El gigante asiático domina como fabricante de nuevas tecnologías y como principal refinador y consumidor del llamado “oro blanco”, lo que ha encendido las alarmas de Washington; México, rezagado en la competencia del metal
Mario Camarillo Cortés
La explotación y utilización del litio como protagonista clave en la transición energética de los combustibles fósiles a minerales o metales, no sólo avanza a pasos agigantados en una carrera entre las grandes potencias por su control, China y Estados Unidos, sino por ser blanco de la discordia en una inminente guerra comercial que se avecina y que tiene a la cabeza al gigante asiático y que ha encendido las alertas en Washington. Ambas naciones buscan aliados y posibles socios entre las principales naciones con yacimientos del llamado “oro blanco” y donde México no ha dado luz para meterse en la competencia.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que quiere mantener presiones contra todos los países del mundo al imponer aranceles a productos esenciales, tiene sobre la mesa un desafío que podría costarle décadas alcanzar como es la explotación y producción del litio, metal considerado como un importante generador de la energía del futuro y principal detonante del mercado para baterías de vehículos eléctricos, teléfonos celulares, computadoras portátiles e incluso como generadores domésticos de electricidad.
El liderazgo del gigante asiático como fabricante de nuevas tecnologías y como principal refinador y consumidor de litio ha encendido las alarmas de Washington desde el gobierno del expresidente Joe Biden, pero ahora con la llega de Donald Trump los focos rojos han tomado tintes de tensión geopolítica y comercial.
De acuerdo con especialista de Fastmarkets, agencia líder en información de productos básicos en los mercados de agricultura, forestales, metales y minería, el Ministerio de Comercio de China ha tenido acercamientos de muchas empresas occidentales, entre ellas chilenas, bolivianas y argentinas en busca de un intercambio de experiencias para desarrollar sus proyectos en exploración, explotación y producción del litio.
China, que mantiene un liderazgo importante en la materia, cuenta con 12 de las principales empresas fabricantes de baterías de litio como son CATL, EVE Energy, Batería holográfica, Electrónica de Shenzhen Honghaosheng, Energía de datos de Shenzhen, Electrónica grande de Dongguan, Batería varonil de Shenzhen, Grupo de energía ecológica, polinovela y Batería Huizhou JB.
Por el lado de Estados Unidos, la empresa Albemarle es la única que produce litio en una mina en funcionamiento, en Silver Peak en Nevada.
La expansión en el corto plazo de la industria del litio ha llevado a Pekín a establecer planes y alianzas con empresas en América Latina y Norteamérica para producir baterías para vehículos eléctricos, por lo que se piensa en Canadá, Chile, Argentina, Bolivia y Argentina, por citar a algunos países con yacimientos del “oro blanco”.
A México no se le ha considerado para este tipo de empresas, dado el proteccionismo que mediante un decreto en febrero de 2023 firmó el expresidente Andrés Manuel López Obrador, al nacionalizarlo para impedir que empresas extranjeras intervinieran en la exploración y explotación del metal.
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Mientras China avanza en la producción de baterías de litio para todo el sector tecnológico, en Estados Unidos no hay claridad sobre las acciones de sus empresas, por lo que hasta ahora se han visto rebasadas por el titán de Asia en esta contienda.
CONTIENDA COMERCIAL
Sin embargo, se asoman algunas luces de posible guerra comercial sobre el litio, y es que el pasado 5 de enero, el Departamento de Defensa de Estados Unidos, ya puso en su lista negra de empresas militares chinas a CATL, a la que clasificó con vínculos al ejército de Pekín, sobre la que podría ordenar posibles sanciones bajo el argumento, no confirmado, de explotar y producir litio con fines de espionaje.
De acuerdo con la empresa Embellie Advisory, con sede en Qatar y que ofrece asesoramiento empresarial a proyectos de inversión minera y energética, el dominio chino exhibe el retraso de EU y otras naciones de América Latina y Europa en el procesamiento de litio y control de tierras raras, lo que no deja de ser preocupante, en esencia, por las barreras de financiación para los proyectos en una fase inicial.
Sobre este punto, la empresa de inversión minera subraya que las estrategias de Trump podría abrir camino para una participación de inversionistas estadounidenses en un intento por entrar a la competencia, aunque para alcanzar los niveles de producción del “oro blanco” que lleva China podrían pasar varios años o tal vez una década.
Por otra parte y durante la conferencia de Resourcing Tomorrow celebrada el pasado 23 de enero con más de 2,000 asistentes, entre empresas mineras, ministros de gobierno, inversionistas, líderes del sector energético, responsables de políticas y proveedores de soluciones de todo el mundo, se abordó que después de la victoria de Donald Trump en las urnas, China impuso controles en sus exportaciones a elementos críticos como el grafito y el magnesio, galio, germanio y tierras raras, como respuesta a las restricciones estadounidenses a las importaciones a EU de sus semiconductores y tecnología de inteligencia artificial.
En este evento quedó claro que estaría en puerta una guerra comercial por metales esenciales para la transición hacia energías limpias, toda vez que esos materiales son claves no sólo para la producción de vehículos eléctricos e infraestructura de energía renovable, sino también para equipos militares como misiles y aviones, de ahí el interés por avanzar en un mayor control sobre metales como el litio.
MÉXICO
Organizaciones internacionales y de estadísticas ven un importante avance y posicionamiento de naciones con yacimientos de litio que no sólo exploran sino también cuentan con participación extranjera en su explotación y producción para este mercado, pero no así para el caso de México.
De acuerdo con Stadista, el portal de estadísticas para datos del mercado y minería, los tres mayores productores de este metal en todo el mundo se encuentran en tres continentes diferentes. Australia, con 86,000 toneladas en 2023, según datos del Servicio Geológico de Estados Unidos. En segundo lugar, Chile, con 44,000 toneladas; China, con una producción de 33,000 toneladas; Argentina, con 9,600 toneladas de litio.
La agencia destaca que se han encontrado reservas de litio en 23 países y México ocuparía el décimo lugar, según datos de la Secretaría de Energía, aunque de acuerdo con el Servicio Geológico de EU, las reservas mexicanas aún no están confirmadas pero se estima rondaían en 1.7 millones de toneladas.
Al contrario de empresas de países de América Latina que exploran, explotan y producen el “oro blanco”, en México LitioMX, empresa gubernamental creada por López Obrador, no cuenta con infraestructura sólida, además de que su presupuesto es muy bajo para el ambicioso proyecto que se le pregona.
El proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para el ejercicio 2025, sólo se le destinaron 12 millones 900 mil 540 pesos, lo que se destinará exclusivamente para el pago de sueldos del personal administrativo, ya que no existen programas o proyectos de inversión para exploración y explotación de este metal.