éste por el riesgo”, destacó en entrevista con MILENIO.

Por su parte, Daniel Trinidad Cárdenas, otro habitante de La Burrita, aseguró que las llamas de la explosión iluminaron el cielo “como si fuera de día” y una gran cantidad de humo cubrió el área.
Este jueves, MILENIO informó que en las últimas cuatro semanas, cientos de restos de metal y plástico de distintos tamaños han sido arrastrados por la marea desde el Golfo de México hacia la costa norte de Tamaulipas, casi en la frontera con Estados Unidos, luego de que el 27 de mayo la compañía aeroespacial localizada en el extremo sur de Texas realizará una novena prueba de lanzamiento de la nave Starship.
Ese día, tras un despegue exitoso, la nave perdió el control y se desintegró en el espacio, mientras que su propulsor, conocido como Super Heavy, descendió en algún punto del Golfo de México, donde estalló antes de amerizar.
Esta explosión provocó una dispersión de cientos de desechos plásticos y metálicos en el mar y la costa tamaulipeca, lo que ha generado una creciente preocupación entre organizaciones ambientalistas y autoridades.
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