El presidente insiste en que en urbes como Nueva York, Los Ángeles y Chicago, donde este fin de semana miles de personas tomaron las calles para protestar contra su mandato, residen “millones de extranjeros ilegales”
Paola Nagovitch / EL PAIS
Donald Trump ordenó el domingo al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) que amplíe las detenciones y deportaciones de inmigrantes en ciudades gobernadas por demócratas. En una publicación en su red social, Truth, el presidente de Estados Unidos exigió que los funcionarios de inmigración hagan “todo lo posible” para cumplir su objetivo de llevar a cabo “el mayor programa de deportación masiva de la historia”. Para ello, el republicano insistió en que los agentes deben redoblar sus esfuerzos en urbes como Nueva York, Los Ángeles y Chicago, donde residen “millones y millones de extranjeros ilegales”.
La petición del presidente llega después de que millones de personas tomaran este sábado las calles de esas tres ciudades y de cientos más para protestar contra su Administración. Uno de los principales focos de las mayores manifestaciones desde que el republicano asumió el cargo hace casi cinco meses fue precisamente su política de inmigración, especialmente después de que una serie de redadas en Los Ángeles desencadenaran una intensa semana de protestas en California y otros Estados. A estas se sumaron las convocadas para el pasado sábado bajo el lema No Kings (No a los reyes), que fueron planeadas para coincidir con el cumpleaños del presidente y su desfile militar en la capital.
Además, la orden se produce después de que Trump reconociera la escasez de trabajadores que genera su agenda migratoria en los sectores de la agricultura, la hotelería y el ocio, que dependen de la mano de obra inmigrante, y su Gobierno ordenara que se detuvieran los arrestos en granjas, restaurantes y hoteles. Según The New York Times, también se han dado instrucciones al ICE para que evite detener a personas indocumentadas que no saben si ha cometido un delito.
“Estas, y otras ciudades similares, son el núcleo del Centro de Poder Demócrata, donde utilizan a los Extranjeros ilegales para ampliar su Base de Votantes, hacer trampa en las Elecciones, y hacer crecer el Estado de Bienestar, robando Empleos bien remunerados y Beneficios a los Ciudadanos Estadounidenses Trabajadores. Estos Demócratas de Izquierda Radical están enfermos de la mente, odian a nuestro País”, escribió el presidente sobre Nueva York, Los Ángeles y Chicago en Truth la noche del domingo. “Por eso quiero que el ICE, la Patrulla Fronteriza y nuestros Grandes y Patrióticos Agentes del Orden se ENFOQUEN en nuestras Ciudades Interiores plagadas de crimen y muerte, y en aquellos lugares donde las Ciudades Santuario juegan un papel tan importante”, añadió.
Nueva York, Los Ángeles y Chicago son ciudades santuario, aquellas localidades —la mayoría de ellas demócratas— que por sus leyes locales no colaboran con los servicios de inmigración federales. El presidente ha declarado la guerra a estas urbes para obligarlas a cooperar con su Administración, mientras los funcionarios de inmigración continúan luchando por cumplir los objetivos de deportación del presidente. Su Gobierno ha fijado una nueva cuota de 3.000 detenciones diarias, frente a las 650 que hubo durante los cinco primeros meses del segundo mandato del republicano.
“He ordenado a toda mi Administración que ponga todos los recursos posibles detrás de este esfuerzo, y que invierta la marea de la Migración de Destrucción Masiva que ha convertido pueblos antaño idílicos en escenarios de la Distopía del Tercer Mundo. Nuestro Gobierno Federal seguirá centrado en la REMIGRACIÓN de los Extranjeros a los lugares de donde vinieron, y en impedir la admisión de CUALQUIERA que socave la tranquilidad interna de Estados Unidos. Al ICE, FBI, DEA, ATF, los Patriotas en el Pentágono y el Departamento de Estado, tienen mi apoyo inquebrantable. Ahora vayan, ¡HAGAN EL TRABAJO!”, concluyó el presidente.
