En la ola de desapariciones de información que mantiene el gobierno, es particularmente ominoso el mutis decretado por el Congreso de la plataforma llamada CompraNet.
CompraNet era el espacio digital donde, con eficacia y oportunidad, se habían registrado las compras del gobierno federal de los últimos 28 años.
Al Congreso, por indicación del Poder Ejecutivo, le pareció que eran demasiados años, que el esquema digital de CompraNet era viejo y que debían sustituirlo por un esquema modernizado, superior.
Para hacerlo tan rápido y moderno como dicen, le van a quitar una buena parte de su carga inútil. A partir de que se instale el nuevo modelo aerodinámico, podrán consultarse con rapidez sólo los últimos cinco años de contratos. De modo que, si el nuevo sistema se instalara hoy, ya no podrían revisarse las compras de 2018.
¿Les suena el año?
Con los cambios propuestos, dice Leonardo Núñez, especialista lector de CompraNet, mucho tiempo colaborador de MILENIO y ahora de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, desaparecerá por completo la información de los contratos del gobierno federal entre 2010 y 2025, tanto como 2.6 millones de contratos, equivalentes a 9.9 billones de pesos, 28% del PIB.
La sustitución aerodinámica de CompraNet estará lista en treinta meses, y será calcada del modelo del Tianguis Digital de la Ciudad de México, hecho el sexenio pasado. A la fecha, explica el mismo Leonardo Núñez, esta plataforma no ha transparentado un solo contrato de los gobiernos capitalinos de 2018 a 2025.
Conviene aclarar que buena parte de la vejez de CompraNet viene de la falta de inversión en el sitio durante los últimos años. Una inversión a tiempo lo hubiera podido mejorar sobre la marcha.
Pero es un procedimiento muy 4T: boicotear y desacreditar lo que hay para suplirlo por una portentosa innovación que luego no funciona o es un fracaso total: el aeropuerto, el Seguro Popular, el sistema de compra de medicinas.
La desaparición de CompraNet sólo tiene sentido en el track de opacidad y control de la información, que empieza a ser claro en todos los órdenes de intervención del gobierno en la vida pública.