Antero Carmona
Sin duda, las políticas del presidente estadounidense, Donald Trump, han puesto de cabeza a México y el mundo entero, todos los mexicanos e incluso en diversas partes del mundo consideran graves y ofensivas dichas iniciativas. Durante su primer periodo presidencial en el 2017, el 25 de enero de ese año, Trump, firmó la orden ejecutiva para comenzar la construcción de un muro fronterizo con México, aunado, a las amenazas de abandonar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) –hoy Tratado México, Estados Unidos y Canadá T–MEC-, si no obtenía mayores beneficios para los estadounidenses.
Acciones que desde diversos puntos de vista sonconsideradas populistas, y sin fundamentos, ya que lahistoria nos dice que, un muro no soluciona las problemáticas, por el contrario, diversos especialistas señalan que este será ineficiente, y no frenará el flujo de inmigrantes y drogas. La separación daña la vida económica y cultural de la región, además destruye los ecosistemas y pone en grave riesgo la continuidad de la biodiversidad.
México y Estados Unidos han mantenido un excelente intercambio comercial, donde la región fronteriza ha jugadoun papel muy importante, además, alberga importantes ecosistemas, altamente diversos y en buen estado de conservación, donde habitan un gran número de especiessilvestres, muchas de ellas en estatus de protección por ambos países.
Reconociendo esta vasta riqueza natural y la consecuente responsabilidad compartida, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) incluía disposiciones ambientales que se complementan con un acuerdo paralelo;el Acuerdo de Cooperación Ambiental de América del Norte(ACAAN). El TLCAN era el primer acuerdo comercial que contempla compromisos en materia de medio ambiente, facilitando la cooperación en la conservación de América del Norte, además, de tratar asuntos ambientales transfronterizos, como; la protección y conservación de especies silvestres y de sus ecosistemas, poniendo mayor énfasis en las Áreas Naturales Protegidas.
El T-MEC cuenta con políticas ambientales importantes, las cuales, buscan combatir la pesca ilegal y el tráfico de fauna silvestre, además, de promover la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad. De manera irónica y arrogante, Trump afirmó que el T-MEC a sido un desastre y,que va a necesitar el apoyo del Congreso para acabar con ese acuerdo, que es el peor de la historia de los Estados Unidos.
La construcción del muro fronterizo entre Estados Unidos y México comenzó en 1994 bajo el gobierno de Bill Clinton. El muro se ha convertido en un componente importante de las promesas de campaña de Donald Trump. La longitud de las secciones de muro fronterizo entre Estados Unidos y México que se han construido, hasta la fecha, es de aproximadamente 1,100 kilómetros –la frontera entre México y Estados Unidos tiene una longitud de 3,152 kilómetros-. A principios de febrero, de este año, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, dijo que el gobierno de Donald Trump buscará construir 127 kilómetros adicionales de muro, aunque no dio más detalles sobre la construcción.
Riqueza biológica transfronteriza
Es difícil imaginarnos que estas lejanas y áridas regiones alberguen ecosistemas con una gran riqueza biológica. En esta región habitan aproximadamente 446 especies de aves, 75 de mamíferos, 11 de anfibios, 56 de reptiles, 3,600 de insectos y más de 1,300 especies de plantas.
Esta riqueza natural ha servido para que ambos gobiernos hayan establecido áreas naturales transfronterizas, como la Reserva de la Biosfera “El Pinacate” y “Gran Desierto del Altar” –consideradas Patrimonio de la Humanidad-, en Sonora; su contraparte en los Estados Unidos, el “Organ Pipe Cactus National Monument”, en Arizona; el “Big Bend National Park” en Texas y “Maderas del Carmen”, en Coahuila; y la “Reserva de la Biosfera Janos”, en Chihuahua.
Muros contra los corredores biológicos migratorios
Las especies que aquí habitan utilizan ambos lados de la frontera durante sus movimientos migratorios, ya sea, en busca de refugio, zonas de apareamiento, alimentación, cría y reproducción. Algunas especies como los berrendos y bisontes americanos, han utilizado estas rutas migratorias desde hace miles de años.
Uno de los corredores biológicos más importantes se localiza en los estados de Chihuahua y Sonora, en México; Arizona y Nuevo México, en los Estados Unidos. Corredor que contiene una gran biodiversidad, derivado de sus múltiples ecosistemas –pastizales áridos, zonas de matorral y bosques de pino y encino–. Aquí coexisten poblaciones en peligro de extinción, como; el oso negro, jaguar, berrendo, borrego cimarrón y la única población de bisonte americano silvestre en el norte de México y suroeste de los Estados Unidos. Esta pequeña población de un poco más de 150ejemplares de bisontes, es la única en nuestro país que no se encuentra confinada por alguna barrera física, la cual se mueve a través de este corredor para obtener alimento, agua y refugio.
Un desastre ecológico inminente
El gobierno de México debe dejar en claro que, la construcción del muro fronterizo pone en grave riesgo la continuidad biológica y evolutiva de la biodiversidad, sus impactos pueden ser irreversibles, ya que pueden ocasionar la desaparición o reducción de las áreas de distribución natural, dando como resultado que las poblaciones de especies silvestres disminuyan o simplemente desaparezcan. Se impediría el libre tránsito de los ejemplares a las áreas de alimentación, refugio (invierno-verano), y de reproducción, obstaculizando el flujo genético entre las poblaciones –ahora divididas–, poniendo en riesgo su continuidad a largo plazo.
La presencia de personas y maquinaria involucradas en la construcción, mantenimiento y vigilancia del muro, esta provocando serias perturbaciones y alteraciones a los ecosistemas y biodiversidad, garantizando la extinción de muchas especies de flora y fauna silvestres de la región.