Ciudad de México. Decidido a “inspirar fe en la democracia” en las personas que lo escuchaban, el ex presidente de España José Luis Rodríguez Zapatero contó, en un evento en la Universidad Nacional Autónoma de México, que recién había visto los índices de popularidad de la presidenta Claudia Sheinbaum. “Son espectaculares”.
Siguió: “No hay nadie en el mundo con esos índices de popularidad, con lo cual se desmiente la teoría de que estamos en un momento donde se genera desconfianza por los gobernantes… Hay gobernantes que generan gran confianza como es la presidenta de México, no recuerdo esos índices de aprobación después de unos meses”.
El exmandatario habló cerca de una hora en el Seminario Internacional de Primavera El Buen Gobierno en el Siglo XXI, evento organizado por el Programa Universitario de Gobierno (que dirige el exgobernador de Chiapas Eduardo Robledo) y la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, ambos de la UNAM.
En el arranque del evento, el director de la FCPyS y exdiputado de Convergencia (hoy Movimiento Ciudadano), Alejandro Chanona se permitió la broma de decir que Rodríguez Zapatero fue “buen presidente y mejor expresidente”, aunque dijo no estar de acuerdo con esa idea.
“Sería buenísimo poder ser expresidente sin tener que ser presidente”, respondió con humor Rodríguez Zapatero.
En la mesa, moderada por Leonardo Curzio, el también militante del Partido Socialista Obrero Español agradeció a México, como ha hecho en otras visitas al país, el trato que México dio al exilio español “después de nuestra guerra civil y durante nuestra horrenda dictadura”.
Así, destacó la figura de Lázaro Cárdenas y de la lista enorme de brillantes figuras del exilio eligió la de María Zambrano que representa, dijo, “el estadio más alto de la filosofía española”.
En este contexto, Rodríguez Zapatero recordó que durante su mandato se aprobó la primera Ley de Memoria Histórica (2007) que reconoció a los descendientes del exilio y ha dado lugar a que 800 mil latinoamericanos (80 mil de ellos mexicanos) obtengan la nacionalidad española.
Más que hablar del “buen gobierno”, tema del encuentro, Rodríguez Zapatero hizo una pieza pacifista ante académicos y estudiantes de la Universidad Nacional.
Nuestro tiempo está marcado, lamentó el exmandatario, está marcado por “la ausencia de una reacción ante la barbarie en Gaza, treinta mil niños asesinados, hambrunas en el entorno de un país rico, democrático como Israel. La falta de reacción es un factor de gran preocupación sobre el estado moral del mundo”.
Rodríguez evocó las movilizaciones que se dieron en todo el mundo contra las guerras de Vietnam e Irak, conflictos en los que pasaron “menos cosas graves” que en la actualidad. En contraste, “las imágenes de Gaza parece que nos dejan fríos y esto va a traer gravísimas consecuencias”.
Al abordar el nuevo mapa geopolítico del mundo, Rodríguez Zapatero se refirió a Donald Trump, la guerra comercial y los aranceles. En referencia a las decisiones del gobierno estadunidense dijo: “Conozco mejores formas de suicidio, mucho más elegantes y menos dolorosas”.
Las medidas trumpianas, aseveró, no harán sino “acelerar el declive” inevitable de Estados Unidos.
Entre los signos de esperanza en estos tiempos convulsos, Rodríguez Zapatero enlistó la lucha contra la desigualdad y el feminismo, al que calificó como “el movimiento más importante del siglo XXI en términos de cambios sociales. El feminismo, que late igualdad, ha nutrido la democracia en los últimos veinte, treinta años”.
Volviendo al tema del encuentro afirmó que un buen gobierno comienza por la autonomía, que se da “cuando un gobernante toma decisiones con libertad”.