La llegada de una mujer a la presidencia provoca optimismo, aunque los datos sobre acoso o agresión siguen altos: casi la mitad de las mujeres encuestadas por Enkoll para EL PAÍS y W Radio afirman haber sido víctimas de violencia machista
David Marcial
México tiene desde junio del año pasado a una mujer como presidenta por primera vez en su historia. En un país donde se cometen de media más de 10 feminicidios al día, el triunfo electoral de Claudia Sheinbaum, que batió récords de apoyo en las urnas, se interpretó dentro y fuera de México como un considerable impulso a la causa feminista. Casi un año después, las mexicanas respaldan esa confianza. Un 86% cree que la situación de los derechos de las mujeres mejorará durante su mandato, de acuerdo con una encuesta realizada por Enkoll para EL PAÍS y W Radio. El dato cobra aun mayor dimensión si se compara con la respuesta en el mismo sondeo, pero de hace dos años, a la pregunta de si la situación mejoraría en caso de que una mujer llegara a presidenta. El sí de entonces era casi de 20 puntos menos, con un 67%. Pese a la percepción de optimismo, los datos duros sobre acoso o agresión sexual en México siguen siendo preocupantemente altos: un 44% de las mujeres encuestadas afirman haber sido víctimas de violencia machista, con apenas una leve mejoría de cuatro puntos con respecto al año anterior.
Ya en el programa de Sheinbaum, la candidata de Morena tras un arrollador mandato por parte del fundador y líder indiscutible del partido, Andrés Manual López Obrador, resaltaba un pronunciado acento feminista. Una de sus primeras medidas tras tomar posesión el 1 de octubre fue presentar una batería de decretos en la misma dirección para blindar los derechos de las mujeres. La más simbólica, además de crear una secretaría de las Mujeres, fue incluir en la Constitución la igualdad sustantiva entre hombres y mujeres, la igualdad salarial y el derecho de todas las personas a vivir una vida libre de violencia.
La violencia es el principal problema que enfrentan las mujeres, tal y como confirman los resultados de la encuesta. Aparece en lo más alto de la lista, con un 30% de votos, continuando con el acoso, la discriminación o los estereotipos de género. La calle es el lugar donde más se producen las agresiones, seguido de cerca por el transporte público y el trabajo. El metro de Ciudad de México, una gigante red por la que pasan diariamente más de 15 millones de personas, es uno de los espacios con mayor riesgo. Cuenta desde hace años con vagones exclusivamente para mujeres y durante el mandato de Sheinbaum como jefa capitalina se incrementaron los protocolos de prevención, como las cámaras de seguridad o los módulos de asesoramiento en materia de género. Estas medidas lograron, por ejemplo, identificar el año pasado a un acosador serial.
Casi todos los indicadores respecto a la misma encuesta realizada el año pasado han mejorado. Además de la ligera caída en el dato de violencia, hay que añadir un mayor optimismo en que hoy sea más probable que las personas que cometan cualquier violencia machista sean castigadas: un 80%, con un margen de 11 puntos más que el año anterior. También mejora la percepción sobre la probabilidad de que se crea a las víctimas que denuncian violencia. Un 76% considera que las mujeres tienen las mismas oportunidades que los hombres, mejorando en cuatro puntos el resultado anterior. Donde más equidad detectan las encuestadas es en la carrera universitaria y en alcanzar cargos públicos. Donde menos, en salir a la calle sin sufrir violencia. Incluso cae, aunque solo dos puntos, la percepción general de México como un país machista para quedarse en un 54%.
En el otro lado de la balanza, no todo han sido saldos positivos, resalta un aumento de las mexicanas que afirman haber sufrido violencia en su hogar: una cuarta parte de las encuestadas, cinco puntos más que el año pasado. La violencia verbal lidera la lista, seguido de las agresiones físicas y las emocionales. Sobre el perfil de los violentadores, se confirma también el patrón de que suelen encontrarse en el círculo más cercano a la víctima. La pareja aparece la primera con casi un 50%. Después, el padre, el hermano o el tío. Esta misma semana, un hombre asesinó de manera brutal a su pareja y al hijo de esta. El asesinato fue perpetrado a martillazos, el mismo modus operandi utilizado en el pasado con otra de sus parejas y por el que fue condenado a 24 años de prisión. Solo cumplió una parte y salió en libertad.
También destaca otro resultado que podría parecer paradójico dado la percepción de optimismo sobre una mejora en la protección de los derechos de las mujeres. Ante la pregunta de “que tan de acuerdo está con el movimiento feminista”, un 60% responde que positivamente, pero el resultado registra una caída de cuatro puntos con respecto al año anterior. Sobre cuál es la razón por la que están de acuerdo con el movimiento sobresalen las respuestas relacionadas con “alzar la voz para ser escuchadas” y “defender los derechos de las mujeres”. Mientras que entre las razones para estar en desacuerdo destacan las que dicen que “actúan con violencia o son agresivas”, y porque “causan daños en el mobiliario urbano” o “destrozan la ciudad”.
Las marchas de los primeros años del mandato de López Obrador, multitudinaria en la mayoría de los casos, estuvieron rodeadas de cierta polémica. Del lado de las manifestantes, se denunciaba un uso excesivo de la fuerza por parte de la policía. Y del otro lado, los destrozos del mobiliario urbano. En medio de ese ruido, López Obrador no fue especialmente respectivo con las demandas feministas, llegando incluso a calificar el movimiento de “conservador” y acusarle de tener la intención de desestabilizar su gobierno. Con la llegada de Sheinbaum, tanto el talante como la agenda han cambiado sustancialmente en un país que, según los resultados de la encuesta, solo un 21% de las mexicanas se considera feminista.
Metodología
610 entrevistas a mujeres de 18 años y más.
Del 22 al 25 de febrero de 2025.
Entrevistas vía telefónica con operador, aplicando un instrumento de recolección (cuestionario) adecuado para los propósitos del estudio.
SELECCIÓN DE LA MUESTRA
La muestra es representativa para la República Mexicana.
El diseño de la muestra es probabilístico, por conglomerados y polietápico.
Las unidades primarias de muestreo (UPM o conglomerados) son conjuntos de hasta 100 números celulares con un mismo código de serie y de área, según lo especificado en el Padrón Nacional de Numeración. Una vez seleccionado un número telefónico válido, se realizan al menos 3 intentos de contacto en días y horarios distintos con la finalidad de conseguir una entrevista. Solo una vez realizados estos tres intentos se reemplaza el número celular seleccionado.
Se plantearon cuotas por el género femenino y rango de edad para una mejor representación de la población en estudio.
PRECISIÓN Y CONFIANZA
Los resultados tienen un margen de error muestral teórico alrededor del +/-4.0% con un nivel de confianza del 95% en los principales indicadores.
