El diario ABC dedicó ayer la página 26 a la nota titulada La mujer de López Obrador pide la nacionalidad española. Nota que, con base en “fuentes diplomáticas”, fortalecería el trascendido de que la señora Beatriz Gutiérrez Müller ha iniciado trámites consulares de residencia. Con argumentos bobos, voces hostiles llevan días maltratándola en las redes. ¿Por qué? Como ciudadana mexicana está en su derecho de vivir en donde quiera.
En el sexenio pasado, además, ella estuvo en la primera línea de defensa frente a quienes intentaban colgar con dolo el parentesco a algún personaje público. Notable fue cómo, por ejemplo, se cruzó para bloquear el linchamiento al hijo de Xóchitl Gálvez en la campaña presidencial.
¿Desde qué superioridad se le cobra hoy ser la esposa de fulano de tal? También a partir de ramplonerías se cuestiona que si ella impulsó la idea de que el rey de España debía pedirnos perdón por la conquista anhele ahora radicar en el viejo imperio.
¿Qué tiene que ver lo uno con lo otro? Por el contrario, quizá dentro de la plural, libre, respetuosa sociedad española consiga al fin que, así sea académicamente, los “conquistadores” se interesen en ese asunto que los tiene sin cuidado. Suerte a la señora en su objetivo migratorio, si, como dicen las “fuentes diplomáticas”, ése fuera.