En el norte de México, el proyecto Saguaro Energía de planta de licuefacción de gas representa una amenaza para la excepcional biodiversidad marina del Golfo de California, apodado el ‘acuario del mundo’. Científicos y ambientalistas temen colisiones entre barcos metaneros y cetáceos en peligro de extinción.
RFI
Con su megaproyecto de infraestructura de exportación de gas, la empresa México Pacific promete 13 mil empleos y una inversión récord que haría de México el cuarto exportador mundial de gas. ‘Saguaro Energía’, así como fue bautizado el proyecto, haría de Puerto Libertad, hoy un pueblito de pescadores del Golfo de California, un centro industrial de licuefacción para exportar 15 millones de toneladas de gas al año hacia los países asiáticos. La infraestructura incluye 800 km de gasoductos desde Texas, una planta de licuefacción y una terminal de exportación para buques metaneros.
Lo que no precisa la empresa en su video promocional es que este proyecto generaría un tráfico marítimo de buques metaneros de 300m de largo en el Golfo de California, un brazo de mar al norte de México, conocido por albergar 900 especies de peces incluyendo cetáceos.
“El Golfo de California tiene una posición muy interesante que se combina con una dinámica de corrientes. Y además en el interior del Golfo, tiene una diversidad de ambientes que propician una amplia una amplia biodiversidad de invertebrados, peces y mamíferos”, recuerda Jorge Urbán, profesor investigador del departamento de ciencias marinas de la Universidad de Baja California
El Golfo de California constituye también el hábitat de especies endémicas como la vaquita marina, un mamífero marino al borde de la extinción. “En peligro está la ballena azul y vulnerable, está la ballena jorobada. En el Golfo de California, hay especies migratorias que se encuentran en el golfo para actividades de reproducción y crianza de sus crías como la ballena azul, la ballena jorobada, y la ballena gris. Y el rorcual común que vive todo el tiempo en el golfo, la segunda más grande del mundo, con una población residente de 500 individuos”, detalla Urbán, coautor de un estudio sobre los impactos potenciales del proyecto Saguaro Energía para la biodiversidad (consulte el informe aquí).
La intensificación de la circulación de barcos de gran eslora podría entonces generar dos tipos de amenazas para los cetáceos: contaminación acústica y colisiones, advierte Jorge Urbán, quién se basó en un estudio llevado a cabo en Canadá. Titulado ‘Previsión y mitigación de las colisiones con buques para las ballenas en el territorio de la Primera Nación Gitga’at. Investigación sobre especies amenazadas’, el estudio, conducido por Eric Keen advierte que para 2030, “la mortalidad por colisiones con barcos aumentará 2,3 veces para el caso del rorcual común y 3,9 veces para las ballenas jorobadas, es decir, 2 y 18 muertes por año respectivamente. Tales valores representan pérdidas insostenibles que podrían agotar poblaciones de ambas especies en la región estudiada”, de Canadá, indica Urbán, citando el informe de sus pares canadienses.
Las similitudes entre el proyecto de terminal gasífero en Puerto Libertad, México, y las instalaciones de licuefacción en Colombia británica dan una idea del impacto que podrían causar dichas instalaciones en la fauna marina del Golfo de California.
“El Golfo de california mide aproximadamente unos 1200 km y ese el recorrido que tenían que hacer completamente los barcos metaneros, extremadamente grandes, cerca de 300 m de longitud, con una velocidad crucero de casi 38 kmp/h, una velocidad considerable para un barco de estas dimensiones”. “Cuando un barco le pega a una ballena, lo mas probable es que la mate”, alerta Urbán.
Campaña de ONG ‘Ballena o gas’
De momento, solo ha arrancado la construcción del gasoducto en el desierto mexicano para transportar el gas extraído en Texas. Pero el proyecto Saguaro suscitó una movilización de organizaciones ecologistas. A través de la campaña ‘Ballena o Gas’, una treintena de organizaciones entregaron en enero más de 200 000 firmas contra el proyecto, a las autoridades mexicanas.
Greenpeace México es parte de este colectivo que cuestiona la utilidad misma del proyecto porque añadirá más gases de efecto invernadero (GEI) a la atmósfera, en contradicción con el compromiso ‘Methan Pledge’ al que se sumó México, junto con otras naciones del mundo, para reducir las emisiones de metano en 30% para 2030.
“El metano es uno de los más peligroso gases de efecto invernadero. Su capacidad de absorber el calor es 86% mayor que el Co2. Es un contaminante de vida corta. Pero por su potencial de absopción de calor, es sumamente grave. Para mantenernos por debajo del 1.5°C (de aumento de la temperatura global), es importante limitar este tipo de contaminantes”, indica a RFI Pablo Ramírez, coordinador de los programas de energía y cambio climático de Greenpeace México.
Preguntada sobre el proyecto Saguaro, la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum indicó que aún se encontraba en fase de revisión por la secretaría de Medioambiente y Recursos Natuarales.