Ayer jueves 27 de este mes (marzo), se realizó la primera votación para elegir rector o rectora de la Universidad de Sonora. Es un hecho trascendente que no se producía en muchos años, de ahí su importancia.
Es la primera ocasión en que, con base a la nueva ley orgánica (Ley 169) de la universidad, los estudiantes, maestros y autoridades, pueden votar por uno de los candidatos registrados para participar en la elección.
También es la primera ocasión en que los aspirantes a rector pueden hacer una campaña electoral pública para ser electos.
Ya con la ley anterior los aspirantes podían hacer una labor pública para exponer sus propuestas para mejorar la vida de la universidad, pero la comunidad universitaria no podía votar por la candidata o candidato de su preferencia. Es decir, podían ser escuchados pero no votados.
De manera que este nuevo método de elección es una importante diferencia con los procesos que se produjeron con la ley anterior; es un cambio que puede ser trascendente en la vida universitaria ya que, quién resulte electo, se verá comprometido a cumplir con lo que prometió en su campaña.
A lo largo de estos últimos 30 años, la Universidad de Sonora avanzó notablemente, sobre todo en infraestructura física y equipamiento como no se había visto en 50 años. Hoy los estudiantes gozan de mejores instalaciones, facilidades, becas y
postgrados, por lo que miles de estudiantes lucharon en décadas anteriores y con lo que no contaron pues fueron reprimidos y perseguidos.
Nada más hay que visitar la universidad para darse cuenta de las mejoras. Serían la envidia de muchas colonias marginadas de Hermosillo.
Hay que reconocer que también hay avances en materia académica pero que, al mismo tiempo, permanecen rezagos heredados e intereses creados y vicios al interior de la universidad. No podemos decir que es una isla inmaculada, exenta de deficiencias, ambiciones y otros “pecados”.
Los propios universitarios lo conocen pero antes estaba prohibido ventilarlos, tal vez ahora, que hay un nuevo órgano de gobierno llamado Colegio Universitario, integrado por autoridades, maestros y estudiantes, se puedan abordar esos problemas para corregirlos y superarlos.
Quiénes hemos visto durante décadas la evolución de la universidad, no aspiramos a una Utopía universitaria, pues es un ente humano con aciertos y errores.
Sin embargo, si esperamos un avance notable ya que en esta era de la Internet, de la computadora, el celular, whatsapp, correo electrónico y acceso a la información de cualquier lugar del mundo, podemos aspirar a una mejor educación universitaria y no a una mercancía chafa con la que debemos conformarnos.
En 50 años varios países nos superaron como Corea del sur, Taiwan, y China, para no mencionar a otros países emergentes como Vietnam, Indonesia, Tailandia o Bangladesh. Y todo indica que nos
superarán si no nos damos prisa y mejoramos nuestra educación, desarrollo tecnológico y empresarial.
Hemos avanzado en estos últimos años, pero debemos acelerar la marcha.
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