Su fundación benéfica desaparecerá en 2045, tras haber donado la fortuna de su fundador
Macarena Vidal
No corren buenos tiempos para la ayuda al desarrollo. El Gobierno de Estados Unidos ha cerrado casi por completo su agencia de cooperación internacional, Usaid, la mayor del mundo. La filantropía se encuentra en momentos bajos. El multimillonario Bill Gates, uno de los hombres más ricos del mundo, ha querido intentar un giro drástico a esta tendencia con un anuncio también tajante: su fundación desembolsará todos sus fondos y la inmensa mayoría de la fortuna personal del fundador de Microsoft, en total unos 200.000 millones de dólares, para impulsar causas benéficas a lo largo de los próximos 20 años antes de cerrar definitivamente sus puertas el 31 de diciembre de 2045, décadas antes de lo planeado.
En una carta difundida por la Fundación Gates, el filántropo revela que, durante sus primeros 25 años en funcionamiento, el fondo repartió cerca de 100.000 millones. Ese dinero se destinó a causas como el desarrollo de nuevas vacunas, la investigación en terapias innovadoras y la prevención de muertes en todo el mundo por enfermedades evitables. En las próximas dos décadas “doblaremos esa cantidad”, sostiene el multimillonario. “La gente dirá un montón de cosas sobre mí cuando me muera, pero estoy decidido a que no puedan decir ‘murió rico”, agrega. “Hay demasiados problemas urgentes que resolver para aferrarme a unos recursos que se pueden usar para ayudar a la gente”.
Gates quiere acelerar el trabajo de la fundación y la colaboración con otros socios en beneficio de la salud y la igualdad mundial, con la esperanza de que esa labor sirva de ejemplo a otros multimillonarios. Como recuerda, cuando él y su entonces esposa Melinda French Gates establecieron la entidad hace un cuarto de siglo, la idea que les guiaba era el convencimiento de que el lugar donde una persona nace no debe marcar su futuro ni sus posibilidades de vivir una vida sana y plena. En 2010 lanzó, junto a French Gates y el también multimillonario Warren Buffet, la iniciativa Giving Plegue (Promesa de Dar) para alentar a que los muy ricos donasen la mayor parte de sus fortunas a causas benéficas. Más de 240 personas han firmado ese compromiso.
“Trabajaremos con nuestros socios para lograr el mayor progreso posible para un mundo más equitativo. La verdad es que nunca ha habido más oportunidades para ayudar a que la gente viva vidas más sanas y prósperas. Los avances en la tecnología están ocurriendo con más rapidez que nunca, especialmente dado el auge de la inteligencia artificial”, escribe el multimillonario tecnológico. “Pese a los desafíos que encara el mundo, soy optimista sobre nuestra capacidad de lograr progresos, porque cada avance es una oportunidad de mejorar la vida de alguien”.
A lo largo de las próximas dos décadas, la fundación se concentrará en tres causas clave, según enumera su creador. La primera será evitar las muertes maternales o infantiles por causas prevenibles: en 2019 fallecieron cinco millones de niños menores de cinco años, y recorte de más de la mitad con respecto a las cifras de 1990, cuando llegaban a los doce millones. Gates aspira a reducirlas al menos a la mitad de las actuales.
La fundación también trabajará para erradicar las enfermedades infecciosas. Hasta ahora, la colaboración mundial ha conseguido eliminar solo una, la viruela. “En los próximos dos años aspiro a añadir la polio y el gusano de Guinea a la lista”, apunta el filántropo, que agrega que para 2045 espera que se haya podido acabar también con la malaria y el sarampión. Igualmente, podría haberse reducido enormemente la incidencia del sida -su entidad colabora para el desarrollo de una terapia genética de una sola inyección que “podría reducir hasta tal punto los niveles de virus de inmunodeficiencia humana (VIH) que efectivamente estarías curado”- o la tuberculosis: “el año pasado comenzó la fase 3 en el desarrollo de una vacuna que podría ser la primera nueva en más de un siglo contra esa enfermedad”
Otra prioridad será la eliminación de la pobreza y la promoción de la igualdad mediante el acceso a la educación, el fomento de una agricultura de calidad que permita una nutrición adecuada, y el acceso a servicios sociales y financieros.
En su carta, Gates plantea su preocupación por los recortes de los Gobiernos de países desarrollados a su ayuda a la cooperación, por valor de decenas de miles de millones de dólares. “Ninguna organización, ni siquiera una del tamaño de la Fundación Gates, puede cubrir el hueco que se está creando en los fondos disponibles. La realidad es que no erradicaremos la polio sin fondos de Estados Unidos”.
En una entrevista concedida al periódico Financial Times y publicada de modo simultáneo a su anuncio, el multimillonario arremete contra el que ahora es el hombre más rico del mundo, el oligarca tecnológico Elon Musk, al que acusa de “matar a los niños más pobres del planeta” cuando DOGE, la entidad a su cargo para el recorte del gasto federal, decidió la eliminación de Usaid y otros fondos federales de ayuda internacional.
Cita como ejemplo la cancelación de los fondos para suministrar medicamentos retrovirales a las madres infectadas con VIH en la provincia de Gaza, en Mozambique, después de que DOGE confundiera ese lugar con la franja de Gaza y los medicamentos, con condones. “Me encantaría que fuera y se viera con los niños que han quedado infectados ahora con VIH como consecuencia de su decisión”, subraya Gates.