EL DEBATE
La vaquita marina enfrenta una situación crítica de supervivencia, con una población estimada entre 6 y 8 individuos en 2024, de acuerdo con el último crucero de observación. Esta cifra representa una reducción respecto a los 10 a 13 ejemplares registrados en 2023, lo que refuerza la urgencia de implementar medidas de conservación efectivas.
Su hábitat, restringido al Alto Golfo de California, sigue viéndose amenazado por diversas actividades humanas, especialmente la pesca ilegal de totoaba, cuya vejiga natatoria es altamente cotizada en el mercado asiático.
El principal factor de riesgo para la vaquita marina es el enredo en redes agalleras utilizadas para capturar totoaba. Esta práctica ha sido impulsada por la demanda en China, donde la vejiga de este pez puede alcanzar precios de hasta 20,000 dólares por kilo.
La pesca ilegal sigue siendo un problema latente, a pesar de la implementación de áreas protegidas y la prohibición del uso de redes en zonas clave. Además, la degradación del ecosistema por la reducción del caudal del río Colorado y la contaminación impacta su hábitat. Vaquita marina al borde de la extinción por pesca ilegal y descontrol. | Foto: Cuartoscuro
Otro problema es la endogamia, derivada de la baja población, lo que limita la variabilidad genética y disminuye la capacidad de adaptación de la especie.
Desde hace años, México ha puesto en marcha diversas estrategias para intentar frenar la extinción de la vaquita marina. En 1993 se estableció la Reserva de la Biosfera Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado, mientras que en 2018 se amplió el área de protección a 1,841 km².
También se han realizado monitoreos anuales con expertos nacionales e internacionales, con el objetivo de evaluar la población y el estado de conservación de la especie.
Sin embargo, la aplicación de estas medidas ha sido insuficiente, en gran parte debido a la falta de vigilancia efectiva y la participación del crimen organizado en el tráfico de totoaba.Vaquita marina al borde de la extinción por pesca ilegal y descontrol. | Foto: Cuartoscuro
El monitoreo de la vaquita marina en 2024 se realizó del 5 al 26 de mayo y reportó 9 avistamientos visuales y 70 registros acústicos, lo que permitió estimar la presencia de entre 6 y 8 ejemplares, incluyendo una cría de aproximadamente un año de edad.
A pesar de este hallazgo alentador, la tendencia poblacional sigue a la baja, con una pérdida del 95% de su población entre 1997 y 2017. En 2012 se estimaban alrededor de 200 vaquitas, mientras que en 2018 la cifra descendió a menos de 19. La disminución ha sido constante, lo que resalta la urgencia de acciones más contundentes para evitar su extinción.
Las autoridades mexicanas han enfrentado críticas por la falta de efectividad en la aplicación de las normativas de conservación. En 2023, la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) sancionó a México por no cumplir con los compromisos de protección, lo que derivó en un nuevo plan de acción en 2024.
Sin embargo, la efectividad de estas medidas sigue en duda, ya que la pesca ilegal persiste y las sanciones no han logrado disuadir a quienes participan en el tráfico de totoaba.Vaquita marina al borde de la extinción por pesca ilegal y descontrol. | Foto: Cuartoscuro
La comunidad científica ha advertido que la única posibilidad de supervivencia de la vaquita marina es la eliminación total de las redes agalleras en su hábitat.
Aunque se han propuesto alternativas como el uso de artes de pesca sostenibles y programas de compensación para pescadores locales, la falta de incentivos adecuados ha limitado su adopción.
Intentos previos de capturar vaquitas para su reproducción en cautiverio, como el de 2017, fracasaron, lo que ha llevado a los expertos a descartar esta opción como una solución viable.
Para 2025, se espera que las acciones de monitoreo continúen con un nuevo crucero de observación en mayo. Sin embargo, la falta de avances concretos en la protección efectiva de la especie genera incertidumbre sobre su futuro.
La Comisión Internacional de la Caza de Ballenas emitió una alerta de extinción en 2023, advirtiendo que sin medidas drásticas, la desaparición de la vaquita marina es inminente.
Mientras tanto, la urgencia de fortalecer la vigilancia, erradicar la pesca ilegal y aplicar sanciones efectivas sigue siendo una prioridad para garantizar la existencia de esta especie en los próximos años.
