El presidente estadounidense anunciará gravámenes recíprocos el martes o el miércoles, según ha declarado a los periodistas
Macarena Vidal
Donald Trump impondrá aranceles del 25% sobre todo el acero y el aluminio que importe Estados Unidos, en un nuevo paso de su política proteccionista que amenaza con desatar guerras comerciales en todo el mundo. Según ha declarado el presidente estadounidense en declaraciones a los medios que le acompañaban para presenciar la final del campeonato de fútbol americano, la Super Bowl, en Nueva Orleans, hará el anuncio oficial este mismo lunes.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, matizó por su parte que esos aranceles se añadirán a los que ya existían sobre esos productos desde que Trump los impuso en su primer mandato.
Trump también ha indicado que anunciará aranceles recíprocos el martes o miércoles, que entrarán en vigor casi de inmediato. “Es muy simple, si nos cobran, nosotros les cobramos”, explicaba en unas declaraciones a bordo del avión presidencial Air Force One para anunciar que había proclamado este domingo como el “día nacional del Golfo de Estados Unidos”, como ha ordenado nombrar lo que el resto del mundo conoce como golfo de México.
El viernes ya había adelantado que pensaba gravar las importaciones de aquellos países que también tengan tasas a sus compras de productos de Estados Unidos, “para que nos traten igual que a otros países”. El republicano se había comprometido durante la campaña presidencial a imponer “el mismo arancel exacto”a los países que graven a los bienes estadounidenses.
En el caso de los aranceles recíprocos, la incógnita es qué considerará Trump como tasa. En ocasiones ha llegado a considerar que el impuesto sobre el valor añadido, el IVA que se grava en las compras de productos -extranjeros o nacionales- equivale a un arancel.
El presidente estadounidense ya había impuesto aranceles del 15% al acero y del 10% al aluminio durante su primer mandato, aunque más tarde concedió cuotas exentas de cargos a países y bloques aliados, entre ellos Canadá, México y Brasil. Durante su mandato, el demócrata Joe Biden amplió esas cuotas a la Unión Europea y al Reino Unido.
Trump había declarado también con anterioridad que planea imponer aranceles contra la Unión Europea en los próximos días, al considerar que el bloque ha “tratado muy mal” a los productos estadounidenses.
El fin de semana pasado el presidente estadounidense, que asegura que la palabra “tarifas” le parece “la más bonita de la lengua inglesa”, firmó la imposición de aranceles del 25% contra los productos de México y Canadá, al considerar que ambos países vecinos y socios comerciales, además de mantener superávits comerciales con Estados Unidos, no habían tomado medidas suficientes para combatir los cruces de inmigrantes ilegales y el paso de fentanilo por sus fronteras hacia Estados Unidos.
El lunes aplazó un mes esas medidas, después de sendas conversaciones telefónicas con la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau. Ambos líderes habían amenazado con la imposición de gravámenes recíprocos, y en las llamadas prometieron una serie de medidas —la mayoría, ya en marcha entonces— para controlar la frontera.
El republicano planea aprovechar ese tiempo para arrancar concesiones que permitan equilibrar la balanza comercial con sus dos socios del acuerdo de libre comercio conocido como T-MEC.De enero a noviembre de 2024, Estados Unidos importó bienes de México por valor de 466.600 millones de dólares y compró a Canadá productos por 337.200 millones.
Trump también anunció la imposición de aranceles del 10% contra los productos chinos, asimismo con el argumento de que el gigante asiático tampoco hace lo necesario para controlar el flujo desde su territorio de fentanilo y sus precursores, los productos químicos necesarios para fabricar ese opiáceo. A finales de la semana, no obstante, su Gobierno indicó que dejaba de imponer tasas del 10% a los productos por valor menor a 800 dólares, porque los servicios aduaneros no tenían capacidad para procesarlos.
Aunque la Casa Blanca declaró que se produciría una llamada entre el presidente estadounidense y su homólogo chino, Xi Jinping, esa conversación no ha llegado a producirse. Este sábado han entrado en vigor los aranceles de represalia de Pekín contra cerca de 14.000 millones de dólares en productos estadounidenses que abarcan desde el petróleo a la maquinaria agrícola.