Héctor Calderón Hallal destaca la Sexagésima Sexta Comisión Binacional Sonora-Arizona, que muestra la buena relación entre dos pueblos históricamente unidos.
El ejercicio del sagrado y riesgoso oficio del periodismo implica, como la profesión del derecho mismo, ser congruentes y honestos en todas las etapas de la función informativa y de libre expresión-difusión de las ideas.
Como en todo juicio que se emprenda, el postulante deberá tener claro que el que acusa, señala o declara lleva siempre la carga de la prueba.
No podemos exigir sin cortapisas, una libertad de expresión que no se comprometa a cambio, a un ejercicio responsable y que valore a plenitud el derecho a la buena fama pública de cualquier individuo.
De tal suerte que, por ejemplo, no se cometan atropellos contra ningún particular ni contra institución alguna eso es lo justo y la inmensa mayoría de los profesionales del periodismo en México lo tienen muy claro, salvo, como siempre, algunas excepciones que en este caso, de ninguna manera hacen la regla.
En días pasados, por ejemplo, un profesional digno de todo el respeto que su trabajo merece, pero que no está exento a equivocarse pues no es infalible, es humano, difundió la especie de que “el gobernador de Sonora, Alfonso Durazo Montaño, aparecía en una primera lista de políticos mexicanos que serían declarados ‘sospechosos de ejercer o estar vinculados al terrorismo de los cárteles de las drogas’, por lo que según este periodista, el CBP, instancia gubernamental estadounidense responsable de la migración, habría difundido ‘un pantallazo’ donde emitía un ‘warning’ para que se ejecutara su arresto en cuanto el doctor Durazo Montaño cruzare la frontera hacia territorio estadounidense”.
Nada más falso que lo anterior. De hecho, a ese periodista, propietario de una plataforma noticiosa que se dice especializada en temas de seguridad y delincuencia organizada y que, por tal virtud, este profesional tendría las fuentes más confiables que pudieran existir y que son las que le “filtran” la información directamente.
Desde luego, si él lo dice así, no tenemos por qué dejarle de creer, pero…
Cabe destacar que, hasta este momento, a este periodista, cuya información ha sido reproducida por plataformas noticiosas importantes, de mucho alcance y hasta algunos medios electrónicos en el interior, han replicado pero ninguna ha resultado verídica. Ninguna especie de “orden de detención” para ninguno de esos ‘narcopolíticos’ se ha materializado. Ninguna ha resultado cierta.
Ni las que supuestamente ha suscrito el secretario de Estado de EU, Marco Rubio ni las directamente emitidas por el CBP.
Ahora bien, en el caso que nos ocupa, el del gobernador de Sonora, a Alfonso Durazo Montaño le correspondía tomar postura y, llegado el momento, hasta proceder legalmente, pues se difundió un grave hecho para su imagen pública que resultó ser calumnioso y que le afecta en su buena fama personal.
Y el derecho a la buena fama pública es real existe para cualquier individuo, de la clase socioeconómica o de la etnia que sea autoridad o no.
Y se defiende con acciones: “A todo derecho real, corresponde una acción real”.
Sin embargo, como un hombre consciente de la naturaleza del poder y respetuoso de los derechos humanos y del de la libre expresión -especialmente- es que Durazo solo observó la difusión de la especie “errática” y dejó pasar con genuina caballerosidad.
Permitió que su diligente colaboradora, la joven y talentosa Karla Paulina Ocaña Encinas, jefa de la Oficina del Poder Ejecutivo de Sonora, concediera una entrevista a un prestigiado espacio televisivo local, denominado ‘Proyecto Puente’, que es dirigido por el periodista Luis Alberto Medina.
La abogada hermosillense lució con su fluidez habitual y su indiscutible oficio político, heredado muy seguramente, no solo cultivado por la preparación, pues es nieta del gran gobernador sonorense, el desaparecido doctor Samuel Ocaña García.
Le dijo con claridad Paulina a Luis Alberto:
“La próxima semana, concretamente el 26 y 27 de junio próximos, estaremos acompañando al gobernador Alfonso Durazo al vecino Estado de Arizona, Estados Unidos, para realizar una visita oficial a la gobernadora de Arizona, la demócrata Katie Hobbs y su gabinete en pleno, a fin de conformar un total de once comités binacionales, alusivos a diferentes temáticas de interés bilateral como lo son educación, salud, bienestar, energía sostenible, entre otros por demás de importancia capital, en el marco de la Sexagésima Sexta Comisión Binacional Sonora-Arizona, a la que a lo largo de este sexenio encabezado por Durazo se le ha dado puntual seguimiento en lo que va de su administración y pues que tiene por objeto fomentar la prosperidad fronteriza y el comercio compartido de ambos pueblos”, señaló enfática la funcionaria.
Cabe destacar que esta es la octava reunión sostenida en esta administración encabezada por el morenista Alfonso Durazo Montaño.
A pregunta expresa del entrevistador, sobre el tema obligado, en el sentido de la supuesta ‘orden de arresto’ para el mandatario sonorense al cruzar a territorio americano, de inmediato Paulina Ocaña le repuso:
“Bueno Luis Alberto ya ha quedado más que claro que estas son campañas de difamación, incluso salió el dirigente del PAN a hacer unos comentarios, pero eso solamente destapa quien está atrás de dichas campañas de odio y difamación…. Nuestro gobernador está concentrado en trabajar, en darle buenos resultados a los sonorenses. Y siempre ha tenido buenas relaciones con el gobierno americano, desde que era secretario de Seguridad Pública federal (de México), con el exembajador de EU en México (y hoy subsecretario de Estado americano), Christopher Landau, ahora como con el embajador Ken Salazar; a partir de que es gobernador de Sonora con el embajador Ken Salazar; con el cónsul de EU en Hermosillo, Tim Stater; siempre se ha tenido una excelente relación… y con la gobernadora Katie Hobbs se tiene una excelente relación, ya que con mucha frecuencia se reúnen ambos gobernadores para consultarse y estar al pendiente de los temas de la agenda bilateral…”.
Así que con esta puntual aclaración que hace Paulina Ocaña y las que han hecho en su momento otros importantes funcionarios del gobierno del estado de Sonora, debe quedar claramente asentado que no hay tal orden de arresto y el solo hecho de difundirlo a partir de un supuesto “pantallazo”, habla de la seriedad que un profesional imprime a la valoración de sus fuentes.
Y es que, si verdaderamente creemos en la libertad de expresión, debemos intervenir y hacer valer los principios que como profesionales de alguna rama del conocimiento nos asumimos. Debemos defender el oficio y es momento de marcar límites también. Entre nosotros mismos antes que nos los quiera imponer el Gobierno de la 4 T que ya anda “muy cerca”.
Lo que sucede en Puebla y Campeche es una embestida silenciosa pero feroz contra la libertad de expresión.
No puede haber respeto alguno a los derechos humanos y compromiso con la democracia en un país, cuando empieza a surgir la censura institucionalizada.
Primero fue Campeche, con una gobernadora que judicializa la crítica.
Después, Puebla, donde bajo pretexto de aprobar una Ley de Ciberseguridad que, bajo el disfraz de proteger a la niñez, en realidad pretende callar a quienes se burlan del gobernador, se pone en tela de juicio el derecho a opinar.
En Campeche, lo que le ocurrió al compañero periodista Jorge Luis González Valdez es alarmante.
En su plena senectud, con 72 años a cuestas, fue condenado a pagar una multa millonaria; pero además a dejar de ejercer el periodismo durante dos años y a ver cómo su medio es obligado a cerrar su edición digital, por “probables calumnias” y discurso de odio contra la gobernadora Layda Sansores.
Se asume por supuesto la sanción contra don Jorge Luis, como un escarmiento público dirigido a todos los periodistas de la entidad -y del país- que se atrevan a cuestionar al poder.
Si queremos pugnar por la libertad de expresión, debemos hacer honor a nuestra profesión u oficio, buscando la excelencia y no cediendo ante la presión de políticos y autoridades que pretendan corromper el honor del buen periodista o aprovecharse del estado de necesidad en que muchos se pueden encontrar.
Por lo pronto hoy, en Sonora han echado por la borda cualquier “interés malsano” por ensuciar la buena relación entre dos pueblos que históricamente están unidos por el esfuerzo y la lucha contra las adversidades de la naturaleza. Sonora y Arizona.
¡Que siga adelante ese espíritu de colaboración y ese trabajo fecundo y creador desde el trabajador más modesto de la campiña sonorense hasta sus autoridades más encumbradas!
Autor: Héctor Calderón Hallal en X: @CalderonHallal1; @Pequenialdo