Aunque hoy en día contamos con una amplia gama de medicamentos comerciales, en muchas comunidades mexicanas la medicina herbolaria sigue siendo una práctica vigente cargada de tradición y sabiduría familiar. Así lo demuestra un reciente estudio realizado en Hermosillo, Sonora, por el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), que indagó sobre los usos, percepciones y conocimientos de este tipo de medicina entre la población local.
Se reportó que ocho de cada diez personas encuestadas afirmaron conocer y utilizar la medicina herbolaria. El conocimiento sobre las plantas medicinales se transmite principalmente a través de la familia (en especial por las madres y abuelas), lo que refleja una fuerte conexión cultural intergeneracional. Además, ell estudio encontró que la mayoría de las personas usa remedios herbolarios solo cuando los considera necesarios, y cuando perciben que los efectos benéficos suelen ser parciales los combinan con tratamientos médicos convencionales. Sin embargo, parece existir incertidumbre respecto a su seguridad, ya que cerca del 40% de las personas expresó no confiar del todo en estos productos, especialmente si no están regulados o validados.
Otro hallazgo relevante es que, aunque históricamente se ha asociado el uso de plantas medicinales a zonas rurales, se reportó un uso frecuente de las mismas en la ciudad de Hermosillo, lo que indica la existencia de un empoderamiento cultural que trasciende el entorno. También se observó una creciente tendencia a consumir productos herbolarios procesados y comercializados, además de hierbas naturales, lo cual parece abrir un mercado en expansión.
Este tipo de investigaciones contribuyen a visibilizar el papel que juega la medicina herbolaria en la salud pública local, lo cual demanda la promoción de su uso informado y responsable, especialmente en grupos vulnerables como las personas mayores, mujeres embarazadas o en aquellas que viven con enfermedades crónicas.
Desde una perspectiva de salud integral y culturalmente sensible, es importante fomentar las campañas de información sobre el uso adecuado de las plantas medicinales, lo que continuará motivando a la comunidad científica a investigar sobre sus beneficios y riesgos, y a las autoridades correspondientes para establecer mecanismos regulatorios claros para su producción y comercialización.