Los Jensen enfrentarían no sólo penas de prisión, sino también la obligación de pagar una sentencia monetaria equivalente al valor del petróleo traficado.
MILENIO
La familia Jensen logró contrabandear petróleo mexicano valuado en aproximadamente 300 millones de dólares mediante tres empresas que compraban crudo a organizaciones criminales para venderlo a clientes en Estados Unidos, con lo que consiguieron lavar al menos 47 millones de dólares en favor de los cárteles que operan en territorio mexicano, de acuerdo con documentos judiciales.
El gobierno de Estados Unidos sostiene que James L. Jensen y Kelly Anne Jensen, junto con sus hijos Maxwell y Zachary Jensen, “conspiraron para lavar las ganancias provenientes de ventas de crudo ilícitamente importado de México”.
Según los cargos presentados, los Jensen canalizaron los pagos hacia empresas mexicanas “que operaban únicamente mediante el permiso de organizaciones criminales mexicanas”.
Los Jensen traficaron 2 mil 881 cargamentos de petróleo
De acuerdo con el expediente radicado en la Corte del Distrito Sur de Texas, la pareja traficó al menos dos mil 881 cargamentos de crudo distribuido por grupos criminales mexicanos entre mayo de 2022 y marzo de 2025, realizando operaciones a gran escala que se mantuvieron fuera del control de las autoridades tanto de México como de Estados Unidos.
Mediante las empresas Arroyo Terminals, LLC, Big Hog Energy, LLC y Jentran, LLC, la pareja estableció relaciones comerciales con proveedores mexicanos que no operaban bajo la regulación del gobierno, sino que trabajaban bajo la protección o permiso de organizaciones criminales dedicadas al robo de hidrocarburos, conocido como huachicol.
“El crudo era adquirido a empresas que operaban únicamente a través de la autorización de organizaciones criminales mexicanas”, señala de manera textual el documento firmado por la fiscalía.
Una vez adquirido el crudo, los Jensen lo transportaban mediante barcazas tanque de su propiedad o bajo su control, identificadas como AT 3001, AT 2001, AT 1001 y AT 4001, cruzando el Golfo de México hacia puertos estadunidenses.
Este tipo de embarcaciones no tiene motor propio y depende de remolcadores, lo que facilitaba el transporte discreto de grandes volúmenes de hidrocarburo.
Familia Jensen convertía el petróleo ilegal en dinero limpio
Para ocultar el origen ilícito de la mercancía, la familia Jensen declaraba falsamente el petróleo ingresado y lo etiquetaba como “residuos de aceites lubricantes” o “destilados de petróleo”, con el fin de evitar inspecciones aduanales rigurosas y pasar desapercibidos ante las autoridades.
Esta maniobra fue clave en la operación, según los fiscales, quienes señalaron que “la documentación de entrada de los productos era falsificada o alterada para ocultar la verdadera naturaleza del cargamento”.
Ya en territorio estadunidense, la familia Jensen convertía el petróleo ilegal en dinero limpio tras venderlo a sus clientes industriales como si proviniera de fuentes legales.
“James y Kelly Jensen blanquearon los ingresos obtenidos directa o indirectamente de las violaciones”, precisa el expediente judicial.
El dinero generado por la venta del crudo ilegal era depositado en cuentas bancarias en Wells Fargo y Bank of America, controladas por las empresas de los Jensen, para luego ser transferido a cuentas de supuestos proveedores mexicanos, quienes en realidad eran intermediarios de las organizaciones criminales.
“Más de 47 millones de dólares fluyeron de los negocios manejados por James y Kelly Jensen hacia empresas ubicadas en México”, recalca el expediente, subrayando que estos pagos eran parte integral del esquema de lavado de dinero para los cárteles.
Los Jensen deben pagar 300 mdd por tráfico de crudo
Como parte de la acusación, el gobierno estadunidense busca decomisar todos los activos relacionados, incluyendo cuentas bancarias, barcazas tanque, camiones tractocamión Peterbilt modelo 2015 y 2020, y un automóvil Chevrolet Corvette Stingray modelo 2023, propiedades que presuntamente fueron adquiridas con las ganancias del tráfico de crudo.
De ser hallados culpables, los Jensen enfrentarían no sólo penas de prisión, sino también la obligación de pagar una sentencia monetaria que podría alcanzar los 300 millones de dólares, equivalente al valor del petróleo ilegalmente traficado en este esquema.
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